Sorpresa, algo de emoción y mucha curiosidad fue lo que sentimos cuando descubrimos que en Santiago -prácticamente bajo nuestras narices- se estaban desarrollando cursos y talleres sobre e-textiles, biotextiles y joyería digital, y lo que nos encontramos fue aún mejor.
Entendiendo el diseño como una herramienta estratégica, nace el año 2012 Fab Lab Santiago, primer laboratorio independiente en Latinoamérica perteneciente a la red mundial de Fab Labs, movimiento que hoy cuenta con más de 1.500 laboratorios en todo el mundo coordinados desde Fab Foundation, un spin off del Center For Bits&Atoms de MIT, y cuya misión es “contribuir a la transformación social desde experiencias formativas, investigación y el desarrollo de proyectos con base tecnológica”.
Liderado por los arquitectos Tomás Vivanco y Andrés Briceño, la historia de Fab Lab Santiago se inicia en España, mientras ambos estudiaban un Magíster en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña, lugar donde se encontraba Fab Lab Barcelona y que los introdujo a comprender el uso de las tecnologías de fabricación digital y la computación para hacer nuevas cosas, abrir otros formatos educacionales, generar procesos de innovación aplicada, investigación, etc. “Se entendió en esa experiencia que, como plataforma independiente y fuera de círculos convencionales, la posibilidad de relacionarse con el entorno a través de proyectos era grande, y por ello, se creó un espacio autónomo en Santiago” nos comenta Andrés.
Así, Fab Lab cuenta con diversas áreas de trabajo, como el diseño de proyectos para la movilidad, el medio ambiente y la participación ciudadana (Ciudad Did), el diseño y desarrollo de prototipos y un área de extensión enfocada en programas de diseño, arquitectura e ingeniería a través de contenidos académicos y asesorías metodológicas, además de una marca y estudio de diseño llamado Maquinario, donde desarrollan productos en colaboración con diseñadores nacionales. Por último, destaca la investigación aplicada, en donde los textiles y la joyería contemporánea se perfilan como principales temáticas de trabajo, dejando ver cómo ambas disciplinas pueden dar respuesta a preguntas como el origen, cualidad y uso de los materiales, el ciclo de vida de de un producto y cómo el diseño puede ser una herramienta de expresión, al mismo tiempo que de cambio.
Conversamos con Andrés Briceño, Camila Ríos y Constanza Bielsa, Co-Fundadores de Fab Lab Santiago y encargadas de Open Textiles y Ornamental respectivamente, quienes nos contaron cómo el diseño, la experimentación y creatividad se vuelcan al servicio de un futuro más sustentable.
¿Cómo ha sido proceso de implementar Fab Lab Santiago? ¿Cuáles han sido sus principales desafíos?
Andrés Briceño: Ha sido un viaje intenso que en pocos años nos permitió crecer rápidamente e incluso con hitos como la participación en el diseño y curatoría de la muestra de Chile en la Bienal de Diseño de Londres el 2016 y organización del 13vo Encuentro Mundial de FabLabs el año 2017. Si bien es cierto que este crecimiento nos ha permitido capitalizar experiencias desde la independencia, generando proyectos con destacadas instituciones nacionales e internacionales, el principal desafío ha sido cómo vincularse con un medio que no está acostumbrado a relacionarse con un pensamiento poco convencional que utiliza el diseño como una herramienta estratégica, de cambio y política. En ese sentido, como muchas otras experiencias de destacados profesionales en Chile, se valora nuestro aporte y contribución más fuera del país que dentro de él.
En Chile, estamos muy concentrados en una mirada económica cortoplacista, orientada a la extracción de materias primas y con un formato educacional precario, conservador y uniformado, por lo que diseñar desde Chile es complejo por no tener una cultura asociada a ello, y no contar con un ecosistema que permita escalar, por ello, es bastante difícil mantener todo esto, sobre todo con el nivel de crecimiento que se ha tenido.
