En los últimos cincuenta años el aumento del consumo de alimentos procesados ha significado la producción de enormes cantidades de desechos alimenticios, que ya no son comestibles y que deben ser gestionados de alguna forma, con impactos muy negativos en el medio ambiente. Sólo en Italia cada año la industria de jugos naturales produce alrededor de un millón de toneladas de desechos cítricos no comestibles, lo que representa un problema importante dado los elevados costos de su eliminación.
Al mismo tiempo, la industria de la moda está experimentando profundos cambios, tanto en los procesos productivos como en la elección de sus materias primas, asumiendo cada vez más la responsabilidad de su propio impacto ambiental, central para los consumidores de hoy.
Buscando una solución a este enorme desperdicio en la industria de los cítricos, e inspiradas por la nueva dirección sostenible tomada por el mundo de la moda, Adriana Santanocito y Enrica Arena fundan Orange Fiber, la primera start-up italiana que logra desarrollar un proceso industrial virtuoso y circular que le permite producir una fibra de altísima calidad y además sustentable ¿Y a partir de qué? Pero obvio: de las propias naranjas.
Orange Fiber nace, entonces, para responder a las nuevas exigencias de innovación y sustentabilidad, creando un tejido elegante y de gran calidad para la moda de lujo, capaz de unir ética y estética, conservando los recursos del planeta para las generaciones futuras.
Así, cada año reutiliza varios miles de toneladas de desechos que se originan de la industria de la transformación de los cítricos, y aquello que representaba un importante problema, se transforma finalmente en una tela increíble, muy parecido a la seda y que puede ser personalizado y teñido como los textiles tradicionales, que puede ser mezclado con otros tejidos como algodón o seda, o utilizado en su estado puro.
La fibra se obtiene de la celulosa extraída de la cáscara de las naranjas y da origen a un tejido innovador, que adquiere propiedades aún más revolucionarias gracias a la nanotecnología, incorporado los aceites esenciales característicos de los cítricos, los que al contacto con la piel liberan vitaminas, como la A o C. Además, la fibra posee una capacidad hidratante que se mantiene por alrededor de 20 lavados, aunque ya se están estudiando fórmulas para recargar los aceites esenciales con suavizantes especiales. Mágico, ¿no?
El crecimiento de Orange Fiber no ha dejado de sorprender y en el 2017 Ferragamo, fiel a su ideal de Responsible Fashion, elige esta fbra para lanzar una capsule collection inspirada en la creatividad y vitalidad mediterránea, la Ferragamo Orange Fiber Collection. Esta primera colaboración, que no podía no ser con una marca italiana de larga tradición, le ha dado una gran visibilidad a la empresa, así como a su mensaje sostenible: se pueden crear prendas originales y con estilo, siendo cuidadosos con los recursos naturales.
Enrica Arena comenta a Forbes Italia que, por ahora, su prioridad es trabajar con grandes marcas que puedan sostener los altos costos actuales de la producción y seguir teniendo un producto de nicho, que proporcione oportunidades laborales y al mismo tiempo ayude el medio ambiente.
Esperamos que a medida que crezca el interés y la consciencia de la necesidad de disminuir nuestra huella ambiental, productos como Orange Fiber dejen sus nichos para transformarse en recursos accesibles para todos ¡Lo estaremos esperando!
Imágenes: Esther Lewis para Orange Fiber // Orange Fiber web site