Para hablar de desarrollo, medioambiente y una vida más amigable con el planeta, solemos usar indistintamente los términos “sustentable” y “sostenible”. Pero ¿significan realmente lo mismo?
La respuesta corta es que no precisamente, a pesar de que ambos términos comparten una esencia.
¿Por qué surge la pregunta?
El inglés sustainable no permite esta duda, y es precisamente en el español donde nace la división entre ambos términos.
Aparentemente, el uso de las palabras “sostenible” y “sustentable” se formalizó por primera vez en un documento conocido como informe Brundtland (1987), realizado por la Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo. Pero es a partir de la Declaración de Río –una proposición de la ONU para promover el desarrollo sostenible (1992)– que se acotó el término sustainable development en inglés, generando la confusión de si existe o no alguna diferencia entre los términos «desarrollo sostenible» y «desarrollo sustentable» en español, según Manuel Rodríguez Lacherre, académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Trujillo, Perú.
Desde el punto de vista lingüístico, sostenible y sustentable son adjetivos verbales o posverbales, porque derivan de los verbos sostener y sustentar. Ahora bien, existe poca claridad en cuanto a la diferencia entre estos términos dado que los conceptos de desarrollo sustentable o sostenible están aún en construcción y muchas veces se definen con matices que responden a intereses particularmente económicos o particularmente ambientales, como señala este artículo de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), México.
¿Cuál es la diferencia?
Sustentable usualmente aparece en el discurso como una forma de conciliar el crecimiento económico expresado en términos de desarrollo versus equilibrio del ecosistema, lo que implica mantener una elevada capacidad productiva y proteger a la vez los recursos naturales, según el artículo de la UJAT. Mientras que sostenible muchas veces se ocupa para referirse a aquello que puede sostenerse en el tiempo específicamente.
En otros espacios, vemos que la definición de desarrollo sustentable tiene dos objetivos: mejorar la calidad de vida de todos los habitantes y no comprometer el futuro de las futuras generaciones, según el mismo artículo. Por tanto, la sustentabilidad no está reservada para el aspecto económico y sí contempla el aspecto social.
Por su parte, “la definición de desarrollo sostenible se ha ido ajustando gradualmente al irse incrementando las condiciones sociales en donde el ser humano es parte de un sistema y no dueño del mismo, en un proceso que armonice el crecimiento económico, la preservación de los recursos naturales, la reducción del deterioro ambiental, la equidad social todo en un contexto político a todos los niveles, local, regional, nacional y global”, dice.
Según un discurso de Axel Dourojeanni, Director de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la CEPAL en 1999, “solo si el desarrollo sustentable se mantiene en el tiempo se alcanza el denominado desarrollo sostenible”. Además, menciona que el desarrollo sustentable tiene un vínculo particular con el territorio y la capacidad de gobernabilidad de la sociedad sobre este.
Ambas palabras se explican usualmente mediante aspectos económicos, sociales y ambientales, pero algunos académicos consideran que esto es una reducción, ya que “el desarrollo sostenible del ser humano se logra si la sociedad, que comparte un territorio, es capaz de tomar decisiones día a día para manejar un conjunto de procesos, para lidiar con la incertidumbre y la complejidad causada por el comportamiento del medio que la sustenta y de los cambios en sus propias actitudes y conocimientos”, escribe Dourojeanni.
Por su parte, los autores del libro El planeta, nuestro cuerpo: La ecología, el ambientalismo y la crisis de la modernidad (2003), consideran que el reto del desarrollo sustentable para la humanidad depende de la garantía de la sostenibilidad de la biosfera y de sus ecosistemas; y requiere también de la acción de los gobiernos y de la cooperación entre estos y los grupos no gubernamentales.
¿Qué podemos sacar de este debate?
Que el desarrollo sustentable y sostenible se refieren, más que a una meta tangible o cuantificable, a la posibilidad de mantener un equilibrio en lo ambiental, social y económico, en el presente y en el futuro.
También nos lleva a reflexionar sobre el abuso de estos términos. Sobreusarlos los pone a ambos “al borde de la retórica”, como sostiene este artículo de Trinidad Alemán (2005). Y debemos ser cautos ante el greenwashing, que no está lejos de apropiarse de ellos.
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Fuentes: CEPAL | Desarrollo sustentable: Teoría y práctica | UJAT
Más lecturas: El desarrollo sostenible y la educación para el desarrollo | De la sostenibilidad a la sustentabilidad |