Para quienes apreciamos la calidad de las telas y compramos ropa usada frecuentemente, leer las etiquetas es el “desde”. Y es que no solo son excelentes indicadores de qué tan carreteada puede estar una prenda, sino que también sirven para comprobar la composición de estas. En el mundo vintage incluso se dice que mientras más curva y pequeña sea la tipografía de una etiqueta, más elegante es una pieza.
Pero, ¿qué pasa cuando estás al frente de una prenda nueva y no te encuentras solo con una, sino muchas capas de etiquetas? Bueno, primero que nada, debemos saber leerlas, porque de esto depende que nuestro consumo sea más consciente –respecto de las telas que elegimos para vestir– y además entendamos cómo es que a través de distintas técnicas de lavado podemos incrementar la vida útil de la ropa.
No son mensajes encriptados, son pictogramas fáciles de interpretar
Si bien en la actualidad existen cinco sistemas de pictogramas que condensan las instrucciones de lavado en el mundo (el europeo, el estadounidense que se fusionó con el de Canadá; el japonés, el chino y el australiano), los símbolos de lavado de cada región son muy parecidos entre sí y se pueden resumir de la siguiente manera.
Lavado
Representado por un balde, si no tiene agua significa que puedes lavar normalmente en la lavadora, pero si el dibujo incluye una mano entonces debes lavar y enjuagar la prenda tú misma. Ahora en cambio, si contiene una equis, simboliza que solo es posible limpiar de manera profesional y/o en lavandería.
Cuando dentro del balde de agua vienen números, estas cifras indican la temperatura en grados Celsius a la que debes lavar tu ropa, la que a veces también puede estar representada por puntos (un punto en el agua significa lavar a 30 grados máximo, dos puntos a 40 grados, etc.). Ahora bien, si el cubo de agua lleva líneas debajo, significa que el lavado de la prenda en cuestión es delicado y debes programar la lavadora para que trabaje en modo más suave.
Un aspecto súper importante en el lavado es la eficiencia. Seguramente quieres lavar la mayor cantidad de ropa en un proceso de la lavadora –quizás porque estás pensando en el ahorro energético del mismo–, pero la verdad es que los expertos recomiendan llenar solo las tres cuartas partes de la máquina. Esto, porque al quedar las telas demasiado apretadas, no se permite que el jabón y el agua se mezclen de la mejor manera.
Blanqueado
¿Te pasa que las etiquetas de tu ropa no siempre contienen un triángulo, que es el símbolo de blanqueado? Como es de conocimiento común que el uso del blanqueador se debe aplicar solamente para prendas blancas, las marcas omiten esta instrucción de lavado, sobre todo en el caso de prendas de tonos oscuros.
Pues bien, si te encuentras con un triángulo equilátero antes de lavar una prenda, debes fijarte en si este está en blanco (indicando que sí se pueden usar blanqueadores), si tiene rayas transversales dentro (que significa que solo está permitido usar un blanqueador que no contenga cloro), o si está pintado y/o contiene una equis (que es cuando no se recomienda usar ningún tipo de blanqueador).
Ojo, que en el mercado existen muchos blanqueadores que contienen cloro –especialmente en formato líquido–, e incluso muchas personas blanquean su ropa exclusivamente con estos productos. Sin embargo, numerosos estudios han comprobado que el cloro no hace más que dañar la ropa, ya que es altamente oxidante y no solo provoca el envejecimiento de las telas debido al debilitamiento de las fibras, sino que también hace que estas pierdan su elasticidad.
Secado
Acá debes estar atenta al símbolo del cuadrado que, cuando tiene un círculo dentro, representa el uso de secado a máquina, mientras que la cantidad de puntos que contenga dictará la temperatura correcta del proceso (un punto, baja temperatura; dos puntos temperatura media).
Ahora bien, puede que no sea tan común verlo, pero existe toda una simbología relacionada con el secado a mano. Muchas veces y, sobre todo por las altas temperaturas de los procesos de las máquinas, las prendas pueden perder su color y forma, dependiendo de su composición. Por lo mismo, se recomienda secar ciertas prendas al aire libre o en una superficie plana –cuando se trata de suéteres, por ejemplo, para no provocar un estiramiento innecesario de la prenda–.
Si no secarás a máquina, es recomendable sacar la ropa húmeda de la lavadora lo más rápido posible; luego sacudirla para evitar que tenga muchas arrugas y colgarla.
Planchado
Finalmente, ya sabrás que este pictograma es el más fácil de interpretar, porque es una misma plancha la que indica cómo debes realizar este proceso. Sin embargo, hoy existen muchas prendas que no pueden ser planchadas porque contienen altos porcentajes de fibras sintéticas. Ojalá no sea el caso.
Pues bien, si el símbolo de plancha de tu prenda está vacío indica que se puede planchar. Si tiene puntos, esto representa la temperatura adecuada a usar según el tipo de ropa. Por último, si contiene una cruz, entonces no se puede planchar bajo ningún punto de vista, porque incluso podría significar un accidente doméstico que no quieres tener.
Como podrás deducir, lejos la mejor estrategia de lavado es aquella que nos ayude a maximizar el uso de la ropa y, por lo visto, vale mucho más tomarse el tiempo de entender las etiquetas de nuestras prendas favoritas que simplemente conformarnos con la idea de que las cosas de hoy tienen una vida útil corta.
Infografías: Carlos Zahumenszky / Gizmodo. Simbología reproducida bajo licencia Creative Commons.