A Lucy su curiosidad la ha llevado a explorar múltiples formas de comunicar sus pasiones. Desde la actuación, ha sido protagonista de varias teleseries, obras teatrales y además, ha incursionado en la pantalla grande en películas como “Qué pena tu vida” o “Sin filtro”. 

Como comunicadora, escribió por varios años en la plataforma chilena de moda “Viste la Calle”, además de conducir el programa “Voy Contigo” en radio FMDos y actualmente, ser la conductora del primer programa de TV de moda sustentable “Ticket de cambio” en Canal 13C.

Versátil, alegre, espontánea, humana… así la describen personas que han tenido el gusto de compartir con ella. Madre de Vicente de 2 años y de cuatro gatas adoptadas: Bianca, Juno, Juana y Bigotes, Lucy Cominetti hoy “en la mente de…” nos habla un poco más de su pasión por la moda y cómo para ella el vestir tiene directa relación con el vivir en bienestar. 

Lucy, ¿cómo llegas al mundo de la moda?

Yo crecí en los 90’s, años de auge en la industria; fue la época de las supermodelos y diseñadores como Gianni Versace, que tenían mucho sentido del espectáculo. En mi adolescencia fui modelo por un tiempo y luego estuve varios años colaborando con “Viste La Calle”, así que de alguna manera siempre he estado vinculada a la moda. 

Y específico, ¿cómo llegas al mundo de la moda sostenible?

Hace unos 10 años empecé a sentir la necesidad de incorporar el bienestar a mi forma de vivir. Entonces comencé a hacer yoga y a alimentarme de forma más consciente. Y luego esa consciencia empezó a impregnar otras partes de mi vida. Me empecé a informar sobre el cambio climático y sobre cómo mis decisiones cotidianas tenían un impacto en el medio ambiente y las personas. Y así aprendí a reciclar, a compostar, a tomar decisiones de compra más responsables y eso inevitablemente se tradujo también en un cambio en mi relación con la ropa.

De alguna manera, y sin saberlo, tenía ciertas conductas sustentables previas porque siempre me ha gustado comprar cosas de calidad que me duren años. Siempre he cuidado mucho la ropa y, además, amo lo vintage, pero educarme al respecto me permitió hacer más cosas, como por ejemplo: fijarme en las telas, y preferir fibras naturales; evitar el poliéster, por los microplásticos; reciclar, lo que ya está muy deteriorado; y especialmente, comprar menos y usar mucho lo que ya tengo. 

El programa “Ticket de Cambio” es una idea que te rondaba la cabeza hace años y tiene directa relación con el cambio en tu estilo de vida. ¿Por qué nace la idea, cómo se gesta y se hace posible?

Sí, pensé que debería haber un programa de televisión que abordara la moda sustentable, ya que es demasiado necesario que todos sepamos qué es lo que hay detrás de la ropa que vestimos cada día. Mucha gente no es consciente de que un acto tan cotidiano y sencillo como vestirse tiene muchas consecuencias medioambientales y sociales. Por ello, tenía muchas ganas de que lo que yo había aprendido pudiera llegar a más personas para, ojalá, motivarlas a iniciar un cambio.

Hice un esquema del programa pero en ese momento me encontraba trabajando en otro lado, luego me embaracé y vino la pandemia, así que ese boceto quedó guardado en un cuaderno. Hasta que a mediados del año pasado me junté con Javi Amengual y le conté sobre el proyecto. A ella le gustó y empezamos a trabajar. La Javi asumió como Editora de Contenidos y Bernardo Palau, de la productora Luc Media, tomó la realización audiovisual y aquí estamos.

Como una apasionada de la moda, ¿cómo describirías tu clóset? 

Una mezcla de ropa vintage, diseño local y unas pocas cosas de retail que he cuidado mucho y tienen varios años. Valoro el hecho de que la ropa tenga historia, y además que esté bien confeccionada. Tengo prendas que tienen más de 40 años y no sólo están impecables, sino que también son únicas. 

Ahora Lucy, juguemos un poco…

• Qué película podrías ver mil veces… “Tacones Lejanos”, de Pedro Almodóvar. 
• Un objeto que te trae buenos recuerdos… Una polera de los Rolling Stones que me compré en un recital en Pittsburgh. Justo estaba en Estados Unidos, pero en San Francisco y crucé todo el país hasta Pittsburgh sólo para verlos … Fue increíble esa noche! 
• La palabra que mejor te define… Sensible.  
• La mejor historia que has escuchado recientemente… Una que leí en la cuenta @tweetsquehablan que se llamaba «El beso de la muerte». Trata sobre un encuentro inesperado entre un chico y un «choro». No quiero spoilear porque tienen que leerla, está demasiado bien escrita. 
• El mejor consejo que te han dado… Concentrarme en lo que tengo y no en lo que me falta. 
• Lo que más te gusta de tu día a día es… Cuando puedo dormir siesta abrazada con mi hijo. 
• Tu último encuentro con el arte fue… Un libro con el trabajo de Peter Lindbergh.
• Una canción que te ronda la cabeza últimamente es… Jajaja… Me encantaría que fuera mi música, pero en realidad es «¿Estrellita dónde estás?» porque a mi hijo le gusta quedarse dormido escuchándola en loop.
• Tu ritual favorito… Hacer yoga. Es el momento que me doy para mí, y donde encuentro calma y bienestar.
• Tu lugar favorito en la ciudad… El barrio Las Flores en Providencia y -aunque no voy hace tiempo- le tengo mucho cariño al Parque Bustamante porque ahí crecí.   
• Una causa que te mueve… Llevar una vida lo más sustentable posible y criar a mi hijo con esos valores. También el rescate y adopción animal. 
• En tu velador siempre hay… Agua. 
• Para tí el consumo responsable es… Tomar consciencia del impacto que tienen nuestras decisiones en el planeta y las personas, y de la importancia de cuánto consumo y a quién apoyo a través de una compra.
• Y la moda lenta… Una forma de vestirnos y expresarnos, cuidando y respetando nuestro entorno.
• Tu prenda favorita… una chaqueta de cuero, una biker muy rockera. La tengo hace 10 años y siento que me representa mucho, es muy yo. Y otra prenda especial, que es un tesorito vintage, es un impermeable de una de las primeras colecciones de Claude Montana en los 70’s que tiene una estructura increíble, es muy particular y siento que tuve mucha suerte en encontrarlo… o quizás él me encontró a mí… jaja.