Decirse natural y estar conformado por plástico es una contradicción de esas que me hacen tomarme la cabeza a dos manos y decir ¿hasta cuándo? Luego respiro y recuerdo que aquí estamos para ayudar, informar y cambiar el rumbo a uno slow que no se deja engañar.
El mes pasado revisamos con detalle qué se entiende por cosmética natural según dos de los principales estándares mundiales de la cosmética natural y ecológica. Pero, como en Latinoamérica aún no construimos un acuerdo general respecto a qué prácticas, procesos, ingredientes y empacado aceptamos para formular un cosmético natural, podemos encontrar productos de manufactura, artesanal o de laboratorio (y con registro sanitario) denominados naturales que contienen plástico en su fórmula. Sí, leíste bien: plástico.
Tenemos cierta claridad respecto al uso extendido de plásticos en el empacado de productos cosméticos y de cuidado personal; botellas, etiquetas, tapas, dosificadores, seguros, protector de adhesivos y un enorme etcétera de los plásticos visibles. Sin embargo, no nos percatamos de los plásticos y microplásticos en las fórmulas de: la pasta de dientes, el gel de ducha, champú, sombra de ojos, desodorante, rubor, base de maquillaje, cremas para la piel, fijador de pelo, quitaesmalte, máscara de pestañas, espuma de afeitar, productos de bebé, limpiadores faciales, tinturas para cabello, burbujas de baño, lociones y bloqueador solar.
Los plásticos están presentes en diferentes productos, desde una mínima fracción hasta más del 90% (Cosmetics Ingredient Review 2012). Por suerte existe el listado de ingredientes o INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients) que es obligatorio esté presente en el empaque primario o secundario de todos los productos que ponemos en contacto íntimo con nuestra piel. Ojo con buscarlo, exigir y aprender a leerlo, ya que es la única forma de informarnos a pesar de la letra chica y todos los obstáculos de diseño tras lo que se busca ocultar la verdad de los ingredientes.
Los plásticos han sido utilizados como ingredientes en los productos cosméticos y de cuidado personal durante décadas, según lo informado por el UNEP en su último reporte sobre ingredientes plásticos en cosmética y su contribución a la contaminación de los océanos. La primera patente se registró en la década del 60, y sigue siendo una de las áreas de innovación y desarrollo en crecimiento dentro de la industria cosmética. Los plásticos son añadidos intencionalmente a las fórmulas con distintos objetivos: regular la viscosidad, emulsificantes, termoestabilizadores, formar películas, otorgar opacidad, aumentar la capacidad de absorción de agua y otros líquidos, exfoliantes, abrasivos, pulidor de dientes, otorgar un efecto óptico de cobertura, vehículo para nanopartículas, aumentar la fijación de una fragancia o incluso como relleno barato para aumentar el volumen.
Los efectos directos e indirectos de los plásticos de origen cosmético para el medioambiente, así como para la salud humana, hoy se vuelven evidentes, desde la contaminación de los océanos hasta su presencia en la placenta humana. Para leer más sobre esto, les invito a dar un doble click al último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Sin duda la incorporación de plásticos en las fórmulas cosméticas y de cuidado personal es “un error de diseño” como dice Beat the Microbead, una campaña y app lanzada en 2016 por Plastic Soup Foundation, que busca reducir la presencia de microplásticos en el mar ofreciendo información al consumidor sobre qué productos los contienen, e impulsar la prohibición de plásticos y microplásticos en los cosméticos. A la fecha existen avances al respecto: Canadá, Escocia, Estados Unidos, Francia, Gales, Irlanda del Norte, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Taiwán ya han prohibido el uso de microplásticos en los productos de cuidado personal. Mientras que Argentina (el primero en Sudamérica, el pasado 4 de diciembre del 2020) Italia e India los prohibirán totalmente en los próximos dos años, y Finlandia ya ingresó el proyecto de ley. ¿Esperanzador, verdad?
Beat the Microbead ha creado un listado con más de mil plásticos con base en la propuesta de restricciones a plásticos de la Agencia Química Europea y los informes elaborados por el UNEP y la consultora ambiental española, Tauw, y ha creado un semáforo de productos que es el corazón de su aplicación. En este listado existen dos categorías para los plásticos:
- Alerta roja para plásticos y microplásticos con robusta información respecto a su riesgo para la salud y el ambiente. Incluye, entre otros, poliuretano, copolímeros de acrilatos, polietileno (PE), polipropileno (PP) y nylon (PA).
