¿Qué es la moda ética?

por | Jun 2, 2021

¿Y cuál es la diferencia entre moda ética, sustentable y slow?

Hablar de moda ética me produce dos reacciones: una cierta extrañeza frente a la unión de dos palabras que en principio pertenecen a dos mundos distintos –la moda se asocia a nuestra apariencia, la ética define nuestros comportamientos–, y al mismo tiempo una confusión latente con el concepto de moda sustentable, ya que moda sustentable, moda slow y moda ética suelen ser usados indistintamente. 

Si, como a mí, te interesa la moda pero también quieres comprar responsablemente, considero que tener puntos firmes es clave: ¿no compras piel porque eres vegano? ¿No compras ropa negra porque eres fanática de la armocromía y el negro no es un color de tu paleta? ¿Buscas apoyar la economía local en vez de comprar en el retail? Saber qué significa moda ética puede ser otro punto firme. 

¿Qué significa moda ética?

Si bien cada persona puede tener su propio concepto de ética, aplicado en distintos ámbitos, incluso la moda, a nivel general la moda ética se define como una parte de la industria de la moda que apunta a reducir su impacto negativo en el ambiente, en los animales y en las personas que cohabitan este planeta.

Treccani, una importante enciclopedia italiana, incluye una definición similar en el Léxico del siglo 21: “La moda ética es un sector de la industria de la moda que se propone impulsar el desarrollo social y la sustentabilidad ambiental, sin violar al mismo tiempo los derechos y las condiciones laborales de la mano de obra empleada”.

Esto significa que la atención de la moda ética no solo se concentra en todas las fases de producción de la prenda, desde el cultivo de la materia prima a la venta del producto final, sino que también se extiende a todos los actores, humanos y no humanos, que entran en el proceso. Como dice Ethical Made Easy, busca “ser amable con el planeta y las personas en cada paso: desde la semilla a la prenda”.

Tres pilares de la moda ética

“Desde la semilla a la prenda” significa tomar en cuenta tres pilares esenciales que entran en juego en el diseño, la creación y producción de ropa. Y tratar de disminuir al máximo el impacto de cada uno: material, animales y mano de obra. 

Materiales

Si las poleras prêt-à-porter crecieran en los árboles, no tendríamos que preocuparnos del costo de producción de ningún material. Lamentablemente no es así y bastan unos pocos datos para demostrarlo: la cantidad media de agua necesaria para producir un kilo de algodón es 11.000 litros –el lago Aral, por ejemplo, ha perdido el 15% de su volumen por causa del uso indiscriminado de agua necesaria a cultivar algodón– y su cultivo utiliza el 22% de todos los insecticidas usados a nivel mundial, así como el 10% de los pesticidas. Incluso queriendo ignorar esta parte, en el fast fashion la ropa es suavizada y teñida con productos químicos, que no solo son tóxicos para el ambiente, sino también al contacto con la piel pueden provocar reacciones cutáneas. 

El impacto cero no existe. Pero existen alternativas menos costosas para nuestra salud y la del planeta. Solo para citar dos: 

  • El cultivo de algodón orgánico, que no usa insecticidas o pesticidas;
  • El uso de algodón regenerado, o sea de una fibra de algodón reforzada con fibras más resistentes, como la del polietileno conseguido a partir del reciclaje de las botellas plásticas, lo que permite ahorrar agua, reciclar materiales de descarte y limitar el uso de productos químicos –aunque la combinación de fibras tiene sus propias limitaciones–.

Animales

En particular, se hace referencia principalmente a los animales que la industria ha ocupado por su pelaje, y son criados en cautividad con el único objetivo de despellejarse. O las especies que se toman para ser transformadas en bolsos, cinturones o chaquetas de piel.

Si bien cada vez más marcas han dejado de usar pelaje o pieles para sustituirlos con sus versiones sintéticas, también cabe el cuestionamiento de si utilizar un material sintético –muchas veces plástico– es la mejor solución. 

Para mí, depende: si te dura una vida entera sí, si está hecho para ser desechado el día después de haberlo comprado, no. Pero cada uno podrá responder basándose en su propio set de valores (volviendo a la ética individual del principio).

Afortunadamente, también hay marcas y emprendimientos trabajando en novedosas alternativas vegetales y biomateriales.

