El 6 de noviembre del 2018, Alexandria Ocasio-Cortez ganó las elecciones primarias del Partido Demócrata para el 14º distrito congresional de Nueva York. Con ello, a sus 29 años, se convirtió en la mujer más joven en ser elegida para el Congreso en la historia de los Estados Unidos.
Ya allí, representando a parte del Bronx y Queens, el primer gran tema que Alexandria está impulsando es el Green New Deal medioambiental, y se ha convertido en una de sus proponentes más destacadas.
El Green New Deal hace referencia al New Deal, que fue una de las movilizaciones más grandes en la historia de Estados Unidos; una reestructuración completa de la economía y la sociedad norteamericana ante la Gran Depresión de 1929.
Las emisiones causadas por la actividad humana –principalmente la quema de combustibles fósiles y la deforestación– han, como sabemos, aumentado la temperatura del planeta, ocasionando grandes eventos climáticos y un enorme deterioro en la calidad del aire y la naturaleza. Hemos vivido, según reportes, los 18 años más calientes de la historia, desde el 2001.
Para Alexandria, hacer algo al respecto es un tema de supervivencia. Ante el hecho de que la amenaza existencial más grande que enfrentamos como sociedad es el cambio climático, lo que la congresista propone es un conjunto de propuestas políticas para abordar el calentamiento global y la crisis financiera estadounidense en paralelo.
Para dejar atrás la dependencia en la industria de los combustibles fósiles, reactivar la economía de su país y crear nuevas plazas de trabajo, Alexandria plantea que la solución es movilizar la economía entera, para salvarnos a nosotros mismos y cuidar el planeta que tenemos.
Su gran bandera de lucha es que se debe combatir la injusticia socioeconómica en el mismo plan que se crea la política ambiental.
El Green New Deal es una resolución (no una política), por lo cual funciona como una suerte de conjunto de metas, que incluyen: emisiones cero para el 2050, trabajos bien remunerados, infraestructura industrial, medioambiente limpio y sustentable, justicia y equidad.
Por su escala, no es solamente una invitación a cuidar el medioambiente; el potencial impacto es enorme. Se trata de una inversión masiva en la capacidad industrial estadounidense, que despliega todos los recursos de esa sociedad para lidiar con la crisis medioambiental actual. Y busca hacerlo de tal manera que compartiría, con millones de trabajadores, parte de la nueva riqueza que generaría.
Es una visión política completa: agricultura, política industrial y financiera, millones de nuevos trabajos, agua limpia, de todo. Según expertos, con este deal se podría llegar a un 50% de energía solar y eólica para el 2025.
“Podríamos resolver todos los problemas ambientales del mundo si es que las políticas y soluciones medioambientales se escribieran considerando el marco actual de injusticia económica”, dijo Alexandria en una reciente entrevista para MSNBC. Y es que su gran bandera de lucha es que se debe combatir la injusticia socioeconómica en el mismo plan que se crea la política ambiental. De lo contrario, “lo que termina pasando es que la política se vuelve insostenible, la sociedad se empieza a caer (desigualdad de ingresos) y al final no se termina por resolver el problema medioambiental”, explicó.
En una sociedad polarizada políticamente, lo que no se puede negar es que el cambio climático es un problema del fracaso del mercado. El gobierno estadounidense supo de estos efectos desde 1989, cuando la NASA empezó a reportar sobre el calentamiento global, y su respuesta fue dejar que el mercado lidie con el tema. Treinta años después, la salud del planeta y la fuerza laboral ya no se pueden dejar al albedrío del mercado, según Alexandria.
Su resolución reestructura la economía entera, que pasaría de ser una economía de combustibles fósiles –diseñada para explotar y extraer, que requiere personas y lugares dispensables–, a una economía de energía renovable.
“Estoy cansada de que nos preocupemos más por el futuro de los combustibles fósiles que del futuro de los trabajadores de los combustibles fósiles”, ha dicho. Y esta es una de las razones por las inversiones del Green New Deal ataca el problema medioambiental y el problema de la desigualdad de ingresos al mismo tiempo.
El día que pase el Green New Deal –en la votación en la Cámara de Representantes y en el Senado por separado–, no va a cambiar el país entero de la noche a la mañana, como aseguran sus críticos. Aceptar este deal solamente significa que el cambio climático y la movilización de la sociedad se convierten en una prioridad nacional, e internacional incluso. Es hora de “que la escala de la solución sea de la escala del problema”, ha dicho Alexandria. Por lo que su resolución delinea las formas de conseguir ese alcance.
El Green New Deal propone: emisiones cero para el 2050, trabajos bien remunerados, infraestructura industrial, medioambiente limpio y sustentable, justicia y equidad.
Alexandria nació en 1989, en el Bronx, Nueva York, en una familia de clase trabajadora. Su padre, de ascendencia puertorriqueña, nació también en el Bronx, y su madre en Puerto Rico. Estudió Relaciones Internacionales y Economía en la Universidad de Boston, de donde se graduó con honores. Tras salir de la universidad, murió su padre de cáncer, sin dejar testamento. Frente a eso, Alexandria empezó a trabajar como mesera para ayudar a su familia con los gastos que se desprendieron de la posibilidad de perder su casa. Ha trabajado como educadora y estratega de educación, antes de sumarse como organizadora de la campaña presidencial de Bernie Sanders en el 2016, y eventualmente lanzarse como representante del distrito 14 para el Congreso.
El trabajo de Alexandria inspira la idea de que la solución se trata de hacer algo. La cuestión, como propone el Green New Deal, es comenzar. Y creer que es posible alcanzar mucho más de lo que se nos ha dicho, claro.
Imagen destacada: Shawn Thew EPA-EFE vía Rolling Stone / Imagen interior: vía Teen Vogue