Los primos Sebastián y Andrés Luongo decidieron hace cinco años que querían generar un impacto positivo en el medioambiente. Nada de irse fuera de la ciudad, sino que aquí mismo. Mover a las personas, mover voluntades. Y Javiera hermana de Andrés se sumó a esa idea, así como los 50.000 usuarios de la aplicación que también creerían en su propuesta. allGreenUp es la app que premia por la realización de actividades físicas diarias como trotar, andar en bici, reciclar, compartir el auto e incluso por leer tips ecológicos. También permite hacer donaciones a instituciones como Reforestemos Patagonia. Al mismo tiempo queda registrado cuántos árboles se han salvado o la reducción de CO2 lograda por el comportamiento del individuo. Cuidar el planeta nunca fue tan gratificante.
Al comienzo, en el equipo Luongo pinponearon ideas sobre la recolección de residuos, e hicieron estudios, pero era un negocio logístico que no les interesaba. Detectaron la baja participación ciudadana: “Había preocupación, pero poca acción.” Así que se volcaron a la motivación de las personas. Justo en ese momento surgió la posