Karün, lentes que conjugan lo local y lo global

por | Ene 28, 2019

La marca de anteojos que demuestra que se puede manejar un emprendimiento global desde Puerto Varas.

Entrevista por María Pía Mayo

Cuando un producto está bien hecho, puede durar años o hasta una vida entera. Y esto, a la larga, contribuye a la reducción del consumo. Karün es una marca chilena de anteojos que pone atención en ese concepto, y en mucho más que eso. Es una empresa B certificada, preocupada por el medio ambiente y la producción responsable, así como de la calidad y durabilidad de sus diseños.

Más que anteojos, Karün propone una manera diferente de ver el mundo, una donde nuestras decisiones transmiten un mensaje de fondo: cuáles son nuestros valores y qué futuro queremos vivir mañana. Así, las materias primas que dan forma a sus diseños han sido cuidadosamente pensadas y seleccionadas por su durabilidad, aspecto e impacto. Destacan, por un lado, redes de pesca recicladas –impidiendo que sean desechadas en el océano– y, por otro, maderas nativas de árboles caídos, provenientes de la Patagonia chilena. Han desarrollado colecciones cápsulas en base a jeans reciclados y su más reciente lanzamiento, la línea Pacific Karün, trae nuevos modelos y colores realizados en base a redes de pesca. Utilizan lapislázuli, cobre, cuero de salmón en desuso y plata, en los detalles del diseño.

Pero quizás la fuerza de la marca reside en su filosofía. En el 2018, abrieron su primera tienda en Puerto Varas y movieron sus oficinas allá. Thomas Kimber, fundador de Karün, tiene la visión de manejar, desde el sur de Chile, un proyecto local que tiene una mirada –y un mercado– global.

 

Producen fuera de Chile, ¿por qué?

Producimos en Italia porque en Chile no existe la tecnología ni la fábrica. Me encantaría producir en Chile algún día, pero hay demasiada demanda para justificarlo por ahora.

Si bien es un tema económico, también es un tema de valores, porque las alternativas son producir los anteojos en China o en Italia. En Europa casi nadie lo hace, a menos de que sea una marca muy lujosa y grande, porque es muy caro. Pero nosotros decidimos irnos por ese lado, elegir la calidad y trabajar con fábricas que comparten nuestros valores. Nuestra fábrica está justo al lado del parque nacional Las Dolomitas, y trabajamos con la gente de la comunidad muy de cerca. Hay mucha conexión ahí.

¿Qué motivó el cambio de oficina a Puerto Varas?

Decidimos cambiarnos porque Chile está demasiado centralizado y todo el mundo habla de que hay que descentralizar Chile, pero es muy fácil decirlo sentado en la mitad de Santiago.

Hacer este cambio ha influido en la marca especialmente en la credibilidad y la coherencia. Cuando hablamos de una cosa y actuamos de esa forma, la gente cree en nosotros. También ha sido muy bueno demostrar que podemos armar algo global desde regiones. Es demasiado valioso, porque queremos mostrar que se puede. Ojalá que con esto la gente se motive a hacer sus propios proyectos y piensen ‘si ellos lo hacen desde Puerto Varas, yo también tengo que hacerlo’.

¿Cuáles son sus planes para el 2019?

Vamos a abrir mercado en Estados Unidos y Canadá, y sacar una nueva colección. ¡Eso es todo lo que les puedo contar!

Identidad local y proyección internacional, ¿cómo se conjugan esos aspectos?

Creo que tener una identidad local te da una diferenciación inmediata ante cualquier persona de afuera. El hecho de que seamos globales pero locales conjuga totalmente. Cuando nos presentamos en el mercado global, mostramos que somos distintos, coherentes con lo que decimos. Y cuando vamos al mercado local, mostramos que tenemos capacidad de ir para afuera. Para los dos lados es un beneficio.

Imágenes vía Karün

Amamos nuestro planeta tanto como nuestro estilo, por eso somos el destino online para todos aquellos que buscan inspirarse, informarse y ser parte de la primera plataforma de vida slow en Chile.

Podría interesarte