La contaminación es un problema, eso lo sabemos bien. Entre los medios de transporte, las actividades industriales y la calefacción de las viviendas, en Chile existen zonas con altos niveles de contaminación que no cumplen con los estándares establecidos para la calidad del aire. Sabemos también que esto afecta la salud de personas y animales, la vegetación, el suelo, los materiales expuestos y, en definitiva, el planeta. Pero cuando de belleza se trata, quizás no nos hemos detenido a pensar de qué forma la contaminación puede afectar nuestra piel.
La industria de la belleza apenas ha empezado a detectar el impacto de estas partículas, ya que se ha demostrado que son tan diminutas que pueden adentrarse en la piel, causando inflamación, por ejemplo. Hay estudios que aseguran que estas aceleran el proceso de envejecimiento, y otros que afirman que estas partículas contribuyen a la formación de acné, o incluso manchas.
Ante esto, en los últimos años ha surgido un nuevo tipo de cosmética que se autodenomina antipolución. Lo que busca, en términos generales, es combatir los efectos nocivos que la contaminación tiene en la piel. Según el New York Times, el principal elemento del cual protegen los productos antipolución es el ozono, un gas tóxico que se forma cuando la luz ultravioleta entra en contacto con óxidos de mononitrógeno. Otras fuentes aseguran que el problema principal es que los agentes contaminantes, que son absorbidos por la piel, reaccionan con el oxígeno de nuestras células y provocan la aparición de radicales libres, que obstruyen los poros y destruyen los antioxidantes como las vitaminas C y E.
Algunos productos antipolución dicen funcionar creando una barrera física que protege la piel de la contaminación, como lo hacen ciertos bloqueadores solares. Y otros en teoría remueven las nanopartículas nocivas con el lavado, por ejemplo. Existen marcas especializadas en este tipo de cosmética, como la marca islandesa Bioeffect, fundada por tres genetistas que desde el 2010 desarrollan métodos para crear, a partir de la cebada, réplicas de una proteína natural humana. En Chile está la marca Natural Detox, que estudia los principales efectos que la polución tiene en la piel y, para contrarrestrarlos, ofrece opciones naturales y orgánicas que, en su mayoría, provienen de plantaciones sustentables.
De todos modos, cabe decir que la cosmética antipolución es un área que está aún en desarrollo, ya que según un artículo de The Guardian, en la etapa de pruebas todavía parece ser necesario estudiar no solo la eficacia de los componentes antipolución por sí solos, sino determinar qué pasa exactamente cuando estos se mezclan con los pigmentos, emulsionantes y siliconas que suelen contener muchos de los productos de belleza convencionales que se usan junto con los cosméticos antipolución. Es decir, que todavía hace falta testear qué pasa exactamente cuando estos productos antipolución se mezclan con otros elementos que usualmente contienen los productos de belleza convencionales. No es lo mismo, dicen, probar la eficacia de una crema antipolución por sí misma versus probarla al mezclarse con el bloqueador solar de una marca común y corriente, el corrector de otra procedencia y demás.
En cualquier caso, lo que sí está probado es que las partículas de la contaminación son microscópicas. Y tiene sentido que, si la piel no tiene una barrera cutánea saludable, estos componentes puedan entrar a nuestros poros.
Quién sabe, hace un par de décadas no se acostumbraba usar bloqueador solar a diario, y ahora todos tenemos bien asimilado que es crucial proteger nuestra piel de los rayos ultravioleta. No está descartado que la cosmética antipolución sea el nuevo bloqueador imperativo a diario.