Moda en el 2022: ¿Cómo se moverá y en qué puntos se centrarán las discusiones?

por | Ene 19, 2022

En el 2021 vimos desde victorias para los trabajadores textiles hasta la inclusión de biomateriales. ¿Y ahora, qué viene?

La industria de la moda global no cambiará ni dará una lucha real contra la crisis climática, si es que no se crean e imponen mejores regulaciones y políticas de responsabilidad, transparencia y trazabilidad. No lo hizo el 2021, no lo hará este 2022. Así de categórico es el tema, y en el que concuerdan muchos profesionales que observan, trabajan y estudian el sector moda y sus ecosistemas.

Quiero comenzar siendo positiva y rescatar “los brillos” del año que se fue. El 2021 oímos y vimos cómo la lucha de las y los trabajadores textiles, y las personas que conforman las cadenas de suministros, dijeron basta ante el pago injusto de su trabajo, o directamente ante las cancelaciones de órdenes de compra, y alzaron sus voces. 

Muchas organizaciones sociales, humanitarias y colectivos organizados apoyaron estas luchas. Remake World, Fashion Act Now, Fashion Revolution, PayUp, son solo algunas de éstas, pero ante todo la unión de ciudadanos-activistas y el apoyo a estos reclamos, fueron claves para presionar a líderes políticos y empresarios, y exigir un pago y trato justo para las millones de personas que hacen posible que exista nuestra ropa.

Por otra parte, el destacado uso de biomateriales en la moda, la incorporación de tecnología de punta para la creación de nuevas materialidades, las alianzas para la creación de productos más sustentables y biodegradables (como es el caso de Lululemon y la empresa de biotecnología, Genomatica) y el aprovechamiento de residuos, fueron parte no solo de la discusión sino una realidad que pudimos ver tanto en pasarelas como en showrooms virtuales. 

Durante el 2020-2021 las palabras más escuchadas en el sector fueron: repensar y reestructurar. Ahora bien, «repensar la moda sin combustibles fósiles” está bien difícil, pero si se logra “ayudará a catalizar esta conversación sobre cómo lidiamos con la sobreproducción», afirma Muhannad Malas, activista climático principal del grupo de defensa Stand.earth.

Claramente este cambio no será inmediato, y es ahí el gran pie de tope. Las emisiones siguen aumentando, la circularidad sigue siendo de nicho, los textiles de próxima generación aún tienen que escalar y lamentablemente, innumerables trabajadores de la confección deben seguir luchando por la desigualdad salarial y la nula seguridad laboral.

Nos alienta que la conversación se esté dando, tanto en los grandes conglomerados, organizaciones mundiales y ejecutivos del sector moda. Se ha entendido que el impacto social y ambiental de sus colecciones y el destino final de éstas no es marginal, sino que muy por el contrario.

Por ello, no es por azar que prácticamente todas las grandes marcas estén implementando, desde sus propias plataformas, una opción de secondhand o resale en sus propuestas 2021-2022. No es al azar que el lobby a nivel gubernamental y mundial sobre este tema esté en el ojo del huracán —y la Ley de protección de los trabajadores de la confección, promulgada en septiembre pasado en California, exige salarios por hora para los trabajadores de la confección— sea inédita. No es por azar que marcas del retail estén buscando generar alianzas con reutilizadores que gestionen sus residuos o sobreproducción. Nada de esto es al azar. Las campanas de alarma están sonando, lo que presiona a una acción significativa.

¿Dónde termina mi ropa? Es la frase que está moviendo a muchos, y eso refleja un cambio de mentalidad a medida que se desarrollan nuevas estrategias para este 2022.

¿Y qué más? Los punteos siempre ayudan. Así que aquí van cinco o cuatro de las temáticas de las cuales se hablará —y hablaremos con fuerza este 2022— , según una serie de estudios e informes revisados; entrevistas y charlas, en on y off, que nuestro equipo se ha sentado a revisar y discutir. 

  1. RECUPERACIÓN, DESAFÍOS Y CAMBIOS

Estas fueron las tres palabras más mencionadas en el último informe The State of Fashion 2022. Y sí, sin duda en un año que seguiremos zigzagueando en nuevas variantes, la palabra desafío está más que presente. 

“Los descuentos y la moda de lujo seguirán teniendo un rendimiento superior, ya que la recuperación será desigual en los segmentos de valor y el mercado medio se verá reducido. Aún así, con el crecimiento económico y la mejora de la confianza del consumidor en algunos mercados, y muchos compradores que buscan renovar sus guardarropas de la era de la pandemia, el crecimiento será una prioridad para muchas marcas”, señala el informe.

Ahora bien, los consumidores seguirán consumiendo mientras puedan y quieran. Eso nos ha quedado más que claro durante estos dos últimos años. Y la industria ha respondido a eso, acelerando sus canales digitales, tomando medidas sobre las prioridades ambientales y sociales, y centrándose más en la diversidad, la equidad y la inclusión en respuesta.

El punto está en qué compran, a quién prefieren y qué los moviliza a cambiar hábitos de consumo arraigados. Y esta es la discusión 2022, que veremos en acción.

