La ropa vintage y de segunda mano han ganado cada vez más relevancia como una alternativa para quienes buscamos vestir de una manera más ética y consciente, esto debido a que ofrece muchas ventajas que se ajustan a diversas inquietudes ligadas al consumo sostenible.
Tendencias que vuelven. Temporada tras temporada podemos ver guiños o citas literales de décadas pasadas que vuelven reinventadas para integrarse a la moda actual. Quienes saben que en la ropa usada se encuentran tesoros ven en tiendas vintage, de segunda mano y ferias libres la oportunidad de encontrar prendas que, lejos de ser vestigios de épocas pasadas, pueden convertirse en piezas claves para lograr un look moderno, pero con toques nostálgicos y originales.
Alternativas más económicas. Una de las principales ventajas de comprar “usado” es que podemos acceder a precios mucho más asequibles, incluso cuando se trata de etiquetas de diseñadores.
La ropa más sostenible es la que ya existe. A las ventajas anteriores se suma el hecho de que optando por ropa usada evitamos el gasto energético e hídrico de producir una prenda nueva, lo que se traduce en un menor impacto medioambiental. Además, mantenemos la prenda en circulación, alargando su ciclo de vida, y así reduciendo el desecho textil.
¿Ya estás convencida de darle una oportunidad a esto de comprar de segunda mano? Genial, ahora viene la segunda pregunta: ¿por dónde partir y cómo escoger correctamente? A través de la experiencia personal, un poco de investigación y el consejo de tres expertas en moda vintage, elaboramos esta guía para ti.
Pero primero, ¿cuál es la diferencia entre ropa vintage y de segunda mano (usada)?
No existe una definición universal, pero para algunas personas la ropa vintage es la que fue producida entre 1920 y 1970. Otros dicen que debe tener al menos 20 a 25 años. Podríamos decir que “la verdadera ropa vintage” se produjo antes de 2000, por lo que las prendas confeccionadas después de esa fecha se conocen como de segunda mano o pre-loved (Good on you).
La voz de la experiencia: el consejo de tres amantes de la moda vintage
Andrea Martínez, Editora en Jefe de VisteLaCalle
Desde que era niña Andrea sabía que no quería vestirse igual a todos, por eso siempre prefirió hacer su ropa con Clarita, una modista amiga de su mamá, y hasta comprar ropa en la feria. Hoy en día, a esa decisión de cultivar una identidad y estética propias también se ve acompañada de preferir un consumo más consciente, privilegiando la durabilidad y calidad de las prendas.
Consejos para escoger y hacer una buena compra
“Primero, tener en cuenta que toma mucho tiempo recorrer lugares donde hay ropa vintage, así que lo mejor es dejarlo como panorama para un día relajado. Segundo, lo mejor es saber qué tipo de prenda necesitas, así evitas pérdidas de tiempo, de plata y comprar algo que quizás no vas a usar y terminas regalando. Pero sobre todo, dejarse sorprender por los pequeños tesoros inesperados que pueden aparecer; una vez compré una mini cartera Chanel que creo es de los años 80 y que aun cuando no esté segura de si es verdadera, me gusta apreciar que apareció de repente en un paseo”.
“Lo primero en lo que me fijo es la etiqueta; con ella me doy cuenta de la época en la que puedo situar la prenda y sobre todo, alejar el fast fashion que ahora forma parte de tiendas y ferias. El concepto de ropa usada es a menudo confundido con el de ropa vintage. Eso significa que encuentras prendas de hace menos de cinco años y que nada tienen que ver con los tesoros reales. Lo otro es fijarse en los botones y detalles que pueden ser únicos, como bordados o estampados”.
Tiendas favoritas
“La feria de las pulgas de Valparaíso es mi lugar favorito. Me he comprado ropa a 100 pesos, a 500 y mil, que siempre me preguntan de dónde saqué. Hay que tener harta paciencia nomás. También me gusta mucho la tienda de Coaniquem de Valpo; el resto de mis tiendas favoritas las cerraron. Con respecto a otros lugares a los que amaría volver, Portobello Road en Londres y un par de tiendas en París, porque los vestidos que aparecen por ahí son realmente únicos”.
