Ya sea por la sobreproducción en la industria de la moda o por el consumo excesivo, lo cierto es que el impacto de la industria textil en el planeta va en aumento. Así al menos lo afirma el informe de la ONG británica The Waste and Resources Action Programme (WRAP), que sostiene que los esfuerzos por reducir el impacto medioambiental de la ropa están siendo «anulados» por el aumento de los volúmenes de producción.
Y aunque este problema suele asociarse de forma exclusiva al modelo de negocio del fast fashion, la industria de la moda de lujo también se está enfrentando al desafío de inventario no vendido. La principal diferencia radica en que no vemos imágenes de prendas de Louis Vuitton, Chanel, Gucci o Hermès, apiladas en vertederos.
Entonces, ¿cómo gestionan el stock sobrante las luxury brands?
Según los analistas de la compañía de servicios financieros Barclays, el valor del exceso de inventario mantenido por los grupos más grandes de la moda de lujo ha crecido a miles de millones de dólares en la última década, llegando el año pasado a 3.200 millones de euros en LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, y 1.500 millones de euros en el grupo de lujo francés Kering.
Pero deshacerse de este exceso de inventario es un desafío cada vez más complicado; las nuevas regulaciones de la UE no permiten la incineración y los actores del lujo se muestran reacios a depender de los canales de descuento, pues pueden plantear un problema de deseabilidad.
En busca de soluciones y mejoras en gestión de inventario, las principales casas de lujo están invirtiendo en tecnologías de inteligencia artificial para actualizar sus estrategias que permitan minimizar las cuentas mayoristas y evitar rebajas estacionales, priorizando concesiones controladas directamente en grandes almacenes y vendiendo a través de su propia red minorista. Esto les permite tener un control total sobre los precios y el inventario.
Marco Bizzarri, ex CEO de Gucci comentó en un artículo de Business of Fashion, sobre la necesidad urgente de repensar el modelo de negocio de la moda de lujo para abordar la sobreproducción, abogando por un enfoque más sostenible, que priorice la calidad sobre la cantidad y fomente la circularidad en el diseño y la producción de prendas.
La sobreproducción en la moda de lujo también plantea interrogantes éticos sobre las condiciones laborales de los trabajadores en la cadena de suministro. Informes de organizaciones como Clean Clothes Campaign y Fashion Revolution han documentado casos de explotación laboral y salarios injustos en fábricas textiles, especialmente en países en desarrollo donde se concentra la producción de prendas de lujo.
Desaceleración
“2023 ha sido un año inquietante para el lujo. Después de dos años de notable recuperación post-Covid-19, definida por tasas de crecimiento de dos dígitos, el sector experimentó una desaceleración progresiva del crecimiento trimestral hasta alcanzar tasas bajas de un solo dígito. Si bien dicha normalización del crecimiento era predecible, no todas las empresas de lujo pudieron anticipar y navegar con éxito esta tendencia. Como resultado, sólo alrededor de dos tercios de las marcas de lujo pudieron registrar un crecimiento en 2023, en comparación con aproximadamente el 95% entre 2021 y 2022”.
Fuente: Estudio anual de mercado mundial de artículos de lujo de Bain-Altagamma, 2023.
Esto no quiere decir que la gente no siga comprando en su marca de lujo favorita, pero es posible que reduzcan el tamaño de su cesta de la compra, lo que se traduce en una reducción del volumen de ventas de las marcas de lujo. “El recorte del gasto en lujo ha sido una de las principales preocupaciones de los clientes de rentas altas en los últimos seis meses”, según Saks Luxury Pulse Survey de mayo de 2023.
Con la creciente demanda de transparencia y responsabilidad, ¿es probable que veamos un cambio gradual hacia modelos de negocio más éticos y sostenibles en el mundo de la moda de lujo?.
Por nuestra parte, seguiremos generando las conversaciones necesarias en busca de esas respuestas.
LECTURAS RELACIONADAS QUE TAMBIÉN PUEDES DISFRUTAR:
Fashion Week y sostenibilidad: ¿Es tiempo de repensar las pasarelas?
