Esta semana es clave para la industria de la moda, pero no siempre fue así. Antes del derrumbe de Rana
Plaza pocas personas se habían preguntado realmente sobre quiénes estaban detrás de la ropa que
compraban, o los procesos que debían suceder para que esa prenda terminara en una tienda. Y desde la
vereda de las marcas, pocas habían prestado suficiente atención a la trazabilidad de sus cadenas
productivas. Pero el 24 de abril de 2013 todo cambió, y el derrumbe de la fábrica de Rana Plaza en
Bangladesh puso al descubierto lo poco que sabíamos sobre cómo operaba la industria de la moda,
desencadenando que un año después el movimiento Fashion Revolution invitara a miles de
consumidores alrededor del mundo a preguntarle a sus marcas favoritas #QuiénHizoMiRopa.
Sin embargo, no toda la industria de la moda opera de la misma manera, y podemos encontrar
interesantes excepciones a nivel regional de esa opaca y poco transparente forma de operar. Un
ejemplo de esto es KUNA, marca de origen peruano con sede en más de 30 países en cuatro
continentes. En una entrevista con Emma Patthey, Gerenta General en Chile, descubrimos que la
trazabilidad ha sido un tema fundamental en la propuesta de esta etiqueta y nos pareció interesante dar
un paso más para conocer la propuesta de KUNA. Aprovechamos esta semana para hacer la pregunta
del momento: ¿quiénes hacen su ropa? Sus respuestas no dejan de sorprendernos por su compromiso
con la calidad de la alpaca y el respeto que tienen por las distintas personas que involucra su cadena
productiva.
En la entrevista anterior nos contaste que el Grupo Inca capacita a cooperativas de alpaqueros en
Perú para que tengan el mejor producto posible y luego les compra esta fibra. ¿Cómo se creó ese
modelo? ¿Cómo es la relación con estas cooperativas?
Más que cooperativas, los productores se agrupan en torno a su comunidad (campesina) o en
asociaciones diversas, algunas de ellas organizadas por los municipios locales. El modelo se creó
alrededor de la Estación Experimental de Investigación Científica y Mejora Genética que el Grupo Inca
tiene en el altiplano peruano: Pacomarca. Allí se cría un grupo de aproximadamente 2,500 alpacas
seleccionadas bajo un estricto programa de selección genética bajo la asesoría de la Universidad
Complutense de Madrid. Al principio las técnicas modernas de producción que allí se emplean atraían la
atención de los productores, y Pacomarca aprovechaba la curiosidad durante las visitas de los criadores
alpaqueros para transmitir mensajes básicos de mejora de la calidad de fibra mediante una mejor
selección de los animales durante el apareamiento.
Posteriormente Pacomarca desarrolló un nuevo método de esquila para las alpacas, utilizando máquinas
eléctricas. Este método ha pasado a ser la Norma Técnica Nacional de Esquila, reconocida por el
Ministerio de Agricultura. Actualmente Pacomarca capacita a los productores en el uso de esta nueva
técnica y proporciona el servicio gratuito de esquila a quienes lo solicitan. Para estos productores se
adquiere la fibra directamente con un pago que representa el mejor precio del mercado.
Adicionalmente, Pacomarca organiza concursos de fibra entre los productores para incentivar la
producción de animales más finos. Finalmente, Pacomarca intercambia padrillos con determinados
productores; vende otros tantos y hasta regala animales a aquellas comunidades de bajos recursos.
¿De qué manera el involucramiento de Pacomarca en la investigación y mejora genética de las alpacas
contribuye a construir una relación de comercio justo con los alpaqueros?
La compra directa a los productores asegura el mejor precio del mercado. Al prescindir de los
comerciantes intermediarios (muchas veces inescrupulosos) se evita tener que compartir parte del valor
de la fibra con otros agentes y el productor alpaquero recibe el total del precio de la fibra. Así mismo,
con la mejora genética se consigue producir fibra de mejor calidad, la cual tiene un precio mayor en el
mercado.
Leímos que la fibra de Pacomarca es trazable en cuatro formas: a través de la técnica Inca Esquila; el
concurso Quinta del Inca; las comunidades del área; y el rancho donde se encuentra la estación
científica. ¿De qué se trata cada uno? ¿Cuál es el compromiso que tiene el Grupo Inca en estas cuatro
aristas para mantener la trazabilidad total de sus productos?
La fibra trazable de alpaca es una creación de Pacomarca. Históricamente la fibra de alpaca, que se
compra a miles de campesinos en una extensísima área montañosa del Perú, terminaba juntándose toda
en los almacenes ya sea de los comerciantes y/o de las empresas textiles para luego ser transformada en
productos textiles. Resultaba imposible identificar de dónde provenía cada kilo de fibra.
Sin embargo, aprovechando el desarrollo de la nueva técnica de esquila, La Inca Esquila, desarrollada en
Pacomarca, y su empleo en las operaciones de esquila (gratuita) que se empezó a ofrecer a los
productores a partir del año 2015, se logró tener ciertos lotes de fibra procedentes de un solo productor
identificado al cual se le había no sólo esquilado sus animales sino también comprado el material al
mejor precio del mercado. Así nació la idea de hacer lotes de “Alpaca Trazable”. Pacomarca ha montado
un equipo de esquiladores equipados con máquinas ad-hoc, generadores eléctricos y movilidad
adaptada y con el que se brinda el servicio de esquila y compra de materia prima a los productores
alpaqueros que lo solicitan. Ese es el canal “Inca Esquila”.
