Muchos tenemos una idea de lo que decimos cuando hacemos referencia a las frutas o verduras orgánicas. Quizás nos hacemos la idea de que se trata de productos agrícolas cultivados sin usar pesticidas o productos químicos que dañan el medioambiente o afecten la salud humana. Sin embargo, la realidad es que el término ‘orgánico’ abarca mucho más, como se explica en el Sistema Nacional de Certificación de Productos Orgánicos Agrícolas. Y no solo en el ámbito de la comida. Existen materiales orgánicos de los que podría estar hecha nuestra ropa, como el algodón orgánico. Pero, ¿cuál es la diferencia entre un textil regular y uno orgánico? ¿Qué estándares debe cumplir para ser considerado orgánico?
¿Qué significa?
Los textiles orgánicos se cultivan en ambientes controlados que son –efectivamente– libres de químicos sintéticos como fertilizantes o plaguicidas. En su cultivo solo se ocupan fertilizantes naturales, y el agua y la tierra deben ser monitoreadas.
Ahora bien, cuando una marca quiere comercializar prendas hechas de un textil ‘orgánico’, es necesario que este material sea certificado por una agencia capacitada, es decir, una tercera parte. Dicho en simple, no se puede llamar orgánico a un material textil simplemente por ser natural (algodón, lino, cuero, etc.); la certificación es necesaria. ¿Quién certifica? La Norma Textil Orgánica Global (en inglés, Global Organic Textile Standard o GOTS), es un estándar global que ha sido reconocido como “la norma líder en el procesamiento de textiles hechos con fibra orgánica”, ya que “contiene requisitos claros para el cuidado del medioambiente a lo largo de la cadena de provisión de textiles orgánicos a la vez que sostiene el cumplimiento de criterios sociales”.
¿Cuáles son los estándares para considerar a un textil ‘orgánico’?
La norma GOTS define “los requerimientos reconocidos globalmente para asegurar la condición orgánica de los productos textiles”, para lo cual contempla todo el proceso de producción: “desde la obtención de la materia prima, a través de una producción responsable con el medioambiente y el medio social, hasta el correcto etiquetado, a fin de que el producto final ofrezca al consumidor la necesaria seguridad y credibilidad”. Por tanto, comprende los procesos de procesamiento, fabricación, empaque, etiquetado, comercialización y distribución de textiles realizados con un mínimo de 70% de fibras orgánicas certificadas.
¿Qué significa ese 70%? Que para que un producto textil sea considerado orgánico (o grado 1) y lleve la etiqueta GOTS certificando que obtuvo este grado, uno de los requisitos principales es que debe contener como mínimo un 95% de fibras orgánicas certificadas (y menos o igual que un 5% de fibras naturales no orgánicas o sintéticas). Existen también los productos textiles con la etiqueta ‘hecho con material orgánico’ (o grado 2), en cuyo caso deben contener no menos de 70% de fibras orgánicas certificadas (y menos de –o igual que– un 30% de fibras no orgánicas, pero un máximo de 10% de fibras sintéticas).
La certificación de las fibras se basa en normas nacionales o internacionales reconocidas, como el National Organic Program (NOP) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), o el reglamento CE 834/2007 de la Unión Europea.
Además, hay una serie de requisitos ambientales y sociales que se deben cumplir.
¿Cuáles son los requisitos sociales y ambientales?
En cuanto a lo ambiental, por ejemplo:
– Las fibras orgánicas no deben entrar en contacto con las fibras convencionales y deben estar claramente identificadas
– Todos los insumos químicos (colorantes, auxiliares y agentes químicos de procesamiento) deben ser evaluados y cumplir los requisitos básicos en cuanto a toxicidad y biodegradabilidad/eliminación
– Se prohíben insumos críticos (metales pesados tóxicos, organismos genéticamente modificados)
– Los blanqueadores están prohibidos, al igual que los colorantes de cierto tipo (azoderivados)
– Los operadores deben contar con una política ambiental que incluya objetivos y procedimientos para minimizar efluentes y descargas, etc.
En cuanto a los criterios sociales, los procesadores y fabricantes deben cumplir con criterios basados en las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) e implementar una gestión con criterios claramente definidos para asegurar su cumplimiento. Por ejemplo: empleo elegido libremente, libertad de asociación, condiciones laborales seguras e higiénicas, salario mínimo y vital, empleo regular garantizado, no trabajo infantil, no horarios laborales extendidos, no discriminación, no trato violento o inhumano.
¿Cómo verifica la GOTS el cumplimiento de estos criterios básicos? Mediante auditorías en el lugar de operación y análisis de residuos no deseados y determinación de riesgo de operación. Además, exige cumplir parámetros de calidad técnica del textil, como: solidez al frote seco, al sudor, a la luz, al lavado y valores de reducción luego del lavado; entre otros.
¿Por qué debería importarnos como consumidores?
Según un estudio de la ONG Textile Exchange, el 80% de la tierra ocupada para cultivar algodón orgánico –el material textil orgánico más común– se riega con la lluvia (agricultura de rulo), lo que contribuye a un uso eficiente del agua. Por otro lado, las granjas que lo cultivan pueden tener hasta un 77% más biodiversidad que las no orgánicas. Y sus productores emplean una amplia gama de técnicas para conservar los suelos y el agua.
Esto quiere decir que el algodón orgánico tiene menor impacto medioambiental negativo (un 94% menos de emisiones de gases de efecto invernadero, según Female First). Además, debido a todos los criterios sociales que deben cumplir, es más probable que al comprar prendas de materiales orgánicos certificados se estén apoyando prácticas laborales más responsables. Se ha reportado que los productores de algodón orgánico cumplen con ciertas políticas de ‘trabajo decente’ (definido en la página 28 del estudio), e incluso un 46% son de comercio justo.
Cabe decir que el interés en textiles orgánicos como el lino y el cáñamo orgánico –además del algodón– ha ido en aumento. Según un estudio del 2018 de la Organic Trade Association (OTA), el mercado de los productos orgánicos está creciendo en general. La categoría de las fibras orgánicas es la más grande después de la comida orgánica, y representa un 40% del mercado de orgánicos no comestibles en Norteamérica.