“Roca” o “piedra”, eso significa en japonés la palabra Ishi (石) que frecuentemente se utiliza para simbolizar fuerza y estabilidad. Al conversar con Gina Barrios, una de las promotoras de moda latinoamericana más importantes de México y fundadora de la marca de joyas Ishi, comprendo que este nombre complementa muy bien el concepto wabi-sabi con el que se siente identificada.
“En la estética tradicional japonesa, el wabi sabi honra la belleza de las cosas imperfectas y celebra los estragos del tiempo. La joyería tiende a ser extremadamente perfecta, con simetría total y nuestras piezas expresan lo inesperado, con piedras cortadas de diferentes formas para que ninguna sea igual a la otra, aunque pertenezcan a la misma colección”.
Gina Barrios, Fundadora de Ishi.
En Ishi, cada accesorio es hecho a mano por medio de técnicas tradicionales a cargo de artesanos, incluyendo a mujeres Zapotecas de Oaxaca -a cargo del proceso de la seda- y Huicholes de Zacatecas, expresando así la riqueza cultural y espiritual de las diferentes culturas mexicanas.
“Ocupamos materiales naturales, unos más resistentes que otros. A mí me encanta trabajar con piel y con sedas porque se van transformando con el tiempo, inclusive el metal que pareciera ser muy estático, no lo es. Finalmente, es una invitación a encontrar la belleza en la transformación, dado que nada es permanente”.
Por lo mismo, Gina es categórica al decir “usen las joyas, diviértete con ellas, no las dejes para una ocasión especial”. Y para ello, las joyas de Ishi destacan por la practicidad: “me fijo muchísimo en que los aretes no pesen, así como que los broches no se volteen, la idea es que sean fáciles de usar en el día a día”.
¿Qué te inspiró a entrar en el mundo de la joyería?
De pequeña tenía una fascinación por hacer cosas chiquitas, de forma intuitiva hacía joyería y me divertía mucho por la parte manual y meditativa del proceso y me encantaba regalarlas a mis amigas. Siempre me gustó y naturalmente desarrollé una pasión por la joyería que se tradujo en el nacimiento de Ishi.
¿Qué prácticas sostenibles han implementado en la creación de sus joyas, por ejemplo, de dónde provienen los materiales que utilizan?
Trabajamos con artesanos que trabajan en sus casas, a sus ritmos, en sus espacios y les pagamos por pieza, entonces es una forma de valorar lo que ellos hacen al precio que ellos le ponen.
En cuanto a los materiales estamos cuidando contaminar lo menos posible; usamos plata reciclada por medio de radiografías y rollos fotográficos, si bien no es el proceso más limpio, conseguimos reciclar metal. El oro que usamos también es reciclado.
Y en cuanto a la seda, está hecha de la manera más artesanal con impacto ambiental nulo. Son gusanitos que cultivan las mujeres Zapotecas, les dan de comer con las hojas de su propios jardines, ellas hacen todo el proceso de cocción de los capullos, de hacer el hilo a mano… Y bueno la piel bovina, es de postconsumo y se la compro a una tenería en Leon con los más altos estándares de calidad (ISO 9001)
¿Qué papel juega la innovación en sus procesos de diseño y producción?
Ahí tenemos un reto porque actualmente no desarrollamos mucha innovación, pero de haber un crecimiento sustancial se requerirán de más artesanos no necesariamente de una implementación de tecnología pues prefiero tener más gente trabajando, gente que aprenda, gente que tenga un oficio a meter máquinas. Hay muchas cosas que las máquinas no saben hacer.
¿Cómo ves la evolución de la industria de la joyería en términos de sostenibilidad?
La joyería es un nicho de consumo que suele ser superfluo, creo que a poca gente le importa si su joya está hecha con procesos responsables o no. Es tal el lujo o el deseo la sostenibilidad pasa a segundo nivel.
Obviamente hay muchos negocios, diseñadores y marcas a las que les interesa hacer las cosas bien, pero en cuanto a los consumidores de joyería, hay muchísima gente que no sabe sobre los procesos de extracción, y lo contaminantes que puedan ser.
Con eso en mente, ¿cuál fue entonces tu motivación para convertirse en un productor de joyas de bajo impacto?
Básicamente porque yo estoy siguiendo mi pasión. A mí me gusta lo hecho a mano, lo artesanal. Entonces para mí era más que obvio que, por ejemplo, mi empaque iba a ser uno que no se convirtiera en basura y que fuera hecho por una mujer Zapoteca.
A partir de esta entrevista, que creo que tiene mucho valor, voy a tener que desarrollar una línea de comunicación para resaltar nuestras acciones de sostenibilidad para dar a conocer y explicar el por qué hacemos lo que hacemos.