Dos de los tres fundadores de Artisan Roast Chile son marido y mujer, Alejandro y Bernardita, quienes en 2012 se fueron a probar suerte a Edimburgo, la ciudad donde ella iba a profundizar sus estudios en economía circular, mientras él se dedicaría a cuidar a la primera hija de ambos, pero también a emprender proyectos con foco en la sustentabilidad.
Es que ambos siempre quisieron desarrollar algo que les dejara una enseñanza de vida a sus hijos y, si bien en ese entonces no tenían claro qué iba a ser, partieron por elegir un país para impregnarse de buenas ideas: Escocia, cuyo gobierno se ha propuesto de aquí al 2025 recuperar desechos en un 95%.
En este lugar de Europa hoy en día hay más cafeterías que pubs y el consumo de café ha sobrepasado con creces al de té. Además, otra de las propuestas gubernamentales en materia de sustentabilidad es precisamente lograr que el 100% de los envases y embalajes del café sean reciclables al 2025.
Así es como Alejandro y Bernardita comenzaron su incursión en este mundo, recolectando borra de café de las distintas cafeterías de la ciudad para producir champiñones, que no solo son un alimento con grandes beneficios alimenticios, sino que también reemplazan el consumo de carne por su alto contenido proteico.
Sin embargo, al poco andar de este proyecto y mientras Alejandro estaba recolectando café en uno de los locales de Artisan Roast Coffee Roasters, conoció a Gustavo Pardo, su dueño, también chileno. Nunca se imaginó que el hombre detrás de una de las primeras tostadoras de café de especialidad en Europa, era compatriota suyo y comenzaron a hablar.
Bastó que cada uno le contara en unos minutos sus ideas al otro para que decidieran unir fuerzas y crear una empresa que mezclara cada una de sus experiencias.
La calidad y la sustentabilidad en un café
“El café es un producto súper cotidiano y si nosotros logramos que la gente, así como toma una taza de café, consuma marcas sustentables todos los días, entonces estamos ayudando a que haya una mayor conciencia. Esa ha sido nuestra misión siempre, que la sustentabilidad sea tan cotidiana como una taza de café”, dice Alejandro desde su hogar/tostaduría ubicado en Rengo, Región de O’Higgins.
Cuando Alejandro y Bernardita regresaron al país en 2017, dejaron de lado el proyecto de los champiñones y enfocaron toda su energía en posicionar esta nueva marca en torno al café. Su sueño es que el modelo de negocios circular, donde las tostadurías se hagan cargo de todos sus desechos, se exporte a todo el mundo desde Chile.
Importan el café en verde desde distintos lugares del mundo y a través de la marca Artisan Roast, para luego procesarlo hasta obtener el producto final molido o en granos. Si bien el comienzo no fue fácil, hoy ya cuentan con una amplia red de cafeterías que compran su café y, a la vez, les entregan sus residuos para elaborar nuevos productos como jabones y aceites.
“Estamos justo ahora evaluando producir aceites esenciales provenientes del café, que es una industria súper grande, y biodiesel también, para poco a poco ir diversificando la oferta de los subproductos en torno al café”, cuenta Alejandro.
El mismo lugar donde actualmente están viviendo se ha convertido en una de las primeras regiones donde han podido validar su proyecto, con importantes cafeterías de Rancagua, Pichilemu y Santa Cruz, que ya son parte de lo que han denominado “Red Sustentable de Cafeterías”.
En Santiago, en tanto, están comenzando recién a posicionarse con presencia en un par de cafeterías y en tiendas como Primal, donde venden super alimentos orgánicos y jugos prensados en frío, y ahora ofrecen café circular.
Otro de sus importantes logros ha sido comenzar a posicionarse también entre los amantes locales del café a través de suscripciones que duran de 3 a 6 meses y permiten que las personas reciban mensualmente una bolsa de 250 gramos o 1 kilo de granos de café especiales recién tostados, y a la vez puedan reciclar sus desechos con la misma empresa.
“Nos encantaría que otras industrias copien el modelo. Que, por ejemplo, hayan cervecerías circulares o empresas de otros productos tan masivos como el café que empiecen a hacer lo mismo. No es fácil hacerlo entre cientos de empresas que operan de forma lineal, pero ir más allá de solo vender café te abre la puerta a otros mercados y puede llevarte a ser más grande en el futuro”, finaliza Alejandro.