¿Puede la moda sostenible reducir sus emisiones sin afectar las ganancias?

por | Abr 30, 2024

Según un nuevo análisis de McKinsey podría reducirlas un 60% a costa de sólo el 2% de las ventas.

Las marcas líderes en la industria están trazando planes ambiciosos para descarbonizar sus operaciones con miras a reducir el impacto climático del sector. ¿El desafío? balancear las ganancias y el impacto ambiental.

De acuerdo al informe «Sustainable style: How fashion can afford and accelerate decarbonization» de la consultora McKinsey, la mayoría de las marcas de moda podrían reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero en más del 60% sacrificando menos del 2% de sus ventas. 

“El 63% de las marcas necesitarán acelerar su reducción de emisiones si desean cumplir sus objetivos en los próximos seis años”.

El análisis se basa en marcas y retailers con ingresos superiores a mil millones de dólares -incluidos en el Carbon Disclosure Project (CDP)– y que han hecho públicos sus compromisos de descarbonización. La muestra de estudio incluye 30 marcas con ventas combinadas de más de 300.000 millones de dólares, las que se han comprometido a reducir las emisiones de distintos niveles en un rango del 35% al 55% para el año 2030.

Sin embargo, el informe de McKinsey también revela que alrededor de dos tercios de las marcas de moda están retrasadas en sus agendas de descarbonización, y un 40% de ellas han experimentado un aumento en sus emisiones desde que establecieron sus objetivos de sostenibilidad. Dicho aumento puede atribuirse a factores como la sobreproducción, los desafíos en la gestión de la demanda y una mayor dependencia de medios de transporte con altas emisiones.

“Solo el 37% de las marcas analizadas están progresando adecuadamente hacia sus metas de descarbonización para 2030. El 63% restante enfrenta la necesidad de acelerar significativamente sus esfuerzos si desean cumplir con sus compromisos ambientales en el plazo establecido”.

Seis desafíos que las marcas de moda pueden abordar para ser más sostenibles

“Hemos identificado seis desafíos persistentes que hacen que las transformaciones de sostenibilidad sean inherentemente complejas para las marcas de moda. Las marcas deberán superarlos para alcanzar sus objetivos”.

1. Mantener la sostenibilidad como prioridad central incluso en tiempos difíciles

Cuando los recursos finitos se agotan y los ejecutivos se centran en ajustar los márgenes, las iniciativas de sostenibilidad a menudo pueden pasar a un segundo plano. 

2. Poner la sostenibilidad en el centro del negocio

Lograr objetivos de sostenibilidad significa que las iniciativas deben considerar todo el modelo operativo, desde el diseño y el abastecimiento hasta el marketing y las operaciones minoristas. Estos son cambios difíciles de realizar porque requieren que los equipos adopten nuevas formas de trabajar y requieren más colaboración entre las funciones comerciales.

3. Trazar un camino hacia la descarbonización no es sencillo

La descarbonización en la moda requiere conocimientos profundos sobre la huella de proveedores de una marca en todos los niveles, así como una comprensión de temas técnicos como puntos críticos de emisiones, maquinaria de producción, biocombustibles, electricidad renovable y eficiencia energética.

4. La industria de la moda necesita más transparencia en la cadena de suministro

La mayoría de las marcas no tienen una relación directa más allá de sus proveedores de primer nivel y dependen de datos promedio de la industria para las emisiones de segundo nivel. 

5. La implementación se subestima constantemente

No basta con identificar los cambios a gran escala necesarios para reducir las emisiones. Para implementar estrategias de descarbonización rápidamente y a escala, los ejecutivos pueden abordarlas con la misma fuerza y ​​rigor que lo han hecho con sus transformaciones digitales. Esto incluye la creación de una hoja de ruta rígida, mecanismos de presentación de informes, incentivos, capacidades y una verdadera propiedad empresarial.

6. El panorama de proveedores está fragmentado

Las grandes marcas de moda trabajan con cientos o, a veces, miles de proveedores, lo que dificulta o incluso imposibilita emprender iniciativas de sostenibilidad con cada uno de ellos. Por su parte, los proveedores tienen como clientes múltiples marcas competidoras, y pocos proveedores tienen la escala y los recursos financieros para realizar las inversiones de capital necesarias para ser más sostenibles. En cambio, confían en que las marcas asuman un papel activo para facilitar el cambio. Las marcas no están incentivadas a financiar mejoras en la producción, ya que estas mejoras también beneficiarían a sus competidores.

Aún con estos seis desafíos, la industria de la moda puede lograr sus objetivos de descarbonización, dado que la mayoría de los costos provienen de actividades bajas en carbono, como el diseño y el marketing, mientras que las emisiones se concentran en unas pocas actividades, como la producción de materias primas, el envío y el procesamiento húmedo. Por lo tanto, gran parte de lo que se requiere para acelerar la descarbonización se puede entregar a un costo modesto en relación con el precio minorista.

De acuerdo a este informe, nuevamente podemos concluir que la moda sostenible no solo es una opción ética, sino también una estrategia necesaria para mitigar el impacto ambiental de una industria que tiene un peso significativo en las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero.

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Amante de las comunicaciones, los animales y el otoño. Tras años viviendo de forma acelerada, hoy busca transitar hacia una vida lenta. Periodista dedicada al posicionamiento de proyectos y marcas con impacto positivo. @franchiappag

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