Llega la primavera en el norte global. Las tendencias mundiales para la temporada ya fueron escritas. Puestas en vitrinas online, vendidas y entregadas. ¿Y ahora? Ya han presentado lo que vendrá el otoño/invierno 2021 y los biotextiles son la guinda de la torta de muchas marcas de vestuario y accesorios. El crecimiento del uso de los biomateriales en la moda, en el que las empresas, desde casas de lujo hasta minoristas y marcas de moda rápida, han estado ansiosas por participar y este año ha sido el momento para hacerlo.
De hecho, una famosa marca de retail europeo se pone la etiqueta de “moda sostenible” para presentar su última colección Innovation Stories, de la cual se desprende la cápsula “Science Story”, que incluye piezas diseñadas con ‘cuero’ vegano hecho de cactus e hilos de aceite de ricino, a precios de moda rápida.
El cuero de cactus, según lo que explica Desserto, uno de los mayores productores de la región y a nivel mundial de este tipo de material, necesita de muy poca agua para ser producido ya que las cactáceas no necesitan de un riego constante. Además, se cortan las hojas maduras, se limpian, trituran y secan al sol durante tres días. El resultado: un producto de textura flexible y resistente, con un proceso libre de uso de sustancias químicas tóxicas, ftalatos o PVC.
Por su parte, el hilo de ricino tiene base biológica derivado del aceite de ricino. Una planta que se está situando como uno de los principales recursos en el terreno de las fibras renovables, gracias a que su cultivo se realiza en zonas que no son aptas para el crecimiento de otras plantas y no tiene ninguna repercusión en la cadena alimenticia humana y animal.
De seguro, cada vez más escucharemos y leeremos de telas de piel de frutas y cuero de hongos e incluso de seda de araña y tinte de algas. Nada es al azar. Es innovación. Es tendencia. Y es aquí donde reside el peligro. ¿Por qué?
Moda sostenible y biomateriales
La moda sostenible, como explica Carry Somers, va más allá de la innovación, del uso de materiales más sustentables, menos químicos y más certificaciones. “Es producir menos y mejor”, afirma la cofundadora de Fashion Revolution. “Es muy fácil publicar declaraciones de sostenibilidad en el sitio web y en las redes sociales. Puede que incluso utilice mejores materias primas. Pero si está aumentando su producción año tras año y si no está controlando y reduciendo las emisiones de carbono en sus propias instalaciones y en su cadena de suministro, esas afirmaciones de sostenibilidad suenan vacías”.
El repensar y reimaginar los materiales que utiliza actualmente la industria de la moda y cómo estos pueden producir un impacto menor es importante y todo avance en esta materia es crucial. Pero hay que tener algunas consideraciones, como nos explica Alejandro Weiss, parte del equipo del Laboratorio de Biomateriales de Valdivia LABVA.
“Hoy podemos reconocer diferentes alternativas a los cueros animales que se están desarrollando en distintas partes del mundo, presentando opciones reales utilizando como fuentes alternativas fibras vegetales, crecimientos fúngicos y generados por acción microbiana. Su valor no solo está en la capacidad de reducir significativamente el impacto socio-medioambiental en su producción sino que también de construir nuevas narrativas entorno a la diversidad y cultura local”.
Pero es enfático en puntualizar que “se deben cuidar las escalas de producción para no caer en las mismas problemáticas de las que estamos tratando de solucionar […] se debe cuidar el ciclo productivo completo y no solo centrar en aspectos de biodegradabilidad y/o compostabilidad. Además, debemos prestar atención a generar un equilibrio entre la producción masiva y global de estos nuevos materiales y el acceso restringido y segmentado de productos de lujo”.
Guido Vera, fundador y creador de la marca Guido Vera, ha sido unos de los primeros diseñadores nacionales en explorar los productos, de alta gama, producidos por Desserto. Su última colección “Nova Terra” nos muestra la versatilidad y resistencia de la piel de cactus y su declaración como marca desde el 2016: la moda con cero residuos y libre de maltrato animal son el principal enfoque.
“Yo le puse el ojo a este textil porque este material no necesita agua. Su riego es solo con agua de lluvia y no se utilizan químicos. Hay muchos materiales sustentables, pero de igual manera generan desperdicios y tienen un impacto sobre sus trabajadores”.
Respecto a cómo analiza el uso de este tipo de materiales por grandes cadenas de fast fashion, Vera señala lo siguiente: “hay diferentes gamas, categorías, dentro del mismo cuero [de cactus]. Yo uso la gama alta, mientras que H&M y otras marcas utilizan una gama más baja. Esto no significa que sea de mala calidad, porque tampoco tiene que ver con la calidad, ya que estos materiales, como están pensados con tecnología, es muy difícil que se echen a perder fácilmente”, dice Guido Vera. “La demanda de este textil, a diferencia de otros, no es igual. Este material crece como la maleza y no creo que su demanda genere un problema, al contrario, su demanda puede generar un mejor mercado”.
Biotextiles hechos en Chile
La investigación y desarrollo de biotextiles y biomateriales no es una novedad en Chile. Desde hace años que emprendimientos, personas de forma individual y laboratorios están trabajando en el desarrollo de nuevos tipos de materiales. Muchos de ellos trabajan de forma directa con diseñadores y consumidores que testean sus avances y los prefieren. Sporatex, LABVA, The Copper Company y el laboratorio de biomateriales FADEU de la Universidad Católica son algunos que están en este camino.
Alejandro nos adelanta que “en LABVA estamos trabajando en un biotextil con características de cuero que se obtiene de un proceso de fermentación de la planta Aristotelia chilensis o maqui, donde bacterias secretan nanofibras de celulosa que luego son procesadas para la generación de este nuevo biomaterial. Estamos transitando entre prototipos de laboratorio a una producción más estandarizada y continua de la producción de este biocuero”, dice. “Estamos trabajando con diseñadores que están testeando sus cualidades y características para su aplicación en indumentaria y/o accesorios. Lo que nos acerca poco a poco a una solución local”.
Nuestro planeta está lleno de desechos. Según el informe del Banco Mundial, anualmente se generan dos mil millones de toneladas de residuos; y sin una acción urgente, “los desechos globales aumentarán en un 70% con respecto a los niveles actuales para 2050”. La producción actual de la industria de la moda es una de las principales responsables de esta situación. Es un imperativo buscar nuevas alternativas para disminuir la cantidad de basura pre y postventa de un producto. Los biomateriales son una de ellas, pero no puede ni debe ser la única en cuanto a materialidad.
Por más que la industria de la moda actual promueva la innovación e incorpore nuevos materiales en sus colecciones, mientras no se bajen los niveles de producción y se elimine la cultura de acumulación en la que vivimos, estos esfuerzos serán en vano. Como dice Alejandro Weiss, “es extremadamente importante educar para transformar nuestra forma de consumo para construir una nueva cultura material”.
Si quieres explorar un poco más sobre el tema, el Museo Fashion for Good de Ámsterdam ha lanzado una nueva exposición sobre biomateriales y biotextiles. Puedes hacer el tour online aquí.
Créditos imagen: Guido Vera. Fotografía: Pepo Fernandez, Styling: Sofía Pinto, Belleza: Fran Mellado, Casting: Welovemodels.