Cada vez es más frecuente (y tremendamente inspirador) ver cómo muchas personas dejan atrás las convenciones y se entregan a seguir sus hobbies, pasiones e inquietudes hasta convertirlas en su forma de vivir la vida. Y ese es sin duda el caso de Constanza Eyzaguirre, creadora del blog La Vida en Craft, un espacio que empezó “como una forma de compartir y canalizar un amor y cariño por las manualidades, pero de forma novedosa, atractiva y cuidada”, y que hoy cuenta con más de 30 mil seguidores en Instagram, siendo una de las precursoras del mundo craft en Chile.
Periodista de profesión, para Cony las comunicaciones son algo mucho más general y totalmente complementario a otras actividades o disciplinas. Las manualidades siempre fueron parte de su vida, pero nunca pensó que estas serían parte de su trabajo diario. “Desde pequeña me gustó intervenir los cuadernos para el colegio, hacer regalos a mano, adornar y decorar. Sin embargo, jamás lo vi como algo a lo que me fuera a dedicar, o que fuera a formar parte de mi trabajo. Ha sido un viaje de descubrimiento y de volver constantemente a mi infancia”.
La inquietud por las manualidades y su constante ejercicio ya era parte de la vida de Constanza, pero fue cuando empezó a leer blogs internacionales que vio una oportunidad y el blog La Vida en Craft empezó a tomar forma. “Vi cómo se estaba revalorizando el mundo de las manualidades (o DIY) y se le estaba dando una vuelta más hacia el diseño. Encontré que en Chile no había un espacio como ese, con contenido local, con materiales que se pueden encontrar en la librería de la esquina”. Así, a través de prácticos tutoriales, cuidadas fotografías y objetos que combinan lo hecho a mano con el diseño, La Vida en Craft empezó a ganar cada vez más adeptos.
Y no fue solo por la estética de sus creaciones, sino también por el valor de volver a crear uno mismo. “Pienso que finalmente su valor tiene que ver con conectarse: conectarse el creador con su trabajo, conectarse entre las personas al compartir o regalar algo hecho a mano, conectarse con oficios y formas de trabajar propias de décadas o tiempos anteriores. Conectarse con uno mismo, trabajar con las manos tiene mucho de descubrir procesos internos, de reflexionar y conocerse”.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil y quien sea independiente –como Cony– puede decir en carne propia que los desafíos son muchos, así como las satisfacciones y aventuras en el camino. “Cuando decidí independizarme no tenía muy claro hacia dónde guiar mis esfuerzos. El primer año fue duro porque sentía que estaba algo perdida, ¡hice de todo! Disparaba para todas partes pero no lograba focalizarme en nada. Luego comenzaron a salir trabajos que me dieron la tranquilidad económica y, con eso, más calma para reflexionar sobre qué quería hacer con mi vida. Así apreció la fotografía y la producción fotográfica, trabajo que hoy amo y disfruto cada día”. Hoy, Cony también es parte de la plataforma Genias, donde está a cargo del contenido creativo y además asesora y da talleres a otras mujeres independientes y emprendedoras como ella.
Creativa, con una vida llena de reflexiones, encuentros y desafíos, teníamos mucha curiosidad por conocer cuáles serían las sensaciones favoritas de Constanza. Le encanta el olor a marraqueta tostada con mantequilla, porque “es la simpleza misma. Es un olor que todos hemos sentido alguna vez. Es calentito, acogedor y nostálgico”(1). Su textura favorita es el terciopelo “porque tiene esa dualidad de ser suave y fuerte a la vez” (2). Creció en el centro de Santiago, por lo que cada vez que tiene tiempo regresa a visitar las galerías antiguas, esas donde las vitrinas parecieran estar suspendidas en el tiempo (3). Disfruta enormemente la música: “hay una canción en especial que me produce un sentimiento acogedor, es del grupo Pat Metheny y se llama Beat 70. Mi papá me la presentó y me encanta escucharla y tararearla con él” (4). Para terminar, confiesa que uno de sus sabores favoritos es el chocolate, pero no cualquiera: “el Trencito clásico. Te metes un cuadradito a la boca y se derrite cremoso en el paladar”(5).