- Alerta naranja para “plásticos escépticos”, que consisten de polímeros sintéticos para los que no hay suficiente información disponible o esta se vuelve contradictoria o difícil de encontrar; como la información referida a su persistencia y biodegradabilidad. En definitiva, aquellos plásticos para los que, a la fecha, la ciencia ha entregado información “poco clara” respecto a sus efectos sobre la salud humana y los ecosistemas. Esta lista actualizada en abril de este año incluye, entre otros, derivados de dimeticona, polietilenglicol (PEG) y ácido 2,6-naftalenodicarboxílico (NDA).
¿Cuáles son los plásticos de uso más frecuente en cosmética?
De los más de mil plásticos que podemos encontrar con mayor frecuencia en cosmética “natural”, ya sea por desinformación o error de diseño del fabricante, y ante los cuales podemos poner más ojo a la hora de leer el listado de ingredientes, son:
Carbomer, también conocido como ácido poliacrílico, es un agente espesante sintético que confiere consistencia a los productos. Es un ingrediente muy utilizado en todo tipo de productos cosméticos y de cuidado personal como cremas antienvejecimiento, protectores solares y en los hoy ultra populares geles desinfectantes de manos. Es el segundo microplástico más registrado en la base de datos de Beat the Microbead. Se considera un polímero poco degradable en el medioambiente y muy tóxico para la vida acuática y el polímero líquido más utilizado en cosmética según el último informe de biodegradabilidad elaborado por CodeCheck en colaboración con las ONGs Friends of the Earth y Ocean Now.
PEGs, polietilenglicol y sus derivados. Estos son plásticos derivados del petróleo; comprenden una serie de compuestos derivados del etileno, que se denominan PEG-X, donde “X” tiene que ver con el peso molecular de la sustancia sintética final. Son utilizados en cosmética gracias a su bajo costo y a sus propiedades físico-químicas:
- Emulsionante: Estabiliza la mezcla de dos compuestos que por sí solos no se pueden unir. Por ejemplo, en cosmética, estabiliza una solución acuosa y una grasa.
- Capacidad de absorción: Aumenta la absorción de determinados productos cuando se aplican en la piel.
- Oclusivo o aislante: Crea una película sobre la piel, cubriendo las arrugas o poros de forma temporal para mejorar el aspecto.
En el proceso de producción de los PEGs queda un subproducto que queda como contaminante en trazas, el 1,4-dioxano. Según la base de datos Skin Deep® de EWG, más de 8000 productos cosméticos, de los cuales 200 son para bebés y niñxs, presentan 1,4-dioxano. También en su proceso de síntesis se genera óxido de etileno. Ambos compuestos están prohibidos por la Unión Europea y son considerados como carcinógenos por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. Además, los PEGs son capaces de modificar el manto hidrolipídico de la piel dejándola desprotegida, y aumentan su permeabilidad (en algunos medicamentos tópicos se emplea con esta finalidad). Algunos ejemplos, según el INCI: copolyol, polyglykol, polysorbate, ceteareth-, ceteth-, cetholth, poloxamer 407, laureth-, pareth, etc.
¿Cómo evitar esta profunda contradicción?
Como consumidoras, una forma de evitar estos plásticos es leyendo el INCI; si es preciso, ayudándonos de aplicaciones y listados ya existentes, como Beat the Microbead o CodeCheck. Una vez más, es necesario educarnos antes de consumir y recomendar lo verdaderamente natural.
Yendo un paso más allá, cambiando las texturas clásicas que preferimos en nuestros productos, tratando de dejar atrás formulaciones como las cremas y geles que necesitan de espesantes, emulsionantes y surfactantes (la mayoría de origen sintético). ¿En serio necesitamos que las fórmulas no sean líquidas?
Como fabricantes de escala artesanal o doméstica, educándonos, exigiendo el listado de ingredientes a los proveedores de “cremas base” y “geles base”. Y creando formulaciones desde cero y con cero tóxicos, lo que seguro exigirá mayor formación y expertise que un curso con recetas, pero es deber.
Como ciudadanas, movilizándonos por una regulación más estricta para los artículos cosméticos y de cuidado personal basada en la evidencia científica disponible.
Bibliografía
Cosmetic Ingredient Review. 2012. Safety Assessment of Modified Terephthalate Polymers as Used in Cosmetics. Tentative Report for Public Review, Washington D.C. 20 pp.
Test to Assess and Prevent the Emission of Primary Synthetic Microparticles (Primary Microplastics). J. Ooms et al., 2015. R001-1228661JUO-sbb-V06-NL
The Invisible Danger: Hidden Polymers in Cosmetic Products. CodeCheck report, UK, 2020.