En un giro irónico de la globalización moderna, el Desierto de Atacama, conocido por su belleza natural y su rica biodiversidad, ha emergido como un trágico símbolo de los excesos de la industria textil global. 

De ser un refugio para flora y fauna únicas, a ser catalogado como uno de los mayores vertederos de ropa del planeta, este lugar se ha transformado en una prueba fehaciente de cómo la rápida e incesante demanda de prendas fast fashion han convertido este ecosistema en lo que algunos han denominado “la gran mancha de basura de la moda”. 

Este fenómeno, que lamentablemente no es exclusivo del Desierto de Atacama, refleja una tendencia global hacia la producción masiva y el consumo desmedido de ropa, que ha llevado a que tres quintas partes de toda la ropa a nivel mundial termine en basureros o incineradoras en el plazo de un año desde su producción, según datos de Ellen Macarthur Foundation en su informe “Redesigning the future of fashion”.

Es en este contexto, donde la fabricación bajo demanda se presenta como una solución que busca atacar la raíz del sobreconsumo desafiando el paradigma de la producción en masa al centrarse en la eficiencia, la personalización y la reducción del desperdicio.

En esencia, y tal como lo menciona su nombre, la fabricación bajo demanda o “made-to-order” consiste en producir únicamente lo necesario, en el momento necesario y en la cantidad requerida. A diferencia del modelo de fabricación en serie, que genera grandes volúmenes de productos anticipándose a la demanda, esta modalidad se enfoca en la creación de piezas y productos personalizados en lotes reducidos, de acuerdo con los requerimientos específicos de los clientes.

Tecnología y automatización como herramientas facilitadoras 

La fabricación bajo demanda se distingue por su capacidad de operar sin grandes cantidades de materias primas, almacenes o largos periodos de tiempo, ya que se basa en diseños innovadores y herramientas tecnológicas para crear el producto deseado de manera mucho más ágil y eficiente. 

La impresión 3D, también conocida como fabricación aditiva, desempeña un papel crucial en este tipo de producción al posibilitar la creación rápida y precisa de piezas complejas directamente desde modelos y diseños digitales. Esta tecnología no solo permite la personalización de productos, sino que también facilita la generación de figuras y objetos que serían imposibles de realizar de manera eficiente mediante métodos convencionales. 

Otra herramienta sumamente relevante en este tipo de producción es el mecanizado por control numérico por computadora, comúnmente conocido como “Mecanizado por CNC”. Un proceso de manufactura que utiliza computadoras para controlar herramientas como tornos, cortadoras láser, entre otras. Una vez que el producto fue diseñado, se introducen instrucciones (código CNC) que la máquina ejecutará para crear la pieza física correspondiente. 

Mecanizado por CNC

A estas dos herramientas se le suma la robótica que ayuda con el manejo de los materiales, el control de calidad y el ensamblaje, mientras que la automatización contribuye a reducir los errores y aumentar la velocidad y eficiencia de producción de tareas repetitivas. 

Sostenibilidad y personalización: Volviendo a los orígenes de la industria

Este sistema de producción no es algo nuevo en la industria de la moda. Antes de la irrupción del prêt-à-porter, (listo para llevar), sistema que estandarizó la producción en masa, la moda ya empleaba un modelo de fabricación bajo demanda. En aquel entonces, los clientes elegían un diseño, ya sea con una modista, costurera o en una casa de alta costura, y esperaban semanas e incluso meses para recibirlo. 

Sin embargo, con la revolución industrial y la aparición de maquinaria, el sistema evolucionó de un modelo push (diseño, producción y distribución) a un modelo pull, que se nutre de la información y demandas de los clientes para ajustar el diseño y la producción a la demanda, lo que dio pie a la creación del fast fashion, las microtendencias y el sobreconsumo.

Fábrica de ropa en la era de la revolución industrial

En respuesta a esto, múltiples actores de la industria están redescubriendo estas raíces, considerando la producción bajo demanda como una opción más sustentable. Este enfoque no solo disminuye los residuos y optimiza los recursos, sino que también ofrece una alternativa de personalización y exclusividad, permitiendo la creación de prendas únicas rompiendo con la uniformidad de la producción en masa, un atributo cada vez más apreciado por los consumidores. De hecho, un 84% de ellos está interesado en personalizar productos y está dispuesto a pagar más por ello.

Diversas marcas y casas de moda están adoptando este enfoque más eficiente, aprovechando la innovación y el desarrollo tecnológico. Tal es el caso de la firma inglesa Paynter Jacket Co., que produce tres modelos de chaquetas a pedido en lotes de edición limitada, disponibles solo cuatro veces al año. 

Según Becky Okell y Huw Thomas, creadores de la empresa, esto se resume en dos principios fundamentales: «devolverle el significado a la ropa y considerar el desperdicio como un defecto de diseño”. 

En el modelo de fabricación bajo demanda, la gestión y administración de pedidos puede convertirse en una tarea ardua y compleja. Sin embargo, con el tiempo han surgido empresas dedicadas a optimizar este proceso. Un ejemplo es PlatformE, que colabora con marcas como Gucci, Dior y Farfetch. 

Este software no solo facilita la comunicación entre la marca y el cliente, sino que también proporciona actualizaciones en tiempo real sobre el estado de su pedido, transformando una operación estándar en una experiencia completamente personalizada al permitir que el consumidor sea partícipe de todo el proceso, al mismo tiempo que contribuye a reducir la incertidumbre durante la espera del producto. 

PlatformE

La fabricación bajo demanda emerge como un contrapunto crucial al dominio del fast fashion y sus efectos devastadores sobre el medio ambiente. Al reintroducir principios de eficiencia, personalización y sostenibilidad en la industria textil, este enfoque no solo genera la reducción significativa de residuos, sino que también revitaliza una tradición perdida de artesanía y exclusividad en la moda. 

Al adoptar tecnologías avanzadas como la impresión 3D y el mecanizado por CNC, junto con sistemas innovadores de gestión de pedidos, las marcas están redescubriendo la verdadera esencia de la moda: la creación de prendas que no solo visten, sino que cuentan historias y respetan el entorno que las inspira.

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