En los últimos días todos los planes han cambiado, enfrentándonos al desafío de ser flexibles en tiempos de mucha incertidumbre, y el trabajo es un área que no se ha visto excluida de esta situación. Medidas como el aislamiento social son fundamentales para enfrentar la crisis de salud que estamos viviendo, y eso ha significado que muchas personas tengan que abandonar sus oficinas, trasladando su trabajo a sus hogares.
Hace casi cuatro años que trabajo en mi casa, pasando temporadas en coworks, dos oficinas hermosas a las que iba medio tiempo y uno que otro café que hacía de escritorio de trabajo por un día. Personalmente me encanta, pero reconozco que ha sido un camino con más de un desafío, como establecer límites vida/trabajo, armar una rutina o dejar las distracciones domésticas de lado.
Por eso, para todxs aquellxs que hoy se enfrentan a hacer de su casa un espacio laboral, les comparto estos tips y consejos basados en mi experiencia personal y en otras buenas ideas que encontramos junto al equipo de Franca. para hacer este periodo complejo un poco más llevadero.
1. Dress for success: Aunque te quedes en tu casa y la tentación del pijama calentito es de temer, ir a la ducha, vestirse y empezar el día hará que el día sea empiece con una mejor disposición, no solo por la higiene (que es fundamental hoy y siempre), sino porque nos permite empezar frescxs y en sintonía con lo que debemos hacer ese día. En mis primeros días de trabajar desde la casa probé duchándome más tarde, pero el lío mental que me significaba me llevó a apreciar muchísimo el acto de tener y respetar una rutina durante mis mañanas.
2. Cada unx tiene su ritmo: Todxs somos distintxs, y a la hora de trabajar eso no es una excepción. Por eso, descubrir y respetar cuál es la forma de trabajo que mejor se ajusta a cada persona es indispensable. Por ejemplo: para algunxs tener una jornada laboral de 9h00 a 18h00 con recreos de diez minutos cada hora, adicional a su sagrada hora de almuerzo, puede ser el secreto. Pero para otrxs quizás las mañanas son su momento más productivo, y les funciona mejor sentarse a sacar varias tareas, tener solo una pausa para hacerse un café y dejar la tarde para responder correos. Quizás te tardes un poco en descubrirlo, pero el ensayo y error es nuestro mejor amigx.
3. ¿Qué tengo que hacer hoy?: Trabajar desde la casa puede ser genial, pero al mismo tiempo nos presenta muchas otras distracciones que en una oficina. Ahí, no tenemos cómo preguntarnos si regamos las plantas, qué cocinar para la hora de almuerzo, ordenar ese desorden que no habías visto y ahora hace que tirite tu ojo, entre muchas otras tareas de casa. Y aunque los pequeños descansos que nos demos pueden servir para avanzar en esos quehaceres domésticos, hacer una lista de tareas diarias de índole laboral es una excelente alternativa para no perder el foco, priorizar (por ejemplo, las más demandantes en la mañana y aquellas más creativas en la tarde) y cumplir con nuestras metas. Llevar una contabilidad de tus metas y los procesos que estás desarrollando permitirán que estés más tranquilx, y si trabajas en una empresa que está probando el teletrabajo, podrás demostrar con transparencia cómo estás avanzando.
4. Necesito un break: Sobre todo en tiempos de incertidumbre, donde estamos manejando no solo nuestro trabajo, sino también adaptando planes que cambiaron, una rutina alterada y al menos un poco más de ansiedad de la habitual, tener momentos de pausa es fundamental. Trabajar desde la casa puede llevarnos a no parar, a sentir que no hay límites claros entre las horas de trabajo y las de ocio, que «tengo» que responder un correo sin importar el momento, aunque haya decretado que necesitaba unos minutos para moverme. Las pausas son necesarias, nos recargan y dan claridad. ¡No las olvides!
5. Arma un espacio que (ojalá) puedas usar solo para trabajar: No es fácil, sobre todo si esta crisis te tomó por sorpresa y hoy te ves trabajando desde tu casa cuando antes siempre estuviste en una oficina. Pero pequeños gestos como no trabajar en tu pieza, guardar el computador en tu mochila después de haber trabajado sobre la mesa de comedor de tu casa o prender una velita en ese espacio que estabas usando te permitirán separar tu vida laboral de la cotidiana.
6. ¡Vamos equipo!: No hay como una reunión presencial con tu equipo de trabajo, pero no podemos desconocer que la tecnología hace que el trabajo a distancia sea mucho más fluido que hace solo un par de años atrás. Por eso, enfoquémonos en lo positivo y usemos esas herramientas a nuestro favor. De todos modos, si no estás acostumbradx a trabajar a distancia, puede resultar un poco más difícil familiarizarse con que, a pesar de la distancia, seguimos trabajando por un objetivo común. No seas tan durx contigo mismx y con el resto del equipo, con paciencia y apoyo mutuo llegarán a un punto donde el trabajo se sentirá tan fluido como en una oficina (y te darás cuenta de cuántas reuniones en realidad podrían haber sido un correo electrónico).
7. Hacer una transición: El proceso de trasladarnos desde la oficina a nuestra casa muchas veces suele ayudar a desconectarnos del trabajo. Si trabajas desde casa, una buena forma de hacer esa «transición» es, por ejemplo, empezar a escuchar un podcast que te gusta, moverte un poco, leer un libro, poner tu música favorita (no la que escuchas cuando estás trabajando), ventilar tus espacios, o cualquier actividad que te ayude a transicionar de un mood a otro.
¿Qué otros tips agregarías a esta lista? ¿Cuáles han servido en tu propia transición? ¡Cuéntanos en los comentarios!
Fotografía portada: Rafaelo Roaseanda para una entrevista en Haciéndola