Cooked

por | Ago 29, 2020

Una invitación a conectar con el hacer y placer de la comida.

Si hay un espacio de nuestra casa que ha cobrado vida durante estos meses de confinamiento, sin duda ha sido la cocina. En lo personal disfruto bastante cocinar, pero no me considero una cocinera experta ni tampoco solía tener el hábito de cocinar todos los días. Sin embargo, estos meses de cuarentena me llevaron a perderle el miedo a la cocina, y empezar poco a poco a experimentar con recetas tradicionales y otras más audaces que me sacaran de comer pasta día por medio (¡aunque sea mi plato favorito!). Y fue en medio de este reencuentro con la cocina que apareció en mi mente una serie documental que había visto años atrás, pero que hoy me parecía atingente: Cooked, basada en el libro del mismo nombre, de Michael Pollan.

Cooked nos invita a explorar los orígenes de la cocina y el rol fundamental que tiene en la evolución biológica y cultural de nuestra especie, planteando una visión crítica de cómo la industria alimentaria –especialmente durante el siglo XX– nos ha alejado de la cocina, cambiando radicalmente nuestros hábitos, afectando incluso nuestra salud. La comida nos congrega, nos reúne como especie, y sin embargo, hoy desconocemos de dónde procede o cómo se elabora. 

Esta serie documental está estructurada en cuatro capítulos que corresponden cada uno a un elemento: fuego, agua, aire y tierra, introduciéndonos en un fascinante viaje por el impacto y complejidad que cada uno de ellos aporta a la preparación de nuestros alimentos, pasando por el poder transformador de las brasas, la alquimia que sucede al preparar guisos, la magia del aire que transforma ingredientes difíciles de digerir en una de las bases de nuestra alimentación, y el poder transformador de las bacterias. 

Cargado de datos interesantes y miradas expertas en sus oficios, Cooked nos lleva a preguntarnos sobre el origen de nuestros alimentos, pero también a disfrutar el placer más básico que la cocina nos plantea: el de preparar algo delicioso, desde cero y compartirlo con otras personas, instalando como central no solo el valor de la cadena productiva y el conocimiento heredado, sino también el sentido de comunidad como parte esencial de la experiencia de disfrutar de un plato de comida. 

Si ya viste este documental cuando se estrenó, el año 2016, vale la pena revisitarlo. Definitivamente toma otro matiz cuando lo volvemos a ver en un contexto donde nuestros hábitos han sido puestos a prueba y tenemos la posibilidad de empezar de nuevo en tantas áreas de nuestra vida. 

Mi desafío personal: aprender a hacer pan. 

Disponible en Netflix

Me inspira la moda, el respeto por la naturaleza y las personas, así como la belleza en todas sus formas, por eso el año 2016 fundé Franca. y desde ese entonces busco contribuir a vestir y vivir de una manera que combina la ética y la estética. @javiera_amengual

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