¿Reciclas? ¿Y si te dijéramos que la mayoría de los puntos limpios que existen hoy día no cumple con la misión de volver a dar valor a los residuos? Continúa leyendo para saber cuál es la mejor manera de abordarlo.
Es cada vez más común separar frascos de vidrio, botellas, envases duros como los del detergente; tapitas plásticas y chatarra metálica en general, además del tetra pak, latas de aluminio, tarros de conserva, diarios, revistas y cajas de cartón, de nuestra basura.
Pero, ¿sabe todo el mundo que no basta con llevar estos residuos a cualquier punto limpio? Además de limpiar las botellas o frascos, desarmar las cajas y envases de cartón o tetra pak, aplastar las latas de aluminio y separar las etiquetas de las botellas de plástico, es clave comprobar que efectivamente nuestros residuos vuelvan a tener una vida útil.
De esto es lo que Hernán Inssen se encarga todos los días como director de Hope Chile, una empresa que desde 2013 realiza retiros de reciclaje en casas y oficinas, con el fin de terminar con el uso irracional de los recursos, el consumo irresponsable y la gran cantidad de residuos que se producen a diario.
“Es que el reciclaje te ayuda a darte cuenta de todo lo que estás consumiendo”, dice Hernán. “Por ejemplo, cuando te comes un sándwich y botas su envoltorio, no pasa nada. En cambio, si comienzas a reciclarlo, al final ves que compraste sándwiches toda la semana y que tienes un montón de empaques en tu casa, entonces claramente no estás haciendo bien las cosas”.
Este ingeniero de recursos naturales de la U. de Chile y scout en su infancia, cree que el problema está lejos de terminar, porque los residuos siempre van a existir, entonces hay que seguir trabajando en ello, sobre todo considerando que en Chile se generan aproximadamente 1.15 kilos de desperdicios por persona al día.
Separar, clasificar y volver a valorizar
No todo es negativo, ya que sí ha habido avances en materia de reciclaje en nuestro país durante los últimos años. De hecho, según la Encuesta Nacional del Medio Ambiente de 2018, el 50% de los chilenos declara reciclar, siendo un gran desafío que esta realidad se vuelva cada vez mejor y consistente. “Obvio que hay un mayor interés de las personas en el tema y también una mayor conciencia. En este aspecto, las mujeres son las que más se preocupan y nos contactan, ya sea que requieran nuestros servicios para su casa o empresa. También van hartos papás con sus hijos a nuestro punto limpio. La educación hoy es súper potente”, cuenta Hernán.
En cuanto a otras empresas que se encargan del reciclaje en Chile, Hernán cree que actualmente hay muchas más que las que existían hace cinco años, pero ninguna que ofrezca hacerse cargo de todo el ciclo que deben atravesar los residuos para volver a utilizarse.
“Hay empresas que se han volcado más a capacitar y asesorar a otras empresas, porque con eso generan más recursos, pero van dejando de lado el ‘trabajo sucio’. En cambio, nosotros hacemos el proceso completo, somos los únicos que estamos en toda la operación”, aclara.
Cuando una persona contrata los servicios de Hope, programa el retiro de reciclaje para que este ocurra cada 7, 14 o 28 días, y los encargados de visitar cada uno de los lugares también se preocupan de capacitar a los dueños de casa o empresas en el tema de la división y entrega de la basura.
“Les pedimos a las personas que dividan su basura en cuatro grupos de residuos (diarios, botellas y frascos de vidrio, tetra pak, y botellas y envases plásticos) y nosotros después lo subdividimos en 17 tipos, los cuales derivamos a distintos recuperadores”, explica Hernán.
La importancia de las empresas recuperadoras
Hope cuenta con su propio centro de reciclaje en la comuna de La Reina, donde se reclasifica y procesa todo el material recogido en casas y oficinas para, posteriormente, despacharlo a empresas recuperadoras con las cuales vienen trabajando desde hace años.
El Centro de Reciclaje y Educación Ambiental de La Reina queda en Jorge Alessandri 680, y está abierto a todo quien quiera llevar sus residuos y no pueda pagar el servicio de retiro programado.
En este sentido, Hernán solo se atreve a recomendar el punto limpio de Hope para reciclar dentro de Santiago, ya que en la mayoría de los lugares ubicados en plazas o espacios públicos no existe el sistema que separe los residuos que pueden convertirse en materia prima de los que simplemente no sirven. Y es cosa de ver la cantidad de basura que permanece sin clasificar en estos lugares.
A diferencia de países como Suecia, donde se viene trabajando hace décadas en el tema y los puntos limpios son automatizados –siendo capaces de reciclar hasta 70 toneladas por hora–, en Chile todavía no existe la infraestructura adecuada para todos los tipos de residuos que generamos y tampoco las personas tienen conciencia de esto.
En cambio aquí, todo se hace a pulso. Con los ingresos de Hope no solo se cubre la operación de la planta, sino que también se financian iniciativas como Reforestemos Chile Nativo, de la organización Cultiva, que nace para generar recursos que permitan plantar un millón de nuevos árboles y arbustos nativos entre la Región Metropolitana y el BioBío.
Asimismo, trabajan con empresas recuperadoras de todo tipo para poder revalorizar la mayor cantidad de residuos: “le entregamos material a grandes empresas como Sorepa, que valoriza papeles y cartones, pero también con Green Glass, a quienes les pasamos botellas lavadas para que hagan sus vasos y son una tremenda iniciativa de upcycling”, comenta Hernán.
En Hope les interesa generar mayor valor a sus transacciones, buscando alianzas con empresas que saquen más partido a la gestión de residuos y, por ejemplo, en vez de venderle Pet a grandes recicladoras, le venden el plástico a las personas de Desafío Ambiente, donde lo trituran para venderlo como material reciclable o materia prima de mayor valor.
Es que Hernán está convencido de que son las pymes las que pueden hacer los cambios que necesita nuestra sociedad y por eso invita a seguir a Hope (@hope.reciclajeadomicilio) en redes sociales, ya que siempre están haciendo actividades para fomentar la economía circular, desde talleres de compostaje a concursos para crear nuevas formas de reciclaje.