Tiempos de fiestas, tiempos de lujo

por | Dic 13, 2021

Cómo navegar por el universo visual de la sofisticación, sin perderse y encontrar el justo equilibrio.

Diciembre es típicamente un mes de fiestas, pero este año es aún más especial. Con tantas celebraciones que hemos debido aplazar —por razones que todos y todas conocemos— el volver a juntarnos, a compartir espacios y momentos, con las debidas restricciones, se vuelve a sentir en el aire y a ver en nuestras agendas.

Estamos poco a poco saliendo de dos años prácticamente en pijamas, por lo tanto, puede ser un tanto abrumador volver a pensar en cómo vestir adecuadamente y al mismo tiempo con comodidad—física y psicológicamente— para los eventos que se avecinan.

Por ello, en esta quinta entrega de los universos visuales y sensaciones del vestir, vamos a explorar el cómo encontrar formas de relacionar nuestro estilo personal con la necesidad o voluntad de expresar sofisticación, lujo y refinamiento.

Lo primero, súper importante, es separar el concepto de refinamiento del concepto de soberbia. Cuando hablamos de “lucir refinada o refinado” no se trata de demostrar riqueza, pero sí un cuidado especial. Es demostrar cariño, respeto y/o agradecimiento hacia el o la anfitriona del evento y la invitación recibida.

INTENCIÓN: SOFISTICADO

Según la RAE, algo sofisticado corresponde a algo elegante, refinado, complejo. Puede ser “afectadamente refinado” y, por ende, “falto de naturalidad”. El origen de la palabra está en el griego sophos (sabio), pero es relativo a los sofistas. La cual es una corriente filosófica famosa por tener la capacidad de ser artificioso, complejo, elaborado, y por ende, faltos de naturalidad.

Me dirán que siempre hablo de que seamos nosotras mismas, que busquemos construir un estilo auténtico y bueno, ¡lo sigo defendiendo!. Esto también aplica cuando hablamos de arreglarnos para un evento (o para el día a día, ¿por qué no?) ya que no existen lineamientos ultra definidos. Ahora bien, hay elementos que remiten a un universo más refinado, y que pueden ayudar a sentir que estamos más adhoc a la ocasión.

Ya hablamos de distintas prioridades de estilo (comodidad, feminidad, impacto y urbano), y nos ha quedado super claro que es posible mezclar los elementos de cada universo visual y construir de forma orgánica un look.

Con esto en mente, podemos considerar algunos recursos para traducir refinamiento.

BRILLO: es el recurso más común y más fácil de aplicar. Acá solo vamos a quebrar un paradigma: no tengas miedo de usarlo durante el día. Si te gusta, está perfecto. Ajusta la cantidad / luminosidad de acuerdo a lo que te sientas cómoda.

TELAS REFINADAS O MÁS TRABAJADAS: visualmente elegantes, con un toque agradable, brillo natural y/o artificial, pueden naturales como no, pero en general no son elasticadas. También se puede pensar en jugar con las transparencias, bordados y detalles que muestran una prenda más trabajada.

CORTE IMPECABLE: telas sofisticadas y no elasticadas. Exigen una confección más cuidadosa, y eso se puede apreciar a la vista. Una prenda sofisticada cabe como guante en el cuerpo.

ACCESORIOS REFINADOS: siguiendo el mismo racional de las telas, aquí estamos hablando de accesorios que se notan especiales. Que sean más trabajados, con terminaciones finas y materiales nobles. Independientemente del estilo de tu look, siempre son un complemento que puede terminar siendo el centro de atención.

BONUS TRACK – ZAPATOS: ya que nos gusta eliminar estereotipos, es necesario decir que los tacos altos no son obligatorios. Te invito a que pienses en las mismas directrices que aplicamos para las telas y accesorios. Y además, ¡no tienes por qué sufrir!

Claramente si tienes el refinamiento y la sofisticación como pilares de tu estilo, estos son recursos que ya usas en tu día a día. Pero si no es así, espero haber abierto nuevas posibilidades, especialmente para quienes sienten que ser “elegante” es una sola cosa, e implica salir de la zona de confort.

En mi mundo ideal todas tenemos las herramientas para seguir siendo nosotras independiente de lo que queremos demostrar en cada momento. Nuestra identidad visual, nuestro estilo, es orgánico, flexible y puede adaptarse teniendo clara nuestra esencia. Consejo: evita tener piezas que son ajenas a tu estilo y solo para determinadas situaciones y/o eventos. Dale vida cada día a cada pieza que habita en tu clóset.

Seguimos juntas en la construcción de nuestra verdad en forma de ropa. Gracias por leerme todo este año, y ¡nos vemos en el 2022! ¿Qué te gustaría ver por aquí? ¡Envíanos tu sugerencia, nos encanta construir nuestro contenido contigo!

Consultora de moda, posible y sin reglas. Mamá, emprendedora, paulistana de corazón y viajera de alma. En los últimos 10 años facilité el vestir de muchas personas y construí el primer servicio de arriendo de ropa casual en Chile, Recloset. De vuelta a Brasil, me dedico a ayudar gente real (como tú y yo) a construir un vestir más fácil y consciente. @mari.pattaro

Podría interesarte