Ante una industria que tiene el desafío de trabajar cada vez más la sostenibilidad de sus procesos, se hace urgente dar visibilidad a materias primas que contribuyen a la producción de prendas más sustentables. Sabemos que en las materias primas no radica todo el trabajo para ser sustentables, pero sí es un tema importante a la hora de hablar de trazabilidad.
Es por ello que hoy te contamos sobre la fibra de cáñamo, un recurso presente pero no tan utilizado dentro de la industria textil y, que sin dudas, podría abrir espacios dentro de nuestro país y el mundo para una industria de la moda más responsable con el medio ambiente.
¿Qué es la fibra de cáñamo?
El cáñamo es una fibra de origen vegetal que se obtiene a partir de los tallos de la planta Cannabis Sativa, una especie de la planta de cannabis que puede medir hasta seis metros. Según el libro Cáñamo (Cannabis Sativa L.) su cultivo se hace principalmente en Europa, Norteamérica y Asia, siendo durante siglos la fibra más cultivada en estas regiones, hasta que en 1793 cayó considerablemente y se comienza a posicionar el algodón, debido al desarrollo de la “cotton gin”, una máquina capaz de separar la fibra del algodón de sus semillas, industrializando un trabajo que hasta ese momento debía realizarse manualmente.
En palabras de Coca Ruiz, diseñadora y consultora experta en moda sostenible, el cáñamo es una de las fibras vegetales más versátiles y resistentes que existen hoy en día en el mundo de la confección, y dentro sus principales cualidades está el bajo impacto medioambiental que genera su cultivo.
“Lo que me parece interesante es su versatilidad, se pueden producir diferentes tejidos a partir de esta fibra que es de alta calidad y muy duradera. Combinándola con otras fibras naturales como el algodón, lino o la seda, adquiere un aspecto mucho más sofisticado y sensible al tacto. Al mismo tiempo, la sacamos de esa imagen tradicional que la asocia a una lona áspera y rasposa, manteniendo un aspecto tan destacable como es la biodegradabilidad de la tela”.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la fibra de cáñamo tiene diversas cualidades como la conducción del calor, su buen teñido, la resistencia al moho, bloqueo de la luz ultravioleta y tiene propiedades naturales antibacterianas. Y menciona que los adelantos en torno a la fibra de cáñamo “podrían abrir las puertas hacia un mercado de la moda de alta calidad”.
Para Ruiz, el uso del cáñamo en la industria textil podría competir a la par con el algodón en un futuro cercano. Debido a que cada vez se busca más el uso de materialidades que utilicen menos recurso hídrico en su producción, y que provengan de cultivos regenerativos donde no se utilicen químicos ni pesticidas y aceleradores de crecimiento.
“El cultivo del cáñamo es rápido y requiere menos agua, esto lo convierte en un súper competidor entre las fibras naturales. Sin dudas, es un material que se presenta como una oportunidad válida ante una industria que busca desesperadamente la utilización de materiales sostenibles”, señala.
Fibras naturales | Fibras sintéticas |
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Representan el 40% de las fibras textiles utilizadas en el mundo y se encuentran en la naturaleza en forma de filamentos más o menos largos. Se llaman naturales porque provienen de plantas y animales. De todas estas fibras, la más utilizada es el algodón, elaborado a partir de la pelusa que rodea las semillas de la planta. Por lo general, las fibras vegetales tienen una excelente recuperación térmica, alta conductividad térmica y fácilmente colorean. Absorben bien la transpiración, aunque no tan bien como la lana, que es natural de origen animal. | Representan el 55% de las fibras producidas para ropa y muebles. Las principales fibras sintéticas son el nylon, poliéster y las fibras acrílicas. Se caracterizan por ser repelentes al agua, de fácil lavado y resistencia al desgaste. Las características negativas son baja estabilidad térmica, baja absorción de humedad, baja transpirabilidad y electrostática. Debido a que son telas repelentes al agua, son difíciles de teñir y requieren tintes especiales. |
Fabricación de prendas con cáñamo
Toda producción de fibra de cáñamo empieza con su cultivo, el que se da principalmente en regiones donde está permitido de forma legal. Según informa Ciudad Cannabis, en estas áreas se planta cannabis a gran escala, creciendo una planta al lado de la otra . Esto propicia su expansión en sentido vertical, obteniendo tallos altos y rectos compuestos que pasan a ser limpiados por agricultores quienes le sacan hojas y ramas para ser sometidos a un proceso de enriado, mecanismo que permite separar la corteza de la fibra.
Arte Regards estrenó el documental “Cáñamo contra el cambio climático”, donde presenta la historia de Vincent Lartizien, quien con sus plantaciones aprovecha la fibra de cáñamo para crear vestimenta, indumentaria de surf, aceite y una serie de otros artículos.
“Se puede utilizar el cáñamo como semilla en la alimentación, complemento alimenticio y en la cosmética. Luego se utiliza el tallo para crear textiles o plástico. Las posibilidades que se pueden hacer con él son infinitas, es único en el mundo vegetal”, afirma Lartizien.
A nivel internacional hay diversas marcas que trabajan con la fibra de cáñamo para la confección de sus prendas. Patagonia es una de ellas. Su colección Workwear, hecha a base de cáñamo industrial, está diseñada y pensada para trabajar en climas hostiles y donde se requieren prendas de alta resistencia. El 55% del cáñamo utilizado mejora la salud del suelo y es cultivado sin pesticidas.
Las marcas de lujo no se quedan atrás, y han apostado también por incluir esta fibra en sus colecciones. Georgio Armani por ejemplo, tiene un variado stock de prendas hechas con cañamo, entre las que destacan chaquetas, pantalones, bermudas y camisas.
En Chile, la marca nacional Kanna Cl trabaja en la venta y confección de prendas con esta fibra. Su fundador, Andrés Echeverría, nos cuenta que están utilizando poleras hechas con un 55% de cáñamo y 45% de algodón orgánico, las que se fabrican en una pequeña fábrica artesanal en India.
“Localmente no conozco otras marcas que trabajen con la fibra de cáñamo. Nosotros empezamos bajo el concepto de no ocupar plástico en las prendas. Decidimos poner la etiqueta a un costado, ya que es la misma tela de cáñamo. Lo que actualmente tenemos de plástico en la ropa que creamos es solo el hilo para coser. En el mercado es difícil encontrar una alternativa para esta parte”, explica.
Ampliar la discusión
No todo son fibras y nuevas formas de producirlas. Trabajar en nuevos procesos y de forma interdisciplinaria para obtener materialidades trazables y con baja emisión de gases de carbono, es uno de los temas centrales en la discusión. Esto apunta principalmente a que nuestras necesidades actuales no comprometan el abastecimiento de las generaciones futuras, y cumplan con el llamado del IPCC de no seguir aumentando la temperatura de nuestro planeta.
De hecho, el que se hable de moda regenerativa —la que incluye la agricultura regenerativa, como una fuente para la producción de estas fibras— no es al azar ni acaso. Esto quiere decir a grandes rasgos, que el cultivo de algodón, por ejemplo, se haga de manera responsable: no sobreexplotando la tierra, ni a sus trabajadores, usando menos pesticidas y químicos nocivos, hacerlo de forma estacional, en terrenos rotativos y permitiendo el crecimiento de cultivos de cobertura. Por ello, veremos poco a poco cómo se pasa del “boom” del algodón orgánico al regenerativo. Pero eso da para otro artículo.