El mercado de la reventa de ropa crece a pasos agigantados, valorizado en aproximadamente 130.000 millones de dólares ¡Y la verdad es que nos alegra! Sin duda somos partidarias de reusar nuestra ropa lo más posible, pero ¿cuál es su alcance?
De acuerdo al último reporte de Thredup el mercado global de ropa de segunda mano crecerá tres veces más rápido que el mercado global de ropa en general, convirtiéndose en una tendencia que se consolida año a año. Y las marcas, han actuado siguiendo esa tendencia. Lanzando programas propios de reventa, o asociándose y estableciendo alianzas estratégicas con plataformas de reventa establecidas, aprovechando esos movimientos para hacer declaraciones sobre sus esfuerzos para ser más sostenibles “cerrando el círculo”.
Y esto sin duda tiene sus beneficios. Por una parte, permite reemplazar compras en cadenas de fast fashion, por alternativas de segunda mano. De hecho, el mismo informe de Thred Up declara que la ropa de segunda mano desplazó casi mil millones de compras de ropa nueva en 2021.
Por otra parte, se estima que alrededor del 71% (Fashion On Climate, 2020) de las emisiones de la industria de la moda provienen de las primeras etapas de la elaboración de una prenda, Por lo tanto, el reutilizar un producto que ya está en el mercado versus comprar uno nuevo supone beneficios evidente.
Sin embargo, la reventa de ropa también trae consigo nuevas preguntas o cuestionamientos en relación a cómo se está produciendo, vendiendo, consumiendo y vistiendo actualmente. De hecho, en nuestro artículo ¡Prefiere SecondHand! pero… nos inmiscuimos en estas preguntas. Hoy, con las estadísticas y tendencias más claras, podemos afirmar que esta es una opción, pero definitivamente no la solución.
Por una parte, ¿cuál es el impacto de los programas o plataformas de reventa si la industria sigue produciendo como siempre? ¿Cuál es el cambio sustancial en el modelo de negocio que la sustenta actualmente? Es decir, ¿será el resale hacer que las marcas de moda reduzcan su producción de ropa nueva realmente? ¿o seguirá siendo la sobreproducción el elefante blanco dentro de la habitación?
Si bien reconocemos y promovemos usar y reusar la ropa que ya existe, ¿cuál es el futuro de esas prendas, si gran parte de la oferta que encontramos en plataformas de reventa provienen de marcas de ropa rápida, cuya calidad muchas veces no permite prolongar su vida útil, por más de unos cuantos usos?
Por último, y relacionado con el punto anterior, vemos cómo día a día las plataformas de reventa aumentan su catálogo, y antes lo que nos parecía invencible, hoy circula. Vemos como ítems nuevos son revendidos “como ítems de segunda”, cuando, en estricto rigor, son nuevos.
Muchos han decidido apuntar a las redes sociales, como Instagram o TikTok y las generaciones que utilizan estas plataformas, como los grandes responsables de la tendencia “usa, fotografía y revende”. Sabemos que las social media tienen mucho que decir en esta materia, pero no todo puede ser observado desde ahí. La industria de la moda sigue sin tomarse la responsabilidad.
Por ello, nos seguimos preguntando, ¿será que la reventa está alimentando un círculo de consumo tan rápido, como el de la moda rápida?
El camino hacia una moda más sostenible y circular está en desarrollo. Nuevas formas de producir, consumir y vestir son fundamentales. En ese sentido, la reventa se ha instalado como una alternativa que apoya el camino a prolongar la vida de la ropa, pero para que efectivamente se cierre el círculo, es fundamental que esto venga acompañado de un cambio en la manera en que las marcas y consumidores se relacionan con el vestir. Pues, de otra manera, pareciera que las malas prácticas de un sector de la moda se trasladan a otro, pero claro… con un poquito menos de culpa.
¿Qué opinas? ¡Vamos a conversar!
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