Desde el 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) decretó el 17 de mayo como el Día Internacional del Reciclaje con el fin de concientizar sobre lo importante que es la adecuada gestión de los residuos. Una acción nada menor considerando que la economía lineal -basada en extraer, producir, consumir y desechar- es el sistema productivo que prevalece en la sociedad, sí, también en la industria de la moda.
A diferencia de aquel modelo, la economía circular, se basa en un proceso sostenible, que promueve la optimización de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos, reciclándolos o dándoles una nueva vida para convertirlos en nuevos productos.
Si bien, el reciclaje convierte el material de desecho en algo de aproximadamente el mismo valor, se estima que solo el 1% de todos los materiales vírgenes utilizados para la producción de ropa se reciclan en ropa nueva. Aunque es posible reciclar botellas de PET en textiles de poliéster, reciclar textiles en textiles sigue siendo un gran desafío tecnológico.
Otra consideración clave es que incluso las mejores tecnologías de reciclaje requieren un elevado uso de energía y productos químicos, por lo que disminuir significativamente los volúmenes de producción y consumo global serían las formas más efectivas de reducir el impacto ambiental de la industria de la moda. Y justamente aquí, las fibras recicladas juegan un rol importante.
Fibras recicladas
Cuando hablamos de la industria de la moda podemos identificardos tipos de residuos: pre-consumo y post-consumo. Citando a un artículo de EcoCult, la mayoría de las marcas desechan del 10 al 30 % de su tejido durante la producción, mientras que un tercio de la producción anual total de prendas, nunca se vende a pesar de los grandes descuentos. Eso es el pre consumo.
En tanto, los desechos textiles post consumo, corresponden a ropa usada que los consumidores donan o tiran a la basura, y está impulsado por el aumento del consumo y una cultura de moda desechable basada en comprar, vestir y pasar a la siguiente tendencia.
Las fibras recicladas son aquellas fibras textiles elaboradas a partir de residuos de origen textil de pre y post consumo, así como otro tipos de residuos (como el plástico), las que pueden ser reutilizadas o vendidas como materia prima o utilizarlo en la fabricación de un nuevo producto.
Según el reporte Material Change Insights 2022, los textiles reciclados siguen estando dominados por insumos de desecho no textiles (principalmente plásticos), sin embargo se observan nuevas tendencias en el horizonte. La poliamida reciclada (nylon) está creciendo en escala y participación (ahora en 24.262 toneladas, el 12,01 % de todo el uso de poliamida, frente al 4,5 % del año pasado) y as plumas recicladas (del 0,1 % al 1,7 % del volumen de plumón en cuatro años) están generando una mayor participación en el perfil de plumón.
“Podemos celebrar el aumento en el reciclaje de textiles posconsumo del 0,06 % al 0,6 % en cuatro años, pero el volumen (solo 37 153 toneladas) sigue siendo muy pequeño”, precisa el informe de Textile Exchange. Es decir, el cambio sigue siendo demasiado lento.
¿Por qué es importante para la industria promover el reciclaje textil?
Según cifras del último informe Pulse of the Fashion Industry elaborado por la Global Fashion Agenda, 92 millones de toneladas textiles acaban en los vertederos. A la vez, la Comisión Europea plantea que el 70% de sus emisiones de carbono se generan durante la producción de tejidos, en parte, debido a su dependencia de materias primas y sustancias contaminantes.
Dado que la fibra reciclada se obtiene del aprovechamiento de otras materias, previniendo el desuso de materiales potencialmente útiles, contribuye directamente a un menor impacto medioambiental al obtener materiales renovables con cualidades regenerativas, huellas de carbono más bajas y similares.
Es decir, tal como concluye el reporte Material Change Insights 2022: “Una economía más verde y más justa está en el centro de la transición de materiales”.
Certificaciones y experiencias locales
SISA es una de las marcas chilenas que destaca por una producción consciente. Por ello, no es de extrañar que las lanas recicladas que ocupan estén certificadas por el Estándar Global de Reciclaje o Global Recycled Standard (GRS, por sus siglas en inglés), un estándar internacional que verifica su contenido reciclado, garantiza que se haya minimizado su impacto medioambiental y químico, y asegura buenas condiciones laborales en su producción.
“Nuestro proveedor de lana reciclada se dedica a la producción de este material en el distrito textil de Prato, Italia desde hace más de 100 años. La lana reciclada se obtiene a través de la regeneración de restos textiles y ropa usada”. Sostienen en su web.
Otra apuesta nacional que utiliza fibras recicladas es Bestretch®, marca que desde el 2014 elabora prendas de ropa deportiva con fibras recicladas (PET) “La tela de Poliéster y Spandex permiten un mejor ajuste y calidad a la hora de cualquier actividad física, además, el sistema Dry Fit Pro controla la humedad del cuerpo y un secado rápido para cualquier tipo de entrenamiento”, afirman.
Y si de referentes hablamos, no podemos dejar de mencionar a Ecocitex, una propuesta de economía circular textil con una misión y promesa clara: “Todo producto elaborado con lana de ropa reciclada de Ecocitex se puede volver a reciclar”.
Además, en su proceso no utilizan ni agua ni tintura, es decir, los hilados que fabrica Ecocitex no solo son 100% reciclados, sino que tienen un bajo impacto ambiental y un gran aporte social. “Mitigamos 5,8 toneladas de co2 equivalente por cada tonelada de ropa que reciclamos, mientras damos trabajo a mujeres en reinserción social, capacitándose en un oficio que se creía extinto en Chile”, postulan en su web.
Cuéntanos qué otras marcas conoces con propuestas de fibras recicladas y continuemos la conversación en @francamagazine
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