Hace unas semanas hablamos de la Semana de Moda de São Paulo, y cómo el evento presentó una moda política, inclusiva y emocionante, que va más allá del discurso.
Bajo esta misma lupa, es que buscamos conocer más a fondo sobre tantas pequeñas marcas que están destacando por una propuesta de moda sostenible tanto en lo social, político y medioambiental. Las cuales a través del oficio, mejoran la vida de personas en situaciones vulnerables, y con esto promover un movimiento de inclusión social.
Durante el SPFW se destacó el trabajo que se encuentra realizando, en esta dirección, la marca de indumentaria: Ponto Firme. La cual llevó la moda artesanal, sustentable y social a las pasarelas.
Este proyecto nace el 2015, enseñando técnicas de tejido manual a más de 150 hombres privados de libertad de la cárcel de Guarulhos. Luego del éxito de esta iniciativa, en el 2022 abren la Escuela Ponto Firme, donde ejecutan diversos programas y capacitaciones, y donde mujeres, personas trans y refugiados encuentran espacio para aprender nuevos oficios.
Es así como alumnas y alumnos, bajo el comando del estilista y artesano Gustavo Silvestre, fundador del proyecto, se han dedicado a la producción de diferentes colecciones. Proponiendo inclusión y diversidad tanto en su propuesta estética, como en cada pasarela que pisan sus diseños, lucidos por modelos con síndrome de down, plus size, trans, no binarias, orientales, negros y negras.
“Encontré en el crochet una manera de resignificar mi trabajo con la moda y el arte. Descubrí que la técnica podría ser también una herramienta de educación, y así ha sido desde que creamos el proyecto en la cárcel, y ahora, con la escuela”, señala Gustavo Silvestre.
Para la SPFW cada prenda fue confeccionada uniendo lo artesanal con lo sustentable, además de innovar en el uso de materiales reciclados. También se visibilizó de forma tangible y visual “lo hecho a mano”, dejando a modo de código abierto el paso a paso para confeccionar una de las prendas destacadas de la colección para todo aquel que quiera replicarla.
“La dignidad del trabajo es reveladora de nuevas habilidades y talentos, rompiendo con discriminación, prejuicios, situaciones de trabajo esclavo y de tráfico de personas. Ponto Firme desea continuar a promover la reinserción social por medio del desarrollo de prácticas profesionalizantes, así como el apoyo e incentivo para la generación de renta a través de la empleabilidad y el empreendedorismo”, profundiza Silvestre sobre la importancia de marcas con un impacto positivo en las comunidades más vulnerables e invisibilizadas.
En Chile, Maria la Bijoux lleva 6 años acompañando y empoderando a mujeres privadas de libertad a través del tejido, produciendo sus icónicos collares. El tejido como trabajo remunerado posibilita a estas mujeres que se validen en su entorno a través del aporte económico, además de entregar resultados terapéuticos, afirma la María José Aguirre, fundadora de la marca.
Además de haber recibido importantes reconocimientos, como el premio Mujer Emprendedora 2022 y el Premio Impacto Social 2022, su trabajo ha pisado suelo europeo. Este verano (en el hemisferio norte) estará en París para presentarse en la feria Who´s Next, a través del programa Mujer Exporta de ProChile.
Estas dos marcas están dando lección de cómo avanzar en sostenibilidad es mucho más que una etiqueta, certificaciones y materialidades. Ser parte del cambio, impactar positivamente y empoderar a grupos vulnerables puede y debe estar en los objetivos de una marca. Por ello, da gusto ver esto pasando en el mercado de la moda, que siempre ha cargado con el estigma de la superficialidad, cuando sabemos que a través de ella, podemos hacer grandes revoluciones.
Para terminar, mi reflexión personal e invitación es a pensar: ¿cómo las grandes marcas pueden optar por operar de la forma que lo hacen estas marcas? Y antes que eso, en sí pueden trabajar de este modo sin aprovecharse de personas vulnerables, yendo un paso más allá que simplemente pagar el valor correspondiente y justo de sus oficios?
Si se puede hacer en pequeña escala, se debería poder hacer en grande. Claramente, con la complejidad que eso envuelve. Pero sabemos que hay personas capaces. Solo falta que se centren más en lo humano y menos en los intereses económico, ¿no?.
Créditos foto de portada: Danilo Sorrino.
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