Sexto informe anual «State of Fashion», realizado por The Business of Fashion y McKinsey & Company. Ilustración de Francesco Ciccolella para BoF.
  1. CONTAMINACIÓN TEXTIL EN TERRITORIO NACIONAL

Las imágenes donde se veía el norte de Chile cubierto de ropa causaron gran repercusión tanto a nivel internacional como nacional. Lo que abrió y puso sobre la mesa una discusión que por años se venía dando sólo en las esferas que abordaban la temática de la moda: el reciclaje, la ropa usada, cuánto sale y de dónde viene. 

La ropa se viste, no se bota” fue nuestra respuesta y reflexión sobre el tema. Una conversación que no solo ocurre en Chile, sino que en varios focos donde la contaminación, debido a ropa y vestuario en general, hace muchos años responde a un tema colonial, social y donde los países más pobres viven las consecuencias.

“Todavía hay muy, muy pocas marcas que sepan de dónde vienen sus productos en la cadena de suministro, y aún menos de ellas han establecido relaciones activas con esos proveedores para reducir su huella de carbono”, específica en esta entrevista la científica ambiental Linda Greer.

Esta complejidad —y falta de transparencia de los procesos pre y post venta— significa que las estimaciones del impacto de carbono de la industria oscilan entre el 4% (McKinsey y la Agenda Global de la Moda) y el 10% (ONU) de las emisiones globales de carbono globales.

El post consumo debe ser considerado como una hebra más de la cadena. Esa discusión es la que veremos, oiremos y debemos seguir. Insisto, ¿dónde termina mi ropa? ya no será una pregunta ingenua, sino obligatoria.

  1. TEXTILES Y ECONOMÍA CIRCULAR: ¿PUEDE APOYAR LA TRANSICIÓN A UNA INDUSTRIA DE LA MODA MÁS SOSTENIBLE, TRAZABLE Y CON MENOS RESIDUOS?

En los últimos años, la economía circular (EC) ha dominado las conversaciones, tanto políticas como académicas, sobre cómo hacer que las industrias, incluida la moda, sean más sostenibles. El concepto de EC tiene sus raíces en la economía ecológica, ambiental e industrial, donde lo clave es «maximizar la eficiencia de los recursos y minimizar el desperdicio».

Por lo tanto, salir de lo lineal —guía de muchos procesos de producción— hacia sistemas circulares o de “circuito cerrado” que enfatizan el uso de recursos y residuos residuales.

Sin embargo, hasta ahora, el impacto de tales iniciativas en la sostenibilidad ambiental es muy controvertido. Si las intervenciones en la etapa de desperdicio no pueden afectar el impacto creado en las etapas de toma y fabricación, también es necesario investigar las iniciativas de EC que se dirigen directamente a la industria en estas etapas.

Entonces, volviendo a la pregunta, ¿es la economía circular la clave para la transformación del sector moda? El debate está abierto. 

Foto: Kruza. Zapatillas hechas en base a residuos textiles de Ecositex.
  1. REPORTES DE TRAZABILIDAD, NO DE SUSTENTABILIDAD.

Lo único que lo hará será nuestro cambio de hábitos y presiones culturales. La implementación de políticas y leyes que se ejecuten este año sobre el tema. 

Productos que van desde trajes de baño hasta vestidos de fiestas se comercializan como carbono positivo, orgánico o vegano, mientras que colchonetas de yoga hechas de setas y zapatillas de caña de azúcar son parte de las tendencias de las marcas minoristas dirigidas a un público bastante reducido.

“Los nuevos modelos de negocio, incluidos el reciclaje, la reventa, el alquiler, la reutilización y la reparación, se venden como salvavidas ambientales, cuando sabemos que no lo son”, versa un artículo de la Harvard Business Review sobre los mitos de la moda sustentable.

Y añade que la palabra “sostenibilidad” tendrá que ser evaluada y -en muchos casos- quitada, ya que “less unsustainable is not sustainable”, es decir, “menos insostenible no es sostenible”. De hecho, la marca Patagonia la ha quitado de sus palabras utilizadas para sus campañas de marketing. Y nos guste o no,  ellos marcan un sello distintivo dentro del sector moda. 

Por ello, no más palabras, sino acción y números, como decía una profesora. Las marcas deberán divulgar sus esfuerzos, no de forma voluntaria, sino obligatoria, y para ello necesitamos regulaciones y políticas que las presionen y lleven a ese camino.

Informes anuales llenos de promesas, no bastan. Informes más cuantitativos, realistas y acorde a la situación social, ambiental y planetaria que estamos viviendo son esenciales. No debemos olvidar que el greenwashing o lavado verde será tema de revisión en la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. al igual que en Reino Unido durante el 2022, lo que pondrá aún más presión al cómo se está trabajando y si se conecta con lo que se está comunicando. 

«Los informes de administración [de las marcas] deben convertirse en obligatorios, más cuantitativos, más delgados, más en sintonía con los umbrales planetarios y estar sujetos a auditorías externas anuales», Harvard Business Review.

El 2022 seguirá siendo un desafío para la industria que ya piensa en el 2023. Una industria como lo es la moda no para, no puede, e ahí radica el verdadero desafío. Exigirle solo a los consumidores que cambien sus hábitos de consumo, nos queda corto. Proponerles que compren solo ropa sustentable, es no ver la realidad en que vivimos.

Periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile, verificadora de contenido y diplomada en Estudios Críticos de Moda de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Editora General de Franca Magazine, promotora del movimiento #secondhandfirst y viajera. Cada lugar que visita busca entender nuevas formas de construir un armario y estilo de vida más sostenibles. IG: @pily.uribe

Podría interesarte