Francisca Torres, Directora Creativa de Elisa Hai y Slowpieces
Fue en un viaje a Estados Unidos cuando, a los 13 años, Fran Torres descubrió la ropa usada. “Quedé prendida con las telas y colores. Eso me dejó marcando ocupado, y cuando aterrice en Chile le pedí a una tía que me llevara a la calle de la ropa usada, donde quedé aún más fascinada porque era muy barato y los tesoros infinitos”.
Como asesora de imagen, Fran ha sumado la oferta de ropa usada a la hora de encontrar alternativas para sus clientas. “En términos de trabajo como asesora, lo tengo integrado como parte del clóset de mis clientas. Muchas sienten cierto rechazo porque creen que la ropa está sucia o rota, y hoy sabemos que el mercado es bastante amplio como para quedarse con ese pensamiento del pasado. Todas mis clientas de los últimos cuatro años no solo tienen ropa usada, sino que aprendieron a comprar conmigo para que no me necesiten a mí cuando quieran hacerlo”.
Consejos para escoger y hacer una buena compra
“Si vas a tiendas en Providencia o Bandera, anda cómoda, idealmente con zapatillas, una cartera pequeña y una bolsa para poner tus compras. Lleva una lista de compras, porque te aseguro que si entras a todas las tiendas quedarás con los brazos molidos. En tu lista, incluye el color de las prendas, ya que será más fácil la búsqueda. En estas tiendas el orden siempre es por tipo de prenda, pero los estampados y la disposición de las prendas abruma a la gente que va por primera vez”.
“Mira las etiquetas de composición. No todo el poliéster es malo, sobre todo el que está mezclado con lana en sweaters de colores. Si es poliéster y tiene más de 20 años es un buen poliéster, que no hizo motas y puede abrigar”.
“En lo que más me fijo es en las zonas de axilas, cuellos y puños: tres partes donde se nota cuando el tiempo ha pasado y las marcas de suciedad son notorias”.
“Hoy, a mis 44 años, tengo una fijación por el diseño y los cortes. Entonces mi orden correlativo a la hora de hacer una compra es diseño (o corte), marca y composición. Si esas tres cosas están en una prenda, entonces la compro. También tengo ojo en distinguir lujo falso de lujo real. Pasé de entrenar el ojo en calidades de materiales a distinguir el lujo vintage porque estamos llevando mucho de eso a Slowpieces y no nos podemos equivocar”.
Tiendas favoritas
“Me gustaban los cajones de Bandera, aunque actualmente quedan solo dos, que pertenecen a la misma familia que nunca hizo una cadena de sus cinco locales. Les puedo recomendar una de París, llamada Episode. Me gusta porque esta todo ordenado (aunque tiene pésima luz) y tiene un stock de vestidos vintage hermoso”.
«Hace como 2 años que encontré a El.Habito y me encantó la forma que tiene de vender, además su Instagram habla mucho de cómo es la marca. Creo que las marcas de vintage o ropa usada deben tener un compromiso con el medio ambiente, y por lo mismo El.Habito junto con Tierra Amarilla Norte son de esa onda donde no es vender por vender, si no que hay un compromiso no solo por el consumo de ropa de segunda mano sino también social».
Andrea Hessin, Fundadora de la tienda Reciclage I Love
Podríamos decir que para Andrea Hessin la ropa americana fue amor a primera vista, no solo porque siendo diseñadora teatral era una excelente herramienta de trabajo, sino porque le “abrió un mundo de posibilidades: era práctico, entretenido, tenía muchas opciones y beneficios con una pequeña inversión”. Además permite darle una segunda oportunidad a las prendas. Todo este conocimiento, aparte de su experiencia trabajando en importadoras de ropa de segunda mano fueron afinando su ojo. Pero fue un viaje a Europa el detonante para motivarla a abrir su propia tienda ropa vintage en Santiago: “ver las tiendas de ropa vintage en Inglaterra, desde lugares muy exclusivos, como Virginia, otros más simples en Camden Town, hasta los charity shops, me mostró todo el potencial de una buena colección”.