Mano de obra

Si se siente extraño definir la moda como una cuestión social, los datos relativos al impacto socioambiental de este sector no dejan dudas: además de ser una de las industrias más contaminantes a nivel global –tanto que ya en 2018 la sección de las Naciones Unidas para el cambio climático ha impulsado una cooperación con los representantes de la industria de la moda para reducir su huella de carbono– el fast fashion tiene costos humanos altísimos. Como dice una de las campañas del movimiento Fashion Revolution: “El fast fashion no es gratis. Alguien en alguna parte lo está pagando”. De hecho, a nivel global, 1 de 6 trabajadores labora para la industria de la moda, y de ellos, la mayoría son mujeres que gana menos de 3 dólares al día. Las condiciones laborales son mínimas, exponiendo a las personas a trabajar en lugares inseguros y donde sus derechos humanos son vulnerados.

Al contrario del fast fashion, la moda ética se basa en el respeto de los derechos de los trabajadores y busca promover el desarrollo de las comunidades locales con proyectos a medio y largo plazo. Algunos ejemplosson: la marca francesa Antik Batik, diseñada por la italiana Gabriella Cortese, que colabora con mujeres afganas para darle autonomía laboral: la chilena VOZ o la argentina NIDO, que colaboran con artesanos locales, revalorizando el oficios y creatividad tradicional.

Existen también proyectos que se ponen como intermediarios entre las marcas y los artesanos locales. Es esto lo que hace, por ejemplo, Ethical Fashion Iniciative, que se autodefine como “un puente que conecta las comunidades artesanas marginalizadas con marcas globales”. Su objetivo es conectarlas bajo el eslogan #NotCharityJustWork, para darles a las comunidades condiciones laborales justas y visibilidad internacional. 

¿Cuál es la diferencia entre moda ética, moda sustentable y moda slow?

Los tres conceptos comparten algunas preocupaciones comunes, como por ejemplo: el impacto de la moda en el medioambiente, pero tienen enfoques distintos.

Moda ética

La moda ética se enfoca en la transparencia de los procesos y destaca la importancia de un trato justo de los trabajadores. Así como el de los animales que están involucrados en la producción de algunos materiales, y la necesidad de explotar menos y reutilizar más. 

Por tanto, la moda ética se refiere a una actitud responsable en la producción de ropa. A nivel teórico esto significa trabajar con grupos de artesanos y trabajadores locales, bajo condiciones de trabajo justas y en lo posible, reciclando retales de tejido para crear prendas duraderas con bajo impacto ambiental. 

También abarca la innovación tecnológica –como en el caso del algodón regenerado– y a la vez incluye buenas prácticas de cuidado que cualquiera de nosotros podría implementar. En el libro Loved Clothes Last Longer Orsola de Castro, co-fundadora del movimiento Fashion Revolution, cita algunas formas antiguas y tradicionales, de renovación de una prenda, como remendar, adornar o el teñido natural.

¿Tu chaleco tiene un hoyo? Puedes bordarle algo encima. Lo hará único. ¿La polera blanca ya no te gusta? Puedes embellecerla con lentejuelas, pequeños bordados, parches o botones. Y de ninguna manera hay que botar una prenda porque se le perdió un botón o se le rompió el cierre: habrá seguramente alguien de tu familia o una sastrería de tu barrio que lo pueda arreglar. Un defecto en la prenda puede ser un buen punto de partida para crear algo original. La reparación y cuidado de las prendas también es parte de la moda ética. 

Moda sustentable

Aunque la sustentabilidad reúne aspectos sociales, económicos y ambientales, el concepto de moda sustentable se usa generalmente poniendo el foco en el medioambiente, en particular en los efectos de la sobreproducción de prendas y accesorios. Se concentra en la recuperación y reuso de materiales. 

Moda slow

Por moda slow entendemos lo que es contrario al fast fashion, es decir, alejarse de la tendencia del momento, para comprar menos y mejor. El enfoque está en la prenda en sí: en el diseño y en la calidad, pero sobretodo en la historia detrás de su producción.

Fuentes consultadas: Moda etica in «Lessico del XXI Secolo» | Ethical vs. Sustainable vs. Slow Fashion. – Less Well Fashion | La carta della moda etica | Ethical Fashion – Victoria and Albert Museum | What Is Ethical Fashion? The Ultimate Guide | Loved Clothes Last | HAND/EYE 

Italiana, titulada con pasión en idiomas y comunicación, habla alemán, portugués, inglés, español e italiano, obvio. Ama intensamente los viajes, los libros y el café. Está en transición, con altos y bajos, hacia una vida con menos basura. @valentina_as

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