Según la francesa y gurú de la vida libre de residuos, Bea Johnson, autora del libro Zero Waste Home (2013), es “una filosofía basada en un conjunto de prácticas dirigidas a evitar los desechos mediante las 5 Rs: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar, y rot o compostar. Esto significa rechazar lo que no se necesita (como regalos gratis tipo lápices plásticos de bancos, correo publicitario, etc.), reducir lo que sí se necesita (haciendo un orden y limpieza en el hogar), reutilizar lo que ya se tiene (en lugar de desecharlo o reemplazarlo), reciclar (si se debe comprar algo nuevo, ojalá de cartón, vidrio, metal o madera) y compostar.
Johnson ha destacado que este estilo de vida la ha llevado a ella y a su familia a estar más saludables, y también le ha significado un ahorro de tiempo y dinero. Y es que el packaging de un producto en general lo hace un 15% más caro que su versión a granel.
¿Quién acuñó el término?
En los 70, una compañía californiana llamada Zero Waste Systems logró manejar los químicos provenientes de una naciente industria electrónica, revendiéndolos a científicos y otras compañías. La empresa era la única que lo estaba haciendo, por lo que logró notoriedad mundial. El fundador de ZWS, el químico Paul Palmer, fundó el Zero Waste Institute y escribió el libro Getting to Zero Waste (2005). Él declaró allí que basura cero «es una teoría práctica sobre cómo obtener la máxima eficiencia en el uso de recursos», dice, «donde la mejor forma de evitar los residuos consiste en reutilizar todo una y otra vez, perpetuamente. Esto solo es posible si la reutilización está diseñada en el producto, desde su origen».
Desecho = Nutriente
La idea de Palmer fue desarrollada más tarde por el arquitecto William McDonough y el químico Michael Braungart en el libro Cradle to Cradle: ReMaking the Way We Make Things (2009). Ellos señalaron que en la naturaleza la basura no existe; el desecho siempre es un nutriente para otro proceso. Así llegaron a la ecuación desecho = nutriente. Un animal que muere alimentará al pasto, insectos y otros animales. Entonces, ¿por qué ocurre que nosotros los seres humanos, siendo parte de la naturaleza, producimos tal cantidad de basura que no alimenta a nada y más bien genera destrucción?
En su publicación, los autores explican cómo los productos pueden diseñarse de tal forma que, terminada su vida útil, se conviertan en alimento para algo nuevo. De esta manera, el paradigma y modelo de manufactura “de la cuna a la tumba” (o cradle to grave) proveniente de la revolución industrial, debería descansar en paz. Ya no más una economía lineal de extracción de recursos, moldeamiento en productos, uso y descarte de ellos, en favor de una economía circular, de la cuna a la cuna, reparadora y regenerativa.
¿Qué significa ser zero waste?
Aquí en Franca. vemos la filosofía basura cero como una alternativa accesible que tenemos como consumidores hasta que todo esté diseñado con el modelo de la cuna a la cuna. Es una forma de minimalismo con un propósito. Es simplificar la vida. Se trata de cómo vivir de forma balanceada, consciente y ecoamigable. Se trata de hacer algunos productos uno mismo (¡por eso la sección Zero Waste DIY!), así como tomar decisiones de compra informadas. Se trata de apoyar lo local y natural, y de vivir en sintonía con el ambiente y la comunidad.