La inquietud y la imaginación son buenas compañeras. Deseos de saber de qué trata algo, proyectar y jugar con opciones. En fin, sentir que de alguna manera creamos algo a partir de lo que leemos y experimentamos. En mi autodefinición de millennial y en el contexto de la era digital y el scroll down, el exceso de información me genera confusión y cierta sensación de ansiedad. Siempre he visto con un poco de sospecha eso de navegar entre capas y capas de opiniones, consejos e información que no se sabe qué propósitos tiene.
Aún así, el internet y sus derivados nos ayudan a abordar las distintas tareas de lo cotidiano. Las apps se han transformado en un puente de soluciones a muchos de nuestros obstáculos diarios. Sin embargo, la duda sobre quién está tomando la decisión; si el algoritmo detrás de la aplicación, la publicidad de turno o mi yo consciente –con un sin fin de sesgos–, no es baladí.
Frente a las preguntas que nos abre el acto de elegir, han aparecido aplicaciones con criterios de sostenibilidad y tintes éticos en distintas áreas. Quizás una de las más conocidas es Good On You, una organización sin fines de lucro australiana, en la cual se puede buscar información sobre una marca determinada (origen, comercio justo, si es cruelty-free). Además, incluye historias inspiradoras de distintos personajes o emprendimientos. Tiene un apartado interesante que se llama “In The Know”, que abarca desde políticas laborales en ciertas industrias hasta razones por las cuales no hacer voluntariados con niños dados los problemas éticos que puede conllevar.
Actualmente, Good On You tiene alrededor de 2.200 marcas en sus registros. Esta app –que también se puede encontrar en versión web– es una manera amigable de invitarnos a saber sobre el impacto de la industria de la moda en las personas, el medioambiente y los animales, y a demandar el principio de transparencia en ella.
Esta aplicación está disponible mundialmente y permite buscar por marcas específicas o navegar las mejores marcas por categorías de objetos, como pantalones, vestidos o zapatos.
Por otro lado, The Good Shopping Guide es una página que entrega información sobre los aspectos buenos, malos y feos de distintas compañías y marcas, con el fin de ayudar a que nuestras decisiones que sean más amigables con el medioambiente en cuanto a la ética de los negocios y la responsabilidad social.
Esta guía tiene secciones desde energía, moda, ética tecnológica, salud y belleza, hasta comida y bebidas. Lo interesante es que entrega información relevante sobre posibles conflictos de intereses y problemas, como que alguna empresa esté involucrada en corrupción o abuso de derechos humanos. Se enfoca en los mismos tres ejes que Good On You: personas, animales y medioambiente.
Una aplicación que está disponible en español se llama Good Guide, la cual fue creada por Dara O’Rourke en el 2009. En ella se utilizan más de 1.500 fuentes científicas para evaluar los impactos sanitarios y ambientales de productos de cuidado personal, para la casa o niños.
La aplicación está disponible en el sistema iOS y Android y es de muy fácil uso. Se toma una foto del código de barras para que la app –que también tiene versión web– ofrezca una evaluación de tres barras (roja, amarilla o verde) que informa en qué nivel está un producto respecto a su impacto en el medioambiente, sanitario y social.
En el ámbito latinoamericano también tenemos este tipo de apps, con un enfoque fuerte en la alimentación.
Marviva Guía Semáforo es una aplicación que tiene el propósito de orientar a los usuarios de Costa Rica, Panamá y Colombia en el consumo responsable del pescado de mar y a promover la diversificación de hábitos de consumo para reducir la presión pesquera sobre ciertas especies.
En la app se ofrecen listados de especies cuya captura, comercialización y consumo imita el funcionamiento de un semáforo. Al ingresar la especie, puede aparecer uno de los tres colores del semáforo, dependiendo del estado de la especie en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; su resiliencia y vulnerabilidad.
En Chile, puedes acceder a la página web de la Asociación de Consumidores, especializada en sustentabilidad y perspectiva de género. Es una asociación sin fines de lucro que colabora como parte del sistema de protección de derechos del consumidor. Su misión es educar en temas de sustentabilidad y perspectiva de género asociados al consumo de productos y servicios, y promover el cambio de prácticas de consumo y patrones de producción sustentables, comunicación y género en el país.
En su web, puedes encontrar un manual del consumo responsable o participar del programa de formación de agentes de cambio que ellos ofrecen.
Frente a todas las narrativas que nos pueden subsumir en una paralización frente al descalabro ambiental, y al determinismo que puede emerger de él, podemos elegir pensar que nuestras acciones cambian las realidades que vamos creando. Puede que en ese abismo resida un respiro de esperanza, algo así como el «yes» del Ceiling Paiting de Yoko Ono en 1966, que solo se puede ver cuando te acercas y lo miras con lupa.
¿Cómo generar esperanza cuando está todo determinado? Como dijo Christof Mauch, lo que necesitamos son narrativas esperanzadoras que nos ayuden a pensar creativamente y a actuar con firmeza. Subir la escalera, tomar la lupa y acercarla al techo. En una de esas aparece «yes».