Con una inflación internacional que a todas y todos nos tiene (o al menos, intentando) apretar el bolsillo. Por su parte, las grandes marcas y retails están apostando y siendo presionados por cumplir con mayores estándares de transparencia, calidad y sostenibilidad en sus cadenas de suministros, producción y confección. La realidad y la tendencia han desencadenado o puesto mayor presión al hecho que las y los consumidores están reacondicionando sus pertenencias y recurriendo a los mercados de segunda mano para evitar comprar nuevos.
El año 2020, la Unión Europea aprobó el derecho a reparar de las y los consumidores, con el fin de ahorrar dinero y costo, además de facilitar el desarrollo y objetivos de economía circular que se han propuesto.
“El derecho a reparación puede referirse a diferentes cuestiones y situaciones: la reparación durante la garantía legal, después de que la garantía legal haya expirado, y el derecho de los consumidores a reparar los productos por sí mismos. Los índices de reparación dependen del tipo de producto, siendo el costo la razón más importante por la que los consumidores evitan la reparación”, afirman desde la organización.
Otro ejemplo de cómo avanza este derecho, es que este año el Estado de Nueva York aprobó el primer proyecto de ley de «derecho a reparar» de los Estados Unidos, llamada Ley de reparación justa. Medida que exige a los vendedores de «productos electrónicos digitales» el poner tiendas independientes a disposición de los consumidores, para que éstos tengan las herramientas, las piezas y las instrucciones de reparación.
¿QUÉ DEBEMOS ENTENDER COMO DERECHO A REPARAR?
El derecho a reparación de un producto puede significar varias cosas.
- Primero, está el derecho a la reparación durante el periodo de garantía. Durante el cual, la o el consumidor tiene el derecho a exigir una reparación o cambio de equipo.
- Segundo, el derecho a la reparación después de que la garantía legal haya expirado. Y es aquí donde se complica el tema, y nos encontramos frente a las siguientes situaciones: la reparación costaría demasiado (en comparación con la compra de un producto nuevo); no hay piezas de repuesto disponibles; no hay talleres de reparación cercanos o los productos están fabricados de tal manera que no pueden repararse.
- Tercero, la falta de información técnica y piezas de recambio para poder reparar ciertos productos.
Pamela Castro y Felipe Ferrer son los fundadores de ReparaLab, proyecto chileno itinerante de reparación gratuita de textiles y electrodomésticos creado por Modulab. Su expertise y trayectoria en esta materia, los ha llevado a entender el derecho a la reparación como una nueva manera de consumir.
“Hoy en día no hay acto más político que comprar. Al gastar tu dinero pones tu voto, y esa es una mirada nueva sobre cómo gastamos nuestro dinero. Esta mirada sobre nuestro consumo inevitablemente va a generar que las marcas nos vendan las cosas de manera distinta”, señala Felipe.
Y agrega que “ya no existirán objetos misteriosos cerrados, que no sabemos cómo funcionan. Hoy los consumidores ya están empezando a conocer conceptos como obsolescencia, nos pasa en cada jornada de reparación, no entienden como un producto está diseñado para que simplemente deje de funcionar”.
CRECE LA DEMANDA DE SERVICIOS DE REPARACIÓN EN CHILE
Estudios han demostrado que las personas prefieren productos que se pueden reparar fácilmente. Existe una disposición mayor hacia la reparación, pero su disposición a pagar por ese servicio dependerá del tipo de producto y de la forma en que se presente la información sobre su reparabilidad.
“La gente se aburrió de que les vendan cosas de mala calidad a crédito. Hay una generación de 60-70 años, que sabe de escasez y desabastecimiento, esa generación sabe la importancia de reparar. Otra más nueva, de entre 15 y 20 años, que exige y es más informada de temas medioambientales y sociales, y entre medio, hay una atrapada en la inmediatez y la solución de necesidades a cualquier costo. Por ello, apuntamos a las primeras”, explica Felipe.
Quienes han participado de las sesiones de reparación de ReparaLab, saben que es toda una experiencia. No tan solo por los diálogos, experiencias e ideas que se comparten, sino porque se logra entender de forma empírica la importancia —y todo lo que genera— la economía circular puesta en acción.
