¡Hola queridas amigas y amigos de viaje! Seguimos en nuestra jornada de descubrimiento del vestir, explorando los universos visuales y sensaciones a través de la ropa. Entender qué significa cada sensación, demanda o prioridad al vestir y cómo éstas se pueden traducir en elementos visuales, nos ayuda muchísimo a crear tenidas y combinaciones que realmente nos representen.
Si entendemos a cada individuo como un ser único y buscamos alejarnos de los estereotipos, para dar cabida a la expresión máxima de la propia identidad, lograremos salir de la definición “enyesada” y moribunda de los estilos universales. Por ello, tomamos el camino de entender cuáles son las demandas individuales y buscar las herramientas, en este caso, en forma de ropa (materiales, colores, formas, detalles, composiciones) que nos entreguen lo que queremos sentir al vestirnos.
Las demandas al vestir pueden ser muchas y variadas. Algunas responden a la relación con nuestras rutinas y/o momentos personales de la vida, y además tienen una interpretación distinta para cada persona. En mis años de experiencia, he visto, casi como un absoluto, que todo el mundo se quiere vestir cómodo.
El vestir femenino es una demanda común entre mujeres, pero no unánime. Es muy difícil hablar de femenino o masculino sin caer en polémicas y estereotipos, por ello, es importante delimitar nuestra conversación. Aquí estamos para hablar de las intenciones que tenemos con la ropa y de las sensaciones que nos provocan los recursos visuales de cada prenda: color, forma, materialidad, etc.
Teniendo claro lo anterior, quiero invitar a escarbar un poco más en lo que llamamos femenino.
Intención: FEMINIDAD
Por definición, lo femenino se refiere a aquello que resulta propio, relativo o perteneciente a las mujeres. Estamos en el 2021 y siendo sensata, esta definición puede ser interpretada de cualquier forma. Cuando hablamos de ropa, el femenino generalmente se expresa en todo lo que representa oposición al masculino (a lo que conceptualmente tiene que ver con el universo de los hombres).
Desde ahí hay dos caminos (que no tienen porque ser exclusivos ni excluyentes): el de la sutileza y el de la fuerza. El primero llama la atención por usar recursos visuales que transmiten delicadeza, cercanía, accesibilidad, suavidad. El segundo, usa signos que representan poder, sensualidad. Todo look es una composición y obviamente podemos tener elementos de los dos universos (y de otros más) mezclados, componiendo algo único. Algo con tu identidad.
- El femenino sutil es delicado, inclusivo, acogedor, compasivo, flexible, fluido, intuitivo. Por lo tanto, se materializa en prendas con las mismas características, sin la necesidad de conexión con la orientación sexual e identidad de género. Algunos recursos podrían ser:
Vuelos, lazos, colores suaves, rulos, todo lo que sea “tierno”
Movimiento y fluidez
Transparencias suaves, encajes, manualidades
Cintura marcada, zapatos que muestran los dedos, accesorios redondeados
- El femenino visceral es la conexión con el físico, con la fiera que se lleva dentro. Es sensual, seductor, sensorial. Muestra piel y carga una energía algo agresiva. Algunos ejemplos:
Mostrar piel: escotes, cortos, ajustados
El universo cabaret: terciopelo, satén, amarras, corset, encaje oscuro
El universo fetichista: cuero, argollas, animal print, pelos, cadenas pesadas, puntas
Con estos ejemplos, vemos que es posible incluir la feminidad en distintos estilos y sin necesariamente conectar a estereotipos socioculturales o identidad de género. Para ti, ¿qué es femenino? ¿Consideras que tu vestir es femenino?
Como hemos revisado en este artículo, nuestro vestir es un rompecabezas de distintas necesidades y deseos traducidos en ropa, accesorios y estilismo. El mensaje y personalidad que se transmite a través de nuestra imagen es el resultado de la composición que armamos juntando toda esta información.
Te invito a seguir cuestionando, probando y observando. Estilo es intención, y mientras más nos conocemos y más herramientas tenemos, más genuino es lo que vestimos. Vamos a seguir hablando sobre las distintas intenciones al vestir y cómo alcanzarlas. ¡Nos vemos pronto!