Jane Fonda nace en 1937 en una familia de cineastas. Su padre, Henry Fonda, fue una leyenda de Hollywood y Broadway. Es justamente él quien, en los años 50, la convence a empezar a actuar junto a él en algunos espectáculos teatrales. En ese entonces, la actuación es para ella solo un pasatiempo: Jane quiere triunfar en el mundo de la moda y empieza una carrera como modelo, desfilando en importantes pasarelas. En 1960 el director Joshua Logan la quiere en su película Tall Story y así Jane debuta en el mundo del cine. Durante su carrera, Jane Fonda ha ganado dos premios Óscar –por las películas Klute (1971) y para El regreso (1978)– y seis Golden Globe. Ha sido una actriz símbolo de por lo menos tres décadas, desde los años 60 a los 80. La película que la hizo famosa es Barbarella, una producción franco-italiana, donde ciencia ficción y sensualidad crean un mix irresistible. Ha participado en varias películas con Robert Redford, y entre ellas destacan Descalzos por el parque, de 1967, y la más reciente comedia de drama romántico Our Souls at Night de 2017.
En los años 80, Jane Fonda cambia totalmente de rumbo y se vuelve una gurú de aeróbic en VHS: con sus polainas y su malla, entra en las casas de mujeres comunes y corrientes que no practican mucho deporte, y les ofrece un método divertido para moverse al ritmo de la música y mantener un cuerpo sano. Si ya es, para entonces, una sex symbol en el mundo del cine, se vuelve entonces una modelo a seguir para las mujeres estadounidenses (y más allá).
Pero quizás lo más impresionante de su larga carrera es que, desde los años 70, Jane Fonda es famosa también por su activismo político: estuvo en primera línea en la protesta contra la guerra de Vietnam, tanto que después de una visita a Hanói se gana el sobrenombre de “Hanoi Jane”. A inicios de los 2000, reitera su oposición en contra de la guerra en Iraq, y desde octubre 2019 vuelve a protestar, esta vez contra el calentamiento global, en los Fire Drill Fridays, una iniciativa de protesta creada por Annie Leonard, directora ejecutiva de Greenpeace, y el ambientalista Bill McKibben. Cada viernes los manifestantes se reúnen en las escaleras del Capitolio en Washington D.C. y dejan oír sus voces, entre las que suele estar la de Jane Fonda.
La actriz ha declarado a la CNN: “Hay una crisis colectiva, que requiere de una acción colectiva; por eso he decidido usar mi fama para tratar de transmitir el sentido de urgencia y me he mudado a Washington: me detendrán cada viernes”. Y eso es lo que ha estado pasando: desde el 11 de octubre de 2019 Jane Fonda ha participado activamente a los Fire Drill Fridays, usando un abrigo rojo que se ha vuelto icono de la manifestación –y que ella declara ser su última compra de ropa por respeto al ambiente–. Cada vez, ha sido detenida por la policía con la acusación de manifestación ilegal, por la cual puede recibir una multa de 250 dólares y hasta 90 días de reclusión.
A pesar de todo, nada la detiene, ni su agenda laboral, ni los premios de su industria. En octubre de 2019, por ejemplo, aceptó un importante premio de Bafta Los Angeles a la excelencia en su carrera, mientras estaba esposada tras haber sido arrestada durante una protesta por la crisis climática. Luego, en diciembre de ese mismo año, festejó nada menos que su cumpleaños número 82 en la calle, también con las esposas puestas y enfrentando el riesgo de terminar en la cárcel.
Las protestas de los viernes y el abrigo de Jane Fonda, de un color rojo llamativo, son una referencia clara a los Fridays for Future y al ejemplo de la activista sueca Greta Thunberg, que más de una vez ha declarado que debemos actuar como si nuestra casa estuviera en llamas.
Ilustración de portada: Sol Paperán
Imágenes interiores vía Yahoo Finance | The Wrap