Soy una persona que se toma la ropa muy en serio. Tan en serio que me compro ropa aproximadamente dos veces al año. 

Con el tiempo, he intentado ser lo más consciente posible sobre las consecuencias ambientales y sociales que tiene la llamada fast fashion, pero no es una conclusión inmediata ni tampoco es real asumir que se puede llevar a la práctica de un día para otro.

Desde mis tiempos universitarios, he estado adquiriendo prendas considerando que duren lo más posible, pero ¿cómo ser consistente en esa misión, con una industria que bombardea con tendencias por temporada?, ¿cómo extender la vida útil de ropa “pasada de moda”? 

Una de las soluciones que he encontrado a este problema es la intervención, reparación y cuidado de la ropa. Pero para disponerse a esta manera de vestirse, hay que tener claro que la calidad de las prendas juega un rol fundamental y, en este punto, la oferta de tiendas del retail muchas veces no cumple con este propósito. 

¿Cómo intervenir prendas?

Trabajar e intervenir en ropa de mala calidad solo será un desperdicio de tiempo, por lo que mi primer consejo es comprar ropa de la mejor calidad posible. El criterio no es necesariamente satanizar los malls, pero sí fijarse en las telas, costuras, el material del que están hechos botones y otros accesorios. No todas las telas se pueden intervenir, en especial cuando son demasiado elásticas.

La ropa americana es una de las mejores alternativas. No sólo en términos de costos, sino que, bien elegidas y cuidadas, las prendas resistirán lavados, usos constantes, y por ende, serán duraderas. En cuanto al tipo de fibras y materiales, los algodones de buena calidad y las mezclas -moderadas- con poliéster son un buen punto de partida. 

Por otra parte, para comenzar a intervenir ropa es importante preguntarse qué queremos hacer y por qué. Siempre he considerado importante que haya un sentido de identidad de por medio, un propósito más allá de simplemente ponerse algo. Pregúntate:

¿Con qué tipo de estética te identificas? 

¿Qué quieres mostrar cuando te vistes? 

¿Viste algo que te gustó en internet y quieres replicarlo? 

Ser un consumidor consciente en cuanto a la moda también requiere deshacerse del pensamiento de que hay que estar constantemente haciendo un update según las tendencias. Ciertamente no hay que engañarse por el marketing de las vitrinas de centros comerciales, así como lo que lucen celebridades (quienes tienen más recursos para comprarse ropa de lujo y de buena calidad todo el año).

Sí puede servir tener referencias visuales como Pinterest o Instagram, y reforzar que las modas van y vuelven. 

La magia de lo imperfecto

Cuando ese punto de partida esté claro, puedes comenzar a añadir elementos que quizá  no considerarías a la hora de intervenir o reparar una prenda, pero que te llaman la atención. ¿Hay un trozo de tela que te gusta y no sabes en qué usar? Prueba usándola de parche, adornando las mangas, añadiendo accesorios.  Se me ocurre, por ejemplo, la época donde estuvieron las tachas de moda, que es algo muy fácil de añadir a la ropa. 

Una vez vi en una tienda online coreana un polerón con broderies, y se me ocurrió tomar uno que ya tenía e intervenirlo, en vez de pensar en cómo comprar algo así por internet. En otra ocasión, vi a una diseñadora tiñendo broderie con té y decidí que era una buena idea para reparar el totebag de una amiga que estaba muy dañado. Inspiración e ideas hay en todas partes, incluyendo tu mismo clóset.

Ahora bien ¿qué pasa si no sabes coser? 

Cuando he intervenido ropa, la mayoría de las veces lo he hecho a mano y en algunas ocasiones la costura no se ve perfecta y prolija cuando la miras bien por el revés ¡da lo mismo! Mientras a simple vista la prenda luzca bien, puedes usar un punto como el pespunte, que es muy fácil de hacer y luce bien pese a lo sencillo que es. A veces, incluso, que se note la costura es a veces un bonito detalle. Los puntos de bordado también son una buena idea para añadir parches o telas, y puedes encontrar un montón de páginas y videos con técnicas. Pero yo soy fan del pespunte. Recuerda cerrar tu costura al principio y al final.

Amar la moda y apuntar a un consumo consciente no es una misión imposible. Te animo a encontrar tu propia forma. Guarda elementos de prendas que creas que te pueden servir, como las mangas de una camisa o una blusa vieja, los botones de una chaqueta. Si hay una parte de una prenda que te gusta y que no usas, busca la manera de conservarla. Si tu intuición te dice que es un tesoro, hazle caso. 

Tener claro quién eres y qué te acomoda vestir es una ventaja a la hora de escoger, intervenir y vestir prendas que serán una declaración de principios. Una vez que lo logras, tendrás un clóset hermoso. En serio.

LECTURAS RELACIONADAS QUE TAMBIÉN PUEDES DISFRUTAR: