En su discurso de 1973 el diseñador argeliano, Yves Saint Laurent, pronunciaba una frase que hoy toma aún más revuelo que cuando fue originalmente dicha: “Las prendas son cosas que deberían durar largos años sin transformarse. Me gustan las fibras puras— algodón, seda, lana. No soy capaz de trabajar con fibras sintéticas. Mezclar, sí, pero lo sintético tiene una reacción contraria para el cuerpo. Incluso no me gusta trabajar con mezclas, pero ¿qué puedo hacer? En los años que vienen una polera de seda será un tesoro”.
Encontrar prendas 100% hechas con una fibra natural, de calidad y obtenida de forma ética y justa —tal como predecía YSL— hoy por hoy, es un verdadero tesoro. Una alhaja dentro de una industria de la moda rápida, y la cual opera bajo el fundamento “no importa la calidad, importa la cantidad”.
Por ello, una prenda como el manto chileno de Kuna hecho con hilado 100% de baby alpaca (21 micrones de diámetro y 220 número métrico de grosor) nos permite ver que la calidad para algunas marcas sí importa, y que el valor de una prenda que nace de la búsqueda, la investigación y la colaboración de muchas mujeres y hombres que trabajan a diario esta materialidad, radica en lo que se logra cuando se trabaja en el detalle.
“El manto, el chamanto y el poncho tienen sus diferencias y particularidades. Elegimos el manto porque nos parece una pieza transversal. Kuna trabaja con comunidades, por lo tanto, este producto es la representación del trabajo que parte de la tierra. Desde los alpaqueros, que trabajan bajo altos estándares en la extracción de la materia prima, hasta la labor de la clasificación de la fibra, la cual es hecha casi un 90% por mujeres, y es una técnica que se transmite de generación en generación. Es ahí donde radica uno de sus grandes valores”, nos señala Emma Patthey, Gerenta General de Kuna en Chile.
Desde la materia prima hasta tu clóset
¿Cómo y quién hizo mi ropa? y ¿qué hay en mis telas? dejaron hace mucho de ser preguntas reservadas sólo para los más expertos en moda. La necesidad de información por parte de los consumidores sobre cómo, dónde y qué hay en cada prenda se hace cada vez mayor y se lo hacen saber a las marcas.
En Franca. sabemos y entendemos la profunda importancia detrás de cada una de esas preguntas, y KUNA se ha tomado bastante en serio el hecho de transparentar sus procesos, y así avanzar hacia una propuesta de moda sostenible, ética y respetuosa.
El proceso para la creación de este manto chileno parte desde la crianza y esquila —de los camélidos sudamericanos que habitan en la Cordillera de los Andes— hasta la confección final. Un proceso que toma tres meses aproximadamente, y dentro del cual los estándares éticos y de calidad son respetados paso a paso.
La fibra con que se diseña una prenda es la materia prima de un textil y la primera definición del vigor, resistencia y densidad del mismo. Hugo Baca Valdivia, diseñador de Tejido Plano de Kuna, y con más de 35 años de experiencia en la industria textil, señala que “la fibra de alpaca tiene la característica de ser térmica, vale decir, que a menor peso permite abrigar más que la lana u otras fibras”.
Pero ¿qué le da específicamente esta característica? Su composición y estructura natural. “La fibra de alpaca en su centro tiene un vacío, un hueco, y eso le da la propiedad aislante. Por ejemplo, para aislar las casas de los fríos extremos se usa doble ventana, esto crea un vacío en el medio y ese vacío permite que no salga el calor. Parece increíble, pero la fibra de alpaca tiene esa característica”, señala Baca. Por ello, podemos tener un manto ligero, pero muy abrigador.
Luego de la elección de la fibra, de la esquila y acopio de ésta, suceden los procesos de escogido, el cual es realizado a mano por mujeres expertas en reconocer al tacto la finura y color de la fibra; hilatura, donde se brinda finura y homogeneidad a la fibra; la torsión y vaporizado; para finalmente pasar al proceso de teñido del hilado, el cual es libre de sustancias dañinas y que cuenta con la certificación STANDARD 100 by OEKO-TEX®, y obtener una fibra textil final la cual dará vida al proceso de tejido y posterior confección del manto.
“Para el manto chileno hemos aplicado un tipo de decatizado KD. KD es una máquina especial que trabaja a alta presión, donde la tela entra en un autoclave y va enrollada con una lona especial, la cual le da estabilidad, caída, brillo natural y sedosidad al tacto”, señala el diseñador.
¿Por qué y cómo vestir este manto chileno Kuna?
Este tejido rectangular, con una abertura en el centro para poder pasar la cabeza y que cubre desde los hombros hasta más abajo de la cintura es una prenda con un dibujo y estructura única.
“En el dibujo, las rayas de este manto son difuminadas, de tal manera que son agradables a la vista. Además de su suavidad y brillo natural, no exagerado, lo hacen particular. Hemos puesto mucha atención en no llegar a algo étnico o marcado para algo, lo que lo hace usable para toda ocasión”, comenta Hugo Baca.
“Lo que más gusta, y lo hemos escuchado de nuestros clientes, ha sido que el manto de Kuna es ligero y cómodo de llevar, a diferencia de otros que no te permiten moverte o que son muy pesados”, enfatiza Lea Patthey, Gerenta de Administración.
El manto chileno de Kuna ya se encuentra disponible en el sitio web de Kuna Chile y en todas sus sucursales a lo largo del país.