¿Qué significa?
La energía renovable es un tema que suele surgir en las discusiones sobre el cambio climático. La razón es que algunas de estas fuentes, como las energías solar y eólica, no generan emisiones de dióxido de carbono u otros gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
¿Y qué es exactamente? Es la energía producida a partir de recursos que se regeneran naturalmente y no se agotan. O, como dice la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), las que son “prácticamente inextinguibles”. Las más comunes son: solar, eólica, hidráulica, geotérmica y biomasa.
Más del 80% de la energía total consumida por los humanos se deriva de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural). Sin embargo, sabemos bien que estas fuentes energéticas son finitas, y se van a agotar tarde o temprano. Se habla mucho de que “ya se ha traspasado la tasa máxima de extracción de petróleo, por lo que la producción será cada vez menor y más cara”, según National Geographic.
Las energías renovables (hidroeléctrica, eólica, madera, biocombustibles, solar, geotérmica, desechos), por su parte, tienen un crecimiento mundial más rápido, y su impacto ambiental es considerablemente menor.
De acuerdo con el reporte REN21 de la situación mundial de las energías renovables de 2016, el 76,3% de la energía eléctrica indispensable se obtiene de fuentes no renovables, y el 23,7% restante, de energías verdes.
Si bien en muchas regiones se ha visto disminuida la producción de energía hidráulica debido a las sequías, una de las fuentes de energía más productivas para generar electricidad es la eólica. De ella proviene gran parte de la energía con la que se iluminan “casas, electrodomésticos, las telecomunicaciones, los motores eléctricos o la robótica”, en el mundo.
¿Cuáles son los beneficios?
Durante los últimos 150 años, los humanos hemos dependido de los combustibles fósiles para iluminación, autos, fábricas. Estos están prácticamente integrados en todo lo que hacemos. Pero mientras la población sigue creciendo y con ella las demandas energéticas, se hace necesario buscar formas de abastecer a la población mundial con energías renovables y limpias. Además, a medida que se sigue deteriorando el planeta y se agrava la crisis climática debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, la hora de enfrentar las consecuencias ambientales del uso (y el sobreuso) de los combustibles fósiles se vuelve inminente.
La mayoría de las energías renovables no generan emisiones directas de gases de efecto invernadero y las únicas emisiones que producen son indirectas, es decir, las derivadas de su manufactura, instalación, operación y manutención. Y aún así, estas son mínimas.
Además, representan un sector económico en crecimiento, por lo que, según National Geographic, “generan fuentes de trabajo, hacen que las redes eléctricas sean más resilientes y expanden el acceso a la energía”.
También pueden reducir la contaminación y, por ende, disminuir amenazas para la salud y la vida. Los sistemas hidroeléctricos y solares no generan contaminación ambiental, por ejemplo, y las emisiones de los sistemas de energía geotérmica y biomasa igual son menores que las de las energías no renovables.
Además, son fuentes fiables de energía, debido a que, como se dijo, son inagotables. Una vez que se construyen, las plantas de energía renovable tienen menores costos de operación. Como resultado, los precios de la electricidad tienden a ser estables a lo largo del tiempo.
¿Tienen desventajas?
Es difícil que las renovables generen la misma cantidad de energía a gran escala que los combustibles fósiles. Sin embargo, los avances tecnológicos de estos sistemas cuentan con la capacidad para producir energía día y noche, reforzar la red eléctrica, e incluso generar almacenamiento de energía, o predecir dónde y cuándo se requiere electricidad. Este desarrollo hace que la energía renovable sea cada vez más asequible y eficiente.
La construcción de granjas eólicas y represas también puede alterar la vida silvestre o patrones de migración, hay que decirlo. No obstante, los combustibles fósiles no están en absoluto exentos de causar este mismo efecto. La destrucción ecológica no es un aspecto negativo exclusivo de las energías renovables.
¿Por qué no simplemente pasamos a estos sistemas?
Una de las razones principales es el alto costo de las tecnologías para generar energías renovables. Sin embargo, de acuerdo con un reciente reporte de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), las energías solar y eólica van a convertirse en fuentes más baratas de nueva electricidad ya para este 2020. El reporte resalta también que los costos de las energías renovables bajan año a año.
Otro de los motivos es que los combustibles fósiles están demasiado establecidos. Hay industrias enteras formadas a partir de su explotación, y las plazas de trabajo que estas generan son una preocupación para algunos gobiernos. Sin embargo, según el mismo reporte de la IRENA, la industria global de energías renovables dio trabajo a más de 11 millones de personas en el 2018, y muestra que las plazas de trabajo pueden reemplazarse.
Gobiernos de distintos países están implementando políticas pensadas para aumentar el uso de energías renovables. Más de 100 ciudades por todo el mundo ocupan al menos un 70% de energía renovable, según Inside Climate News. De hecho, de estas ciudades, el 57% se encuentra en Latinoamérica: la electricidad de las ciudades latinoamericanas proviene en gran parte de la energía hidroeléctrica.
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Fuentes: National Geographic España | National Geographic | Clean Energy Ideas