Consejos para escoger y hacer una buena compra
“Algo bueno de la ropa vintage es su variedad, tal vez por eso es abrumante. Una buena idea antes de comprar vintage es hacer un pequeño estudio de las tendencias (tener algunos referentes, mirar revistas, Instagram, las web de tus marcas favoritas), hacer un mapa de estilos ayuda a la hora de elegir entre tanta diversidad”.
“Elegir cosas extravagantes pero básicas en tus primeras compras, dar ese paso, hace que ganes confianza. Por ejemplo, un blazer hiperestampado o de algún color intenso no va a estar demás y va a combinar con muchas prendas”.
“Visitar estas tiendas con tiempo, disfrutando de las telas, los colores y diseños. Yo le digo “terapia visual”, es una buena forma de acercamiento. Por último, ir sin ideas demasiado fijas; una mente que observa sin una idea predeterminada tiene más opciones de encontrar una prenda ícono”.
A la hora de escoger las prendas que entran en las colecciones de Reciclage I Love, Andrea nos cuenta: “Tengo claras varias tendencias o imágenes antes de elegir, más o menos hago un bosquejo de lo que quiero. Después de eso, me fijo en las telas, luego en los cortes y ubico las prendas dentro de una estética. Por eso nuestro lema es que seguimos de cerca las tendencias y nos gusta ir más allá. Creo que el mejor dato para tener buen ojo a la hora de elegir vintage es ser jugado, buscar prendas distintas ese es el máximo plus de la segunda mano, porque por muy poco obtienes todo el estilo”.
Tiendas favoritas
«La verdad es que recomiendo mi tienda, trabajamos con cariño, nos gusta la ropa vintage, hacemos una super selección, tenemos precios para todos, es un espacio único y entretenido».
En resumen: tips básicos para comprar vintage y/o de segunda mano
Prefiere calidad por sobre cantidad. Suena majadero, pero es un buen consejo a tener en consideración, sobre todo cuando nos enfrentamos a bajos precios u ofertas. El mundo de la ropa usada ofrece verdaderos tesoros, telas nobles y de calidad que durarán muchos años más si las cuidamos adecuadamente, además de hermosas terminaciones. Pero también encontraremos marcas de ropa fast o de mala calidad que en el futuro lamentaremos.
Conoce tu estilo y cuerpo. ¿Eres de tonos neutros? ¿Te gusta arriesgarte con estilos de antaño y estampados vistosos? Conocer nuestro estilo y cuerpo nos permite tomar mejores decisiones a la hora de escoger qué prendas nos encantan visualmente, y distinguir cuáles realmente usaremos en nuestro día a día. ¿Me veo usando lentejuelas? ¿Y ese pantalón bombacho? ¿Ese estampado o color funciona con mi clóset?, son algunas preguntas que podemos hacernos.
No te dejes llevar por los precios (o por las marcas). Si bien los precios son un punto a favor a la hora de comprar usado, no puede ser el único factor determinante, así como tampoco es recomendable dejarnos llevar solo porque encontramos una marca de diseñador de renombre.
¿Qué necesito realmente? Recordemos que siempre lo más sostenible será no comprar en absoluto. Por eso cuando salgas en esta búsqueda, lo ideal es ir sabiendo lo que estás buscando. Revisar nuestro clóset previamente e ir con una idea de qué estamos buscando (por ejemplo: chaquetas) puede hacer de esta experiencia una mucho más efectiva y menos abrumadora.
Si no estás segura, no lo compres. Esto aplica a toda compra, pero nunca está de más recordarlo. Si esa prenda sigue dando vueltas en tu cabeza, entonces vale la pena ir a darle una segunda oportunidad. Si la olvidas, definitivamente no era para ti.