“Nos llegan mamás con el secador de pelo malo, entonces abrimos el secador frente al hijo para mostrarle que sólo tenía pelos enredados en el motor, ¿justifica comprar otro y pagar con una tarjeta de multitienda? ¿cuál es el precio de la experiencia que vive el niño al ver que el secador es un objeto simple que quizás en un futuro él pueda diseñar o mejorar en colaboración con la marca que lo fabricó?”.
Este último ejemplo, logra reflejar una de las innovaciones más importantes de Reparalab: cambiar las prácticas adquiridas con respecto a cómo nos relacionamos con los reparadores, y la importancia de ellas y ellos para explicar a las personas el proceso y significancia de reparar.
«La necesidad es evidente, destruimos un planeta que se esta quedando sin recursos. En nuestro Manifesto le explicamos a la gente que reparar es un derecho. Reparar enseña ingeniería y diseño, si no sabes repararlo, el producto no es tuyo, eres solo un usuario».
Felipe Ferrer, director de Modulab.
EL INTERÉS POR REPARAR AUMENTA, PERO ¿ÉSTE SE CONDICE LA MANO DE OBRA DISPONIBLE?
Orsola de Castro en su último libro explica en profundidad por qué el reparar es un acto revolucionario en nuestra sociedad actual. “Reparar no significa que no podamos permitirnos comprar algo nuevo, sino que no podemos permitirnos tirar algo […] reparar nuestra ropa es una forma práctica, simbólica, estética, original, creativa, que marca tendencias […] mi ropa soy yo, mi piel elegida, mis principios, mi historia […]”, señala la activista en “Love Clothes Last”.
Hoy en día el derecho a reparar una prenda está más que nunca en boga. Cada día más usuarios buscan arreglar, reparar o reconstruir piezas de su armario, ya sea por una consciencia medioambiental, económica o social.
“El consumidor más experimentado sabe reconocer una prenda de buena calidad. Con esto en mente, y sin ser [nosotros] fabricantes, no nos queda otra opción que alargar la vida útil de las prendas y hacer que la gente entienda que las prendas acumulan una historia emocional. Por ello, en nuestras sesiones de reparación transformamos al reparador en una especie de DJ, un maestro de ceremonia”, explica Ferrer.
El último estudio desarrollado por la Fundación Sol reporta que al trimestre Julio-Septiembre de 2021 más de 52 mil personas se emplean en el sector textil y del vestuario en Chile. Respecto al momento previo al inicio de la pandemia (Diciembre-Febrero de 2020), se han perdido casi 36.000 empleos en el sector.
“Esta es una industria que es bastante endeble, principalmente porque se basa […] en el trabajo informal, altos niveles de cuentapropismo, y hoy en día estamos viendo que son empleos que no se han recuperado versus con otras áreas de la economía. Estamos viendo que en la industria textil no se están creando nuevos empleos”, explica Andrea Sato, investigadora y co autora del estudio.
Por su parte, Beatriz O’Brien, socióloga y coordinadora nacional de Fashion Revolución y directora de Costureras a Toda Máquina, frente a este hecho hace un llamado: “El sector de las costureras es una oportunidad increíble que tiene el gobierno de empleabilidad femenina. Si se dan más fondos para capacitar, la cantidad de mujeres empleadas […] y que le podemos cambiar la vida es realmente significativo”.
El minorista sueco de mezclilla Nudie Jeans ha estado a la vanguardia de las reparaciones, ofreciendo Free Reparais Forever (reparaciones gratuitas para siempre) a sus clientes, y de esta forma, generando empleo formal para reparadores, artesanas y costureras.
La necesidad y búsqueda por reparar crece, y tanto los gobiernos como marcas deben repensar cómo actuarán frente a esta demanda. “Es nuestro deber lograr que las marcas cambien su forma de vendernos los productos, incluir repuestos, manuales de despiece, poder imprimir los repuestos, eliminar el servicio técnico «exclusivo» etc… Lo que sí podemos pedirle a un gobierno es que ayude las Pymes, que aún fabricamos en Chile. Con subsidios, no créditos”, finaliza Felipe Ferrer.
¿Quieres tomar acción? Te invitamos a unirte al movimiento mundial que exige el Derecho a Reparar para todas y todos de manera universal. Aquí toda la información.
Te invitamos a revisar este LIVE donde hablamos con Fundación Sol y Fashion Revolution Chile, sobre las principales conclusiones del estudio «Trabajo en Domicilio: Pandemia y Transformaciones en el Trabajo Textil y la Cadena de Vestuario en Chile» (2022).
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