“Muchas vidas comienzan desde la búsqueda”, anuncia el letrero ubicado al ingreso de la carretera hacia el aeropuerto en Dublín. Es mi primer viaje después de cuatro meses de cierre total en Irlanda y ocho meses sin salir de la isla. Es mediados de julio, pleno verano europeo, y este viaje se siente como el primer sorbo de un jugo de pomelo: agridulce. Destino: Milán, Italia. Motivos: abrazar a la familia.
Con tres horas de antelación, junto a mi novio, pudimos sortear exitosamente todas las exigencias que solicitaba tanto el aeropuerto como la aerolínea antes de abordar. Desinfección de manos y uso obligatorio de mascarilla al ingreso y durante la permanencia en el recinto y sobre el aéreo. En la ventanilla de la aerolínea, presentar pasaporte válido, documentación que acredite el motivo del viaje, dirección donde nos hospedamos, certificado de autodeclaración y check-in obligatorio del equipaje. En el control de seguridad, toma de temperatura, distancia social obligatoria, largas filas y la lucha contra tu voz interna que te dice: “si llegas a estornudar, estás frita”.
Sentada frente a la puerta de embarque, me doy el tiempo de observar. La sensación es más de estar en una galería de pueblo un domingo que en un aeropuerto internacional. Tiendas cerradas, silencio de cementerio y un restaurante irlandés que ofrece lo indispensable: sándwiches envueltos con plástico, cervezas en botella y desinfectante de manos. Este viaje post cuarentena, no post pandemia, nos ha llevado semanas de planificación y largas reflexiones con mi pareja. Aquí algunos detalles que quizás te serán útiles si estás pensando tomar un avión en los próximos meses.
La planificación lo es todo
A finales del mes de junio los países de la Unión Europea reabrieron sus fronteras. Algunos de ellos con ciertas restricciones de ingreso y obligatoriedad de cuarentena. Por su parte, Singapur y China han comenzado a permitir viajes esenciales, pero solo para los pasajeros que den negativo en la prueba de Covid-19, además de ser obligatorio el uso de aplicaciones de rastreo tanto para pasajeros residentes como visitantes.
Dado lo anterior, al momento de adquirir un pasaje es de suma importancia revisar las medidas de ingreso al país de destino y permanencia en este. Las condiciones cambian cada 2 a 3 semanas, por lo tanto, antes de comprar un ticket, infórmate. Sumado a ello, elegir una aerolínea ya no pasará solo por el precio del ticket, sino además por las medidas de seguridad sanitaria, seguro de reembolso que ofrezcan y un tema no menor: las condiciones de ventilación con que cuenta el avión.
¿Tienes alguna idea sobre los filtros de ventilación de los aviones de las aerolíneas de tu país? ¿Qué modelo de avión tiene el aire más limpio? ¿Tienen los aviones de cierta aerolínea menos microbios en el aire? ¿Ni idea? Bueno, quizás no lo sepas ahora pero posiblemente muchas aerolíneas empezarán a presumir de sus sistemas de filtración de aire y así animar a los turistas a moverse durante el verano. Para fin de año la pregunta que muchos se harán –y la que nosotros nos hicimos– será: ¿cuán seguro es el aire a bordo?
Una maleta de viajes diferente
Con el pasaje aéreo en el celular, pasaporte o cédula de identidad al día, seguro médico actualizado, certificado de autodeclaración del destino final y las respectivas condiciones de ingreso anotadas, por fin es hora de armar la maleta. Una mascarilla puesta más otra de recambio, alcohol gel que contenga un 80% de etanol o 75% de alcohol isopropílico y toallitas desinfectantes solo en caso de necesidad, son y serán los nuevos básicos a la hora de armar tu equipaje de mano.
Se prevé que el límite de 100ml para los líquidos que se porten en la bolsa de mano podría aumentar, debido a la demanda de los pasajeros por llevar desinfectante de mano tamaño familiar, en especial para vuelos largos. Además, las compañías aéreas podrían brindar bolsas de viaje que contengan, sumado a los accesorios ya ofrecidos como tapaojos o almohadillas, mascarillas con el logo de la aerolínea y para sus clases ejecutivas o preferentes mascarillas de diseñadores y marcas de lujo. Ideas que van más en favor del marketing que de la sustentabilidad y el uso de productos de un solo uso.
Turismo local
Aquella filosofía juvenil, “este cuerpo cae donde sea”, pasará a la historia. Sea donde sea que vayas, el pasaporte ya no bastará y el lugar donde te hospedes y el motivo de tu viaje serán determinantes. En todo el mundo, la paralización de la economía turística ha llevado a la quiebra a centros turísticos, hoteles, restaurantes, operadores de autobuses, agencias de viajes, entre otros. Ha dejado sin trabajo a más de 100 millones de personas en el mundo. En Chile, solo en el último trimestre, más de 300 mil personas han perdido su fuente laboral en este rubro, según el INE y la Fedetur.
Por lo anterior, en los próximos meses y años, optar por el turismo local, sustentable y al aire libre será más que una tendencia. Por ello, estar en familia y aportar a la economía local fueron las razones que nos llevaron a decidir de pasar este verano europeo en Italia. Al aterrizar en Milán, nos movimos rápidamente hacia un camping de la costa noroeste del país. Ahí pudimos instalar la roulotte o caravana y disfrutar del aire que tanto anhelábamos.
A su vez, pudimos mantener nuestras rutinas sustentables logradas en cuarentena: reciclar (el camping contaba con un centro de basura diferenciada), comprar productos de origen local y cocinarlos sin tirar prácticamente nada, reducir el consumo de plástico de un solo uso, utilizar nuestros propios productos de limpieza y aseo personal biodegradables y, lo más importante, tener ese contacto con la comunidad y naturaleza y el respeto hacia ellas.
¿Cuándo y cómo volveremos a viajar?
Queramos o no aceptarlo la pandemia cambiará permanentemente la forma en que viajemos en el futuro. Según Avi Meir, cofundador y CEO de TravelPerk, los viajes domésticos empezarían a recuperarse alrededor de octubre, mientras que los internacionales tardarán al menos 18 meses. Para el autor de The Billionaire Raj, James Crabtree, es más probable que un nuevo sistema de zonas seguras interconectadas o «burbujas de viaje» —pequeños grupos de países que reabren fronteras solo entre ellos— funcione en el futuro, o al menos hasta que se despliegue ampliamente una vacuna.
En términos de preferencias, desde antes de la pandemia se hablaba del creciente interés de los consumidores por optar por un turismo más sustentable. Y así lo confirmaba el último panel de discusión de Sustainability Leaders Project: “usemos esta pausa en el turismo internacional para escuchar las necesidades de las comunidades de destino y trabajar juntos, como equipo, para reactivar el turismo de una manera que sea buena para todos”.