Sus ilustraciones encantan a miles de personas alrededor del mundo y ha sido portada de revistas internacionales como Flow, Frankie y Psychologies con mujeres llenas de flores y texturas, donde el color rosa está siempre presente. Pocas personas se imaginarían que detrás de exitosas colaboraciones y gran exposición se encuentra una joven que estudia diseño en la Universidad Católica de Chile que aún no ha terminado la carrera, y cuyo nombre real es Holly.
En Franca. amamos su trabajo, y es un increíble honor que el nuevo header de nuestro sitio web sea de tu autoría. Por eso, hoy quisimos ir un paso más allá y conocer más sobre las sensaciones, pensamientos y gustos de Holly Jolley.
Una idea que me ronda últimamente es agarrar mis maletas y partir a vivir a otro lado.
La mejor historia que he escuchado recientemente se trataba de mí misma, siendo abandonada por un gringo loco en la mitad de París.
Me gusta la gente poco común.
Cuando estoy en la naturaleza siento que soy muy insignificante, me gusta.
Lo que más me hace sentir en casa es levantarme muy temprano y quedarme sentada en mi cama mirando a la nada unos segundos antes de partir el día.
Me enorgullece decir que vivo sola y soy financieramente independiente desde los 22, dedicándome a lo que me gusta.
El mejor consejo que me han dado ha sido: «no comai carbohidratos después de las 3» de mi amiga, la Fran, y también if it’s meant to happen, it will, don’t do anything about it, de un Uber filósofo en Londres.
Algo que quiero cambiar en el mundo, aunque no siento que tenga el poder suficiente para cambiar cosas significativas en el mundo, es que ojalá los gobiernos le pusieran más freno a las corporaciones en temas medioambientales y la gente dejara de usar chiporro, me cargan los chiporros.
Lo que más me gusta de mi día a día es desayunar muy temprano y caminar a todos lados.
Podría ver mil veces las películas The Royal Tenenbaums, Love Actually y Pride & Prejudice.
Un objeto que me trae buenos recuerdos es un ticket naranjo de tren de Liverpool a Newton-le-Willows, del 2015.
El misterio que más me inquieta es si todo lo que hacemos tiene sentido o hilo de alguna forma; si existe el destino.
Me siento indulgente cuando me como sola una barra entera de pan en 15 minutos (me pasó anoche, no sigo los consejos de la Fran).
Me llevé una sorpresa enorme el día que me llegó un mail de Penguin Books en Inglaterra pidiéndome una ilustración.
La palabra que mejor me define es excéntrica.
Mi último encuentro con el arte fue armar un bodegón accidental post ida a la feria, mirar compulsivamente el tigre de Judith Kerr y googlear pinturas de Matisse.
El libro que más me ha marcado es Breakfast at Tiffany’s, es una especie de profecía de mi vida.
Una canción que me ronda en la cabeza últimamente es Walking in the Dark de Metronomy.
Si pudiera conocer a cualquier persona del mundo escogería a Wes Anderson o Florence Welch, o cualquier persona equis de hace unos seis siglos, para preguntarle qué onda la vida antes.
Cuando necesito una pausa camino mucho hasta que se me olvida cualquier problema.
En mi velador siempre hay una taza de té a medio tomar, un libro a medio leer y mi gato Hamlet botando las cosas al piso.
Cuando dibujo, siento que puedo sacarme de adentro emociones que no entiendo tanto.
Un momento que definió mi carrera fue trabajar en mi primer encargo editorial internacional hace unos dos años.
Un olor que me trae recuerdos es la salsa de verduritas de mi mamá y el living de mi abuela Freda que huele raro pero bien.
Mi café o restaurant favorito es, en Chile, Café Doméstico, y en el mundo, Sketch London.