Nos aceramos a fin de año y poco a poco aparecen en nuestro horizonte las tan deseadas vacaciones. Y como ya les contamos de qué se trataba el turismo lento, en esta edición quisimos indagar sobre aquellas acciones, reflexiones y actitudes que pueden hacer de cada uno de nosotros un turista que vive sus viajes de manera más balanceada, eco-amigable y respetuosa.
Ligeros de equipaje: Por razones prácticas, subjetivas y ecológicas, viajar con un equipaje ligero es un beneficio. Por una parte, es un tremendo ejercicio para distinguir lo esencial de lo accesorio, y por otra, mientras menos llevemos, menos peso cargamos y tenemos menos cosas de las cuales preocuparnos, además de darnos una agradable sensación de libertad.
Llegando a destino: Dependiendo de dónde estemos viajando es cómo podremos llegar a él. Greenpeace recomienda preferir transporte terrestre, pues los aviones son la principal causa de emisiones de gases de efecto invernadero en el sector turismo.
¿Qué pasa si debo subirme a un avión? Lauren Singer de Trash Is For Tossers recomienda reservar viajes directos a destino, ya que durante el despegue y aterrizaje es cuando se gasta más combustible. Además, algunas aerolíneas están implementando e-tickets, es decir, no es necesario que imprimas tu boarding pass, pues basta con descargar un pdf en tu teléfono celular.
*Bonus: Algunos vuelos permiten subir con agua, por lo que puedes llenar tu botella reutilizable antes de subir al avión. Lo mismo con la comida, averigua si puedes llevar tu propio snack. No solo ahorrarás dinero, sino también muchos desechables de un uso.
¡A recorrer se ha dicho! Todo viaje nos invita a movernos, por eso es importante investigar sobre el transporte público de nuestro destino, si hay bicicletas de alquiler o con suscripción diaria, así como las rutas caminables cercanas a tu hospedaje, así podrán ser nuestra alternativa nº1. En caso de arrendar un auto, ojalá sea compartido por más personas y escojamos la alternativa cuyo consumo sea más eficiente.
Calidad por sobre cantidad: Si bien nos han dicho que “tenemos” que recorrer lo más posible y “hay que sacarle el jugo a nuestros pasajes”, nuestra invitación es a cuestionar por un momento esa creencia y darle una oportunidad a conocer las ciudades y localidades con más calma, sumergiéndose en cada una de ellas y utilizando la premisa “menos es más” a la hora de organizar nuestro itinerario. No olvidemos que estamos viviendo una experiencia y que mientras menos corremos, más podemos apreciar, disfrutar y saborear cada rincón que conocemos.
Vivir una experiencia como local: El turismo slow nos invita a vivir nuestros viajes desde una nueva perspectiva, la de las personas que habitan esos espacios y ciudades. Por eso disfrutemos de nuestro próximo viaje comiendo y comprando como un local. Mejor aún si podemos hospedarnos casas, hostales o pequeños hoteles atendidos por locales.
¿Y qué hay del consumo? El punto anterior no sólo nos permitirá tener una experiencia única, sino también aportar a la economía local de ese lugar que estamos visitando. Por eso, recomendamos siempre preferir el comercio local, desde restaurantes, hoteles, tiendas, diseño de autor, ferias o artesanías. No sólo estaremos aportando (¡y votando!) con nuestro dinero, también tendremos acceso privilegiado a la cultura a ese lugar.
*Bonus: Recordemos preguntarnos siempre si necesito eso que me estoy comprando. Muchas veces podemos entusiasmarnos de más y volver a casa con muchas cosas que no usaremos. Vamos por un consumo más consciente.
Una vida con menos basura no toma vacaciones: Por eso nuestros reutilizables de siempre nos acompañan a todos lados: botella, termo, una servilleta o pañuelo de tela, cubiertos y bolsas reutilizables. Con ellos podremos evitar un montón de desechos, desde aquellos que nos dan en el avión o bus, en un restaurant u hospedaje.
¿Y si no nos resulta? Aunque tomaremos todas las precauciones para no generar basura innecesaria, si nos vemos en un apuro, seamos responsables. No botemos nada en lugares que no estén autorizados e informémonos sobre los puntos limpios de esa localidad, de manera de reciclar lo más posible.
Respeto: Así como nosotras esperamos que un invitado cuide y respete nuestra casa y costumbres, nosotros también debemos viajar con esa premisa en mente. Respetar las costumbres, cultura, entornos y naturaleza de nuestros destinos es un must.
¿Listxs para el próximo destino?