El segundo canal que se utiliza para recolectar fibra trazable es a través del concurso nacional de fibra de
alpaca “El Quintal del Inca” que premia a los productores que presentan los mejores quintales de fibra al
concurso. Un quintal equivale a 46 kilos de fibra. Es una antigua medida utilizada desde tiempos de los
españoles. El premio para este concurso que organiza Pacomarca anualmente es una vivienda ecológica
de altura completamente equipada y que se construye en el rancho del ganador del concurso.
El tercer canal para el acopio de fibra 100% trazable es aquel que proviene de la compra directa, con o
sin Inca Esquila, que se hace a las comunidades o a productores individuales a quienes nosotros
contactamos o conocemos de antemano.
Finalmente, tenemos la producción propia de los animales del fundo Pacomarca, que es de calidad
superior pero muy poca cantidad. Como puede verse, en cada uno de estos cuatro casos, nosotros
conocemos de primera mano el origen de la fibra y, en la mayoría de ellos, trabajamos alguno de los
varios programas que ofrece Pacomarca con los productores involucrados.
¿Cuál es el rol que KUNA otorga a estas personas que trabajan la materia prima y están al inicio de su
cadena productiva?
Para KUNA, estas personas son el primer eslabón de la cadena productiva y como marca nos
preocupamos de que el producto final sea presentado y exhibido de una manera que muestre respeto a
toda esta cadena. Son productos tan finos que vienen de un lugar tan extremo del Perú que es
importante destacar la labor de todas estas personas.
¿Qué estándares o estrategias ha implementado KUNA para garantizar una relación de trabajo justa
con sus productores ya en las fábricas donde se transforma la alpaca en hilo?
Hay mucho trabajo de integración en la fábrica, por el momento el 62% son mujeres, lo cual ayuda
mucho a impulsar la igualdad de género. Por otra parte hay un grupo de personas con discapacidad
auditiva que trabaja con nosotros hace más de 15 años. Adicionalmente, a todos los trabajadores de las
fábricas se les entrega apoyo psicológico para ellos y sus familias en caso de necesitarlo, consultorías
legales y becas académicas para los niños.
¿Cómo mide KUNA, o a su vez el Grupo Inca, su impacto social a lo largo de toda la cadena productiva?
El Grupo Inca tiene gran interés en que su actividad empresarial tenga el mayor y mejor impacto posible
con todos sus stakeholders. Si bien es cierto es muy difícil medir este tipo de impacto, ya sea económico
o, menos aún, social, si creemos que nuestras iniciativas tienen por lo menos un impacto económico
tangible entre los productores alpaqueros del Perú. El ejemplo más claro lo representa la cantidad de
fibra fina (calidad baby, por ejemplo) que se produce y comercializa en el país. Hace unos veinte años,
cuando Pacomarca recién empezaba, el porcentaje de la calidad baby que se producía en el país era
exactamente de 7,32% del total. Actualmente ese porcentaje ha subido a más del 22%. Si se considera
que entre la fibra fina y la gruesa hay un diferencial de precio notorio, tendremos que, en estos años, la
cantidad de dinero que se destina para la compra de alpaca en la sierra ha aumentado
considerablemente. Si bien no todo ese incremento llega directamente al productor, parte lo hace con
toda seguridad.
Adicionalmente, existen otros impactos, igualmente difíciles de cuantificar, pero que ya son visibles en la
sierra. Uno de ellos es la cantidad de corrales de manejo que se han construido para el mejor manipuleo
de los animales. Hasta antes de Pacomarca, ningún productor utilizaba mangas de manejo (o corrales de
manejo). Estas instalaciones facilitan las labores de selección de animales y aseguran el bienestar
animal, versus los corrales tradicionales hechos de piedra sobre piedra que a menudo suelen
desmoronarse por las inclemencias del clima. De manera similar, hasta antes de Pacomarca no existían
productores alpaqueros que utilizaran capas de protección para sus crías recién nacidas; ni carpas para
guarecer a madres y crías en los primeros días post-parto. Hoy, es común ver estas instalaciones en
varios lugares de la sierra.
Por último, lamentamos la noticia del fallecimiento de tu abuelo, quien como nos contaste en la entrevista anterior, fue una persona muy visionaria para sus tiempos e incorporó de manera bastante anticipada prácticas y conceptos relacionados al trabajo digno, colaborativo, transparente y respetuoso con las personas y el medio ambiente que muchas grandes marcas recién están trabajando por implementar. ¿Cómo esperas que continue ese legado?
Estos días han estado recargados de mensajes de cariño y admiración sobre mi abuelo. Hemos recibido mensajes de apoyo y condolencias de diversas personas que estuvieron relacionados con él de una u otra manera y la mayoría de los mensajes declaraban gran admiración por la visión y la pasión que tenía para hacer las cosas. Muchos nos contaron sobre la inspiración que significó mi abuelo en sus vidas personales y laborales y como lo consideraron un mentor. Creo que todos esos mensajes reflejan la forma en que él tenía de trabajar y relacionarse con la gente. Un ambiente lleno de respeto y cariño, relaciones interpersonales más allá de lo laboral. Esto ya es un legado que él fue dejando en vida y que seguro se va a mantener en el tiempo.
Por otra parte, su legado siempre va a estar presente por la forma en la que se lleva la empresa, el foco que tenemos hacia la calidad de los productos, conocer de pies a cabeza los procesos productivos y los actores involucrados, trabajando responsablemente con la naturaleza y seguir potenciando la industria Latinoamericana. Tuve mucha suerte de tener a mi abuelo por tantos años y espero poder seguir impulsando su visión de la industria textil con la misma pasión que el logró mantener por casi 93 años.