«Chile tiene potencial para transformarse en líder de la región desde la creación de valor, entendiendo que posee una riqueza enorme para el desarrollo de bio-materiales, por ejemplo»
Desde su mirada, el diseño, la tecnología e innovación se plantean como herramientas para resolver problemáticas sociales, urbanas y medio ambientales ¿De qué manera aportan a esa discusión?
Andrés Briceño: Fundamos la Fundación Diseño Distribuido porque creemos que justamente las grandes transformaciones provocadas por la tecnología han generado un escenario dónde potencialmente (1) es posible distribuir la riqueza generada (no reducida a lo económico) y (2) se cuenta con mayor autonomía del mercado, por lo que se pueden desarrollar procesos autogestionados, auto-organizados con agendas colectivas (políticas).
Particularmente nosotros nos hemos concentrado en generar y empujar proyectos que permitan justamente fomentar esas dos variables, desde experiencias de aprendizaje que fomentan la autogestión y la construcción de capacidades, hasta el desarrollo de proyectos urbanos que abren perspectivas al empoderamiento ciudadano para el diseño de políticas públicas en la ciudad.
Desde su experiencia ¿Cómo ven el panorama de la innovación y uso de nuevos medios en Chile? ¿Cuál su potencial y/o qué hace falta?
Andrés Briceño: Chile, y su agenda de innovación está muy vinculada a una mirada desde el emprendimiento, es decir, con una marcada posición comercial de ella. El perjuicio de este desequilibrio, es que no se valora la investigación conducente a la innovación, no se comprende el valor del diseño como una herramienta de cambio y transformación social y política, y finalmente no se quiere contestar preguntas relevantes para la sociedad en su conjunto, sino que sólo para el mercado, la única realidad que se valida desde la perspectiva reduccionista económica.
Vemos intentos positivos liderados por algunas organizaciones, particularmente valoramos lo que ha hecho CORFO estos últimos cuatro o cinco años a través de personas con visión como Inti Nuñez y Patricio Feres e inclusive lo que Sebastián Sichel está empujando a través de meter temas relacionados a la Economía Circular, o lo que ha hecho el Ministerio de las Culturas y las Artes a través de la creación del plan interministerial de Industrias Creativas, donde se intenta disponer de espacios que al menos intentan entender todos estos fenómenos, pero creemos que falta aún en aspectos estructurales.
Chile tiene potencial para transformarse en líder de la región desde la creación de valor, entendiendo que posee una riqueza enorme para el desarrollo de bio-materiales por ejemplo. Además vemos que hay una enorme energía de gestión joven que quiere hacer cosas por su cuenta, descubrir, explorar, pensar, lo que ha generado un ecosistema que en pocos años más debiese madurar.
“Seguimos siendo periferia y sólo paisaje” como decía Parra.
En relación al área de investigación textil ¿Cómo creen que el trabajo que desarrollan desde Open Textiles puede aportar a la actual crisis de la industria de la moda?
Camila Ríos: Somos un área de investigación que está constantemente explorando nuevos sistemas productivos para poder rebatir los actuales procedimientos con los cuales funciona el retail. De esta forma, exploramos nuevos procesos productivos análogos o digitales que potencien el comercio justo, la optimización de procesos y la utilización de recursos alternativos no dañinos al medio ambiente. Esta exploración la realizamos con herramientas de fabricación digital y con herramientas análogas para la creación de biomateriales. La tarea no es fácil, por lo tanto la experimentación en estos procesos es clave para el avance en este labor.
¿Qué rol juega la tecnología en la moda y cómo desde Chile podemos aportar a la discusión?
Camila Ríos: El rol principal que juega la tecnología en la moda y en los textiles, es que nos da la libertad de explorar nuevos procesos en distintas etapas de producción: desde su extracción hasta sus acabados. Así mismo, nos permite incorporar nuevas funciones en las prendas, potenciando la interacción frente a ciertos estímulos externos o internos. Esto último nos da la posibilidad de generar cambios importantes en la percepción que tenemos hoy de la moda, ya que efectivamente tiene el potencial de ser un agente de cambio.
Desde el trabajo realizado con Open Textiles ¿Cuáles son los proyectos más emblemáticos que han o están desarrollando y cuál es su potencial impacto?
Camila Ríos: Actualmente estamos desarrollando un proyecto llamado “Economía circular textil” financiado por los Fondos de Cultura, este consiste en la creación de un sistema compuesto por una serie de máquinas -no industriales- para reciclar textiles en desuso. Esta máquina será de código abierto, quiere decir que sus planos serán descargables en internet para libre uso, potenciando la apertura al mercado a pequeñas industrias locales. El resultado de este proceso será una nueva superficie flexible (materia prima virgen) que tendrá el potencial de crear nuevos productos.
Y en relación a Ornamental ¿Cómo nace la idea de incorporar un área dedicada a la joyería contemporánea? ¿Qué rol juega para ustedes?
Constanza Bielsa: La idea nace a partir de la pregunta ¿Qué es la joyería Contemporánea hoy y de qué manera responde con temas y problemáticas actuales dentro de un contexto local? Desde sus inicios la joyería ha formado parte de la historia de cualquier lugar, la cual nos habla de su entorno, creencias, territorio, cultura, materiales, herramientas, técnicas, artesanales locales, etc, lo que a su vez se relaciona con formas de vivir en un determinado lugar y época.
El rol que tiene Ornamental es que de alguna manera se abran diálogos y se expongan temas referidos a lo que sucede hoy dentro del contexto de la joyería contemporánea y de qué manera se relaciona con el medio. Por un lado, habla de nuevos métodos de producción y tecnologías, en nuestro caso “la fabricación digital”, y por otro lado, cuál es la materia prima que dialoga con estos nuevos medios.
Es por ello que Ornamental se estructura en 4 ejes: El primero y fundamental es la Experimentación de nuevos materiales y materiales reciclados, combinados con nuevas tecnologías. En segundo lugar, en un área Académica que busca expandir y compartir contenido tras la etapa de investigación (workshops, talleres realizados en Fab Lab y/o instituciones y universidades). Luego está la Producción, donde se realizan colecciones de joyería contemporánea como resultado de la investigación de materias y formas desde el diseño avanzado, para ser comercializadas dentro de Chile y en el exterior. Y por último, la Exposición y Concurso, donde se buscan espacios donde dar a conocer el proyecto, y así buscar nuevas posibilidades de crecimiento.
¿Cómo crees que la joyería contemporánea puede hacerse cargo de temáticas como la sustentabilidad, generación de residuos o nuevos materiales?
Una de las maneras de hacerse cargo es “hablando y comunicando”. La manera de comunicar de la joyería es a través de la expresión no solamente formal, sino también desde la materialidad. Vemos en la joyería contemporánea diseñadores que nos hablan de política, economía, género, etc. y como medio de expresión y comunicación, Ornamental habla del cruce de la tecnología y los materiales, así como de problemas como el calentamiento global, producción consiente, economía circular, donde lo que se plantea es cómo darle continuidad a las industrias creativas, desde el diseño y el arte.
Trabajamos básicamente con materiales reciclados, realizando colecciones con cueros aglomerado, telas o papel, y en este momento investigamos sobre bioplásticos aplicados a materiales como el papel, arena y cartón. Creemos en la importancia de la generación de nuevas materias primas a partir de desechos, como respuesta a la sustentabilidad.
¿Cuáles son los proyectos que más destacan dentro de Ornamental y por qué?
Por el momento lo más concreto ha sido la colección de joyería en base a textiles reciclados. Ha sido la manera en que hemos logrado materializar y generar contenido concreto como resultado de las áreas que forman parte del proyecto, es decir: La colección nace como respuesta de una experimentación de materiales reciclados, diseñados y fabricados con métodos digitales y artesanales, donde nos hablan de problemáticas actuales. a través de esta colección Ornamental se ha dado a conocer como proyecto, y no solo como un producto.
Por otro lado el área de experimentación destaca por la constante búsqueda en la incorporación de nuevas materias aplicadas a la joyería contemporánea.