La vuelta a laborar significa para muchos lidiar nuevamente con un horario agotador, además de alguna angustia o ansiedad de algún familiar por el comienzo de un ciclo escolar o universitario. Muchos gastos también aparecen en esta fecha, por lo que el sueño y el temperamento pueden verse afectados negativamente. La clave está en no dejarse abatir por la rutina teniendo un plan diseñado para ello. Aquí reunimos datos para enfrentar el re-inicio del año de manera tranquila y feliz.
Organizar el menú de la semana
¿Qué tal si programas lo que vas a comer de lunes a viernes, haces las compras respectivas el día sábado en la feria y realizas un Sunday cook-off como proponen las hermanas Hemsley + Hemsley? Algo tan simple como lo anterior sí que reduce frecuentes viajes al supermercado. También mejora la nutrición de las personas ya que el drive-thru y las comidas afuera de la casa –normalmente con mucha azúcar y sal– quedan out. Asimismo, estarás combatiendo el desperdicio de alimentos. Muchos libros de cocina traen un calendario con sugerencias de platos fáciles para toda la semana e internet ofrece lo mismo. Y no olvidemos que ir a visitar al casero y conectarse con el productor de nuestros alimentos significa aligerar nuestra huella de carbono, además de fomentar el comercio local. También está la posibilidad de ordenar en línea el delivery de una caja de verduras orgánicas y naturales.
Para el día domingo, resulta muy conveniente preparar legumbres (el doble de lo normal, para congelar y tener en el freezer para la semana subsiguiente), cocinar un pseudo-cereal como la quinoa (que será el carbohidrato base para un buddha bowl, por ejemplo), cortar y picar un par de verduras (las cuales podrían unirse en una crema reponedora), hornear un snack tipo trail-mix y, al mismo tiempo, usar el horno para hacer una granola casera para el desayuno (solo necesitarás yogurt y fruta para comenzar bien el día). De esta forma, se evitará el consumo de productos normalmente empaquetados en plástico, e implicará un ahorro de cerca del 15% para nuestra billetera. Si has invertido en botellas y bolsas reutilizables, ya está la mitad de la pega hecha. Solo falta un contenedor o termo para un almuerzo envidiable por los colegas.
Personaliza y ordena tu espacio de trabajo
Una foto de la familia o un recuerdo de las vacaciones pueden ayudar a crear un ambiente cómodo, que genera inspiración y/o motivación. La personalización es una manera de sentir pertenencia y un mecanismo simple para animarnos cada día. Pero ojo; el Instituto de Neurociencia de la Princeton University descubrió que, cuando el espacio de trabajo es un caos, las personas ven limitadas su habilidad para llevar a cabo las tareas. Marie Kondo, la gurú del decluttering, sugiere descartar documentos y garantías que probablemente están acumulando polvo, así como fotocopias y papeles de algún curso que entregó conocimiento y experiencias. Luego hay que examinar otros ítems que si no nos trae alegría tenerlos, mejor regalarlos. La tienda Coaniquem recibe donaciones de objetos en buen estado, o ir a un Punto Limpio a reciclar también es una opción.
Añadir plantas al espacio de trabajo ha sido estudiado específicamente por sus beneficios en la reducción del estrés. Un estudio conducido el 2010, en Australia, demostró que las plantas pueden reducir el estrés o sentimientos negativos en el trabajo entre un 30 y un 60%. Apostamos que unas suculentas quedarían bien lindas en el escritorio de cualquiera.
Ordena tu clóset
Levantarse en la mañana y no saber qué ponerse –aún cuando el clóset está rebosando de ropa– es algo que ocurre con frecuencia y puede ser una causa de agobio. La buena noticia es que no tiene porqué serlo. La ex-editora de Gardenista y autora de Simple Matters, Erin Boyle, recomienda revisar el armario cada temporada y aplicar unos simples pasos para hacer un detox de ropa.
Para esto, ella ubica toda su ropa en tres montones: 1) lo que se queda 2) lo que se va 3) lo que se medita. En el primero, están todas las prendas que a ella le encantan y que están en buenas condiciones. Aquí también se incluyen piezas que se usan con menos frecuencia, pero que son perfectas para una ocasión especial. En el segundo, se juntan las cosas que deben partir; lo desgastado y aquello que ya no genera alegría usar o no queda bien. Probablemente aquí se encuentren compras impulsivas que estaban con un gran descuento, pero que francamente nunca debimos adquirir. Finalmente, el tercer montón, es un poco más difícil de llevar a cabo. Boyle indica que aquí sitúa ropa que ella no usa regularmente, pero que no se siente lista para dejar ir. Quizás aquí hay un suéter costoso que produce picazón. Estos elementos pueden volver al clóset si hay espacio, o bien se guardan en una maleta. En el segundo caso y para la próxima temporada, si fueron echados de menos, vuelven al clóset. En caso negativo, hay que regalarlos o donarlos.
Reducir la velocidad
Algunas compañías creen que el slow work debiera ser integrado a la rutina de su equipo. Empresas alrededor del mundo han otorgado semanas o meses de tiempo sabático a sus trabajadores con la esperanza de que vuelvan más creativos que antes. Otras han optado por incluir yoga, masajes y aromaterapia en la oficina e incluso habitaciones chill-out. El CEO de Oracle en Tokio se recluye en una sala de meditación cerca de 10 minutos al día, y ha señalado que le brinda una mente más aguda y calmada, lo que ha dicho que le ayuda a tomar mejores decisiones. Nestlé Rowntree en Reino Unido ha establecido los viernes libres de correos electrónicos, así, las comunicaciones internas de los trabajadores son en persona o por teléfono, lo cual hace que muchos temas se resuelvan de manera eficiente. La NASA ha declarado que la power nap –una siesta de 24 minutos– hace maravillas para el desempeño de sus pilotos. Hombres con grandes responsabilidades como Kennedy, Bonaparte y Churchill fueron defensores de un pestañeo en la mitad de la jornada. ¿Estamos muy lejos de esas realidades? Para acercarlas, solo hay que proponerlas en nuestro medio y demostrar los beneficios que traen. Convérsalo con tus compañeros en la oficina y seguro que juntos pueden lograr lo que deseen. Mientras tanto, asegúrate de alejarte de la pantalla del computador mínimo un par de veces al día, ya que el uso ininterrumpido del mismo se asocia a estrés, pérdida del sueño y depresión, según un estudio de la Universidad de Gothenburg en Suecia.
Actividades
Considera caminar por el parque en el trayecto al trabajo o a la vuelta a casa; un paseo breve de 10 minutos puede ponerte en un estado de meditación gracias a un fenómeno conocido como atención involuntaria, durante el cual algo atrapa nuestra atención y simultáneamente permite reflexionar. La Universidad de Washington ha indicado que destinar tiempo en la naturaleza ayuda a reducir la fatiga mental e incluso puede impulsar el funcionamiento cognitivo. Inscribirse en talleres de tejido o cerámica también es óptimo; los movimientos repetitivos –como las habilidades motoras empleadas en esos actos– pueden calmar la ansiedad, según la tejedora y pediatra Perri Klass.
¿Conoces el mindfulness? Puede auxiliarte a dejar de andar en piloto automático por la vida, a aceptar cosas que no se pueden modificar y ha ayudado a personas con dolores crónicos y ansiedad. Te dejamos un ejercicio que consiste en saborear un chocolate de manera muy consciente: observa el trozo de chocolate con detención. Mira su color, textura y tómalo para sentir su peso. Ahora huele el chocolate, ¿se activan otros sentidos? Pon el chocolate en tu boca, pero no lo comas aún. ¿Qué sientes mientras se derrite? ¿En qué parte de tu boca sientes su sabor? ¿Cuál es su consistencia? Luego mueve el chocolate en tu boca, ¿qué le está sucediendo al chocolate? ¿Cómo te sientes? Finalmente, traga el chocolate, ¿queda algún sabor en la boca? ¿Qué sientes física y emocionalmente? Si practicas este ejercicio con otros elementos, de a poco te vas a dar cuenta de pequeños detalles del diario vivir que son bellos en su simpleza y que alegran momentos de la jornada.
Reflexión interna
Si todo lo anterior no aligera la intensidad de este mes, ¿se deberá a extenuantes horas de trabajo? Quizás es momento de preguntarse: ¿por qué trabajo tantas horas? Si la respuesta es “porque necesito el dinero”, conviene revisar si ese requerimiento está ligado al consumo de ciertos bienes para mantener un determinado estilo de vida. La publicidad constantemente nos recuerda que tenemos que tener el último producto, cuando en realidad no es así. Siempre podemos vivir con menos cosas, y disfrutar de más experiencias. Por otra parte, si el trabajo sigue siendo una carga en sí mismo, tal vez hay que analizar la permanencia en ese lugar. Dejar lo estable para buscar nuevos horizontes puede asustar a algunos, pero sabemos por experiencia propia que si buscas desarrollar plenamente tus aptitudes o habilidades, y persigues algo que te apasiona muchísimo, busca el apoyo de familia y amigos y confía en ti misma. El tiempo es ahora.