¿Te has preguntado qué pasaría si comenzáramos a movernos en coherencia y armonía con los ritmos de la naturaleza? ¿O si antes de cada decisión, reflexionáramos sobre las consecuencias que éstas tendrían sobre la Madre Tierra y la Humanidad? ¿Qué mundo crees que veríamos? 

En la actualidad, es inevitable estar ajenas frente a una realidad que se torna cada vez más visible, pero que aun así, no logra curar la ceguera de nuestros ojos. Ceguera que se ha caracterizado por dejar grandes secuelas e impacto sobre el planeta Tierra y todo lo que en él habita. 

Afortunadamente, día a día tenemos la oportunidad de accionar para construir un mundo más saludable, respetuoso y equitativo. Pero para ello, se precisa ser honesta y reconocer que este cambio puede ser posible observando nuestro mundo interno y cuestionando la forma de vida que llevamos. Nuestras decisiones de consumo se encuentran en armonía con nuestro bienestar y también con la restauración del vínculo Madre Tierra – Humanidad. Desde ese espacio, la economía es una pieza fundamental.

¿Cómo hacer frente a este fenómeno?

Para Matriz, la clave está en los VALORES. Los valores son nuestras raíces a la Tierra, son los cimientos con los cuales construimos relaciones con todo y el todo, actuando como referente de quiénes somos y de cómo queremos actuar frente al mundo. Los valores, además, nos permiten reconocer nuestros límites, qué es negociable y qué no lo es.

Entonces, si extrapolamos nuestros valores a la economía, que básicamente es la relación entre seres humanos, su trabajo y el planeta Tierra, ¿cuál crees tú que sería el resultado? 

Si el resultado es lo que estamos viendo actualmente, ¿cuáles están siendo nuestros valores? ¿cuáles rigen mis decisiones de consumo? ¿es el mercado quién realmente regula? ¿reconocemos el poder que tenemos como consumidores? ¿por qué continuamos energizando un sistema desigual que constantemente criticamos? ¿cuál es nuestro rol y responsabilidad a nivel individual sobre el impacto de nuestras decisiones económicas? ¿qué uso le estamos dando a nuestro dinero?

Joan Melé, en su libro “La Conciencia del Dinero», expresaba que el dinero representa voluntad, y sumar voluntades en un mismo sentido abre la posibilidad de cambio. Con mi dinero yo decido si compro algo, lo dono a alguien o decido invertir o ahorrar, y según esas decisiones, estoy favoreciendo un tipo de realidad social u otra. Si en las decisiones de compra o ahorro no incorporamos aspectos cualitativos, potenciamos el traslado de la pérdida de valores a nuestras decisiones cotidianas.

Es necesario tener una gran presencia de ánimo y conciencia para tomar decisiones económicas que no pongan en riesgo nuestras convicciones e intereses más profundos.

Si somos capaces de unir lo que pensamos, sentimos y queremos, podremos cocrear una gran corriente de consciencia que nos permita construir un modelo económico – social que en vez de destruir, construya, regenere y preserve nuestros recursos naturales ¿Imposible? En lo absoluto.

Una de las poderosas alternativas que tenemos para contribuir de manera positiva en la construcción de una nueva economía es potenciar el consumo local y el comercio justo, establecimiento redes de distribución a partir del encuentro entre productores y consumidores, mediante el cual se llegue a un acuerdo entre lo que una parte requiere y la otra parte puede pagar por ello. Ni regateo, ni abuso sino más bien apertura al diálogo porque el trabajo es la dignidad del ser humano, y el salario es parte de su reconocimiento, y con esto no se puede jugar.

Vivir en armonía con la Madre Tierra respetando los ciclos de la naturaleza desde un ámbito económico – financiero no es para nada una utopía, muy por el contrario, nos viene a recordar la fuerza y el poder que reside en cada persona, en sus perspectivas, en sus valores, en su sistema de creencias, en su forma de percibir la vida, en sus decisiones de compra, de ahorro, de inversión y del flujo que le dan a su propia economía.

En física cuántica existe el llamado “Principio Holográfico” que nos indica que así como es adentro es afuera. Esta afirmación se puede extrapolar a que todos los problemas económicos, sociales y ecológicos en el mundo actual son finalmente un reflejo de nuestros propios problemas internos y la única forma de solucionarlos es concientizarlos y resolverlos allá adentro, en nuestro propio hogar, para que luego esa transformación se manifieste a través de nuestras decisiones. 

Sé que en este artículo he puesto varias interrogantes y que pueden sentirse como un gran peso, pero tranquilidad. Te invito a no evadir de estos temas y cuestionamientos, sino que a profundizar en ellos. Puedes iniciar leyendo el E-book “Raíces Económicas”, que es una guía práctica y sencilla, y a participar del programa personalizado sobre el tema que estaremos impartiendo en Somos Matriz. 

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