Este mes te invito a conectar con el arte, ese que descubrimos en nuestra infancia, así como el que hoy nos maravilla por medio de la nueva escena cultural en un hermoso palacio.
El Museo de Bellas Artes está en una de mis zonas preferidas de Santiago y, a pesar de visitar continuamente el barrio, hace mucho tiempo que no entraba. Este paseo es ideal para regalarnos una pausa a solas, tomar un respiro del acelerado ritmo de la ciudad y adentrarnos en este hermoso edificio.
Al ingresar, la paz y tranquilidad que transmite el lugar, permite contemplar aquellas obras que han estado en la memoria a lo largo de nuestras vidas: desde la infancia con los paseos de colegio y los fines de semana en familia, pasando por nuestra juventud y época universitaria cuando dábamos esos “paseos culturales” con pololos, hasta nuestras vidas actuales.
La exposición permanente de esculturas de la planta baja del Museo de Bellas Artes es una de las que más recuerdo de las visitas de antaño. Es muy interesante darnos cuenta cómo a medida que crecemos y cambiamos, descubrimos nuevos detalles o damos otra connotación a las posturas y miradas de los retratados. Actualmente hay varias exposiciones interesantes, entre las que destaco: “ANDER: Resistencia cultural en El Trolley y Matucana 19” y “Illasawiri. Tejidos de energía resplandeciente”.
La entrada es gratuita, sólo debes escanear un código que te llega al mail y mostrarlo en la entrada.
Y como toda buena visita se repite, volví al Palacio Pereira, un edificio que permaneció mucho tiempo abandonado y que gracias a un ejemplo de restauración hoy convoca muchos eventos culturales, tal como les conté en el Slow Hunter de junio. Actualmente exhibe dos exposiciones que vale la pena conocer “El pasado presente en el desierto futuro. Las líneas de Atacama” y mi favorita, “Desenlace de la forma”:
“El trabajo exploratorio y reflexivo en torno al diseño y la visualidad, es el punto de partida para conectarnos con el territorio nacional, su geografía, su mar y su vegetación. Los procesos que se presentan nos hablan de un trabajo personal y a la vez colectivo, donde se entrecruzan la ecología, la sustentabilidad, la imaginación, la ciencia y el arte.
La curaduría es una invitación a explorar y valorar los procesos que hay detrás de los objetos, a través de una aproximación al trabajo de taller/laboratorio, cuyo imaginario permite conectarnos con esas historias privadas, muchas veces invisibles al ojo del espectador. “
Si te entusiasma hacer una pausa y conectar con el arte, ambas muestras estarán disponibles hasta enero 2023 en el Centro de Extensión Palacio Pereira (Huérfanos 1515, Santiago)
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