Bea es siempre sonrisa. Cuando se pone nerviosa, prende un cigarrillo y baja la cabeza. Es una mujer que tiende al silencio, a la escucha, pero su energía por compartir sobre sus pasiones, le gana y a menudo, termina siendo la voz poderosa que nutre a todo grupo humano que la acompaña. Bea, habla de compañerismo y colaboración, de la riqueza de nuestros suelos y de luchas.
Bea es amiga y colaboradora de Franca., y su nuevo cargo, como Coordinadora en Chile del movimiento internacional Fashion Revolution, nos dio la excusa perfecta para entrar un poco más en la vida de esta joven socióloga.
Madre de dos adolescentes (Margarita de 16 años y José de 15) y de alma rockera, vive cargada de recuerdos, tanto personales como sociales, que conserva y no da paso a esfumaduras. Porque el habitar y defender la memoria, es parte de la esencia de Bea y su legado.
Socióloga de profesión… y me dedico a estudiar la moda como esfera cultural del vestir. Pero me interesa especialmente la industria textil desde la perspectiva sociocultural y económica, es decir, cómo producimos y consumimos indumentaria. Creo firmemente que la industria textil puede transformar, para mejor, la vida de millones de mujeres y sus familias a nivel global y local.
El textil como tu campo de batalla… Sí. Es una dimensión de estudio y acción que contiene, por un lado, el factor estético o de diseño, diversas técnicas de costura, tejido y bordado que van desde las fibras naturales a las creadas por personas que me permite una visión y un marco de investigación y de acción política que no encuentro en ninguna otra disciplina. El vestir es arte y función al mismo tiempo.
Además, la industria textil es una parte importante de nuestras economías. Produce valor y genera empleos, los que deben ser de calidad y pueden proveer de bienestar a familias en todo el mundo. No por nada se calcula que una de cada seis personas en el mundo trabaja en torno a la industria textil.
Hablas de textiles, de industria… ¿pero que es el vestuario para ti? El vestuario tiene un sentido muy, muy profundo para mí. Es identidad y protección. Es una marca de nuestro paso por este mundo, de quienes somos y qué representamos. En cuanto a los orígenes de este amor incondicional, a mi mamá le gusta mucho la ropa y heredé ese gusto de ella. Cuando era niña mi papá murió en un accidente, la ropa se transformó en una armadura frente a la vida que podía ser triste y hostil, pero también la utilicé como una herramienta de personalidad propia, de celebración, de todo lo que nos da este mundo. Lo malo y lo bueno.
Y si tuvieras que elegir una prenda de tu clóset, ¿cuál sería y por qué?
Uy que difícil. Creo que sería una chaqueta de cuero rockera que tengo hace más de 20 años, ha sido como una segunda piel y mi fiel compañera de varias batallas. Tengo muchas otras prendas que son importantes para mí y las atesoro a pesar de no usarlas tan seguido. Tengo desde una falda de lentejuelas de colores de la década de los 80s de mi mamá hasta un abrigo de terciopelo negro antiguo que me regaló mi abuela.
Me gusta que la ropa tenga una historia con respecto a mi familia, a momentos de mi vida, a mis amigos o que simplemente siga ahí conmigo hace décadas como testigo de mi crecimiento y madurez.
Cuando estás en contacto con la naturaleza… me siento agradecida de todo lo que nos ha dado. Como una madre de generosidad infinita y cuidado inmenso.
Te enorgullece decir que… soy madre de dos personas que buscan hacer de este mundo un lugar mejor para todes.
El libro que más te ha marcado… “El guardián entre el centeno” (Catcher in the Rye) de J.D Salinger.
Si pudieras cambiar de profesión… sería historiadora o diseñadora.
Un momento que definió tu carrera… fue tomar la decisión de trabajar de forma independiente, como investigadora y articuladora de proyectos. Los cuales me permitieran reimaginar una nueva economía textil con identidad, que cuide los recursos naturales y genere justicia social para las mujeres. Ser activista textil y política dentro de una industria -que estoy segura que tiene el potencial de cambiar la vida de miles de mujeres- e invitar a las personas a revalorizar su vínculo con su vestuario, dejando fuera la cultura desechable que se ha instalado en nuestro imaginario durante las últimas décadas.
Para ti el consumo responsable… es comprender y analizar el impacto que tienen nuestras compras de forma colectiva.
Cómo te imaginas una nueva industria de la moda… ésta debería ser un motor de desarrollo económico, creativo, cultural y político. Traer de vuelta parte de la industria a nuestro país, y regular el sector a través de políticas públicas. Esto, para mí, es una manera de ofrecer una vida más plena en un sentido integral: espiritual, emocional y económico.
Nos permite conectarnos con nuestra identidad y vincularnos de forma colaborativa y comunitaria, dejando de lado décadas de individualismo y exitismos personales.
Un proyecto que te tiene entusiasmada… la Cooperativa Textil de Trabajo “Costureras a toda Máquina”, Fashion Revolution Chile, Encuesta Nacional de Upcycling, clases e investigaciones en torno a las fibras textiles y cambios socioculturales.
Qué cursos estarás impartiendo los próximos meses… estaré dictando la segunda versión del seminario »Moda en Positivo: Historia social de la lana». Las clases buscan vincular nuestra evolución como humanidad desde el hacer y el vestir de las fibras que nos han acompañado y abrigado a lo largo de nuestra historia. Mi hipótesis es que sin innovación textil nuestras sociedades serían muy diferentes. No se puede separar la historia humana de la historia de nuestros textiles. Además, en noviembre, voy a presentar un curso sorpresa que, desde las ciencias sociales, analiza prendas insignes de nuestra era, de la cultura popular y mediática desde mediados del siglo XX a nuestros días. En mis cursos siempre busco vincular: historia, industria textil y etnografía del diseño.
Y para ir cerrando, un soundtrack de tu vida… sería una larga lista de música. Soy fanática de la música desde niña, me muevo dentro de diversos géneros como: el pop, el soul, el jazz, el funk, por ahí va la cosa, pero mi alma siempre será rockera.
Tu momento ideal de relajo… juntarme con mis amigas.
Un olor que te trae recuerdos… el jazmín, me recuerda a mi abuela.
La mejor comida de tu infancia… el ají de gallina, la fuente de papas fritas y la chicha morada de mi abuela paterna.
Tu lugar favorito… en la ciudad que vivo es mi barrio, a los pies del cerro San Cristóbal. Y como paisaje, sin duda, la magnífica cordillera de Los Andes nevada.
Te invitamos a conocer más de Fashion Revolution y unirte al equipo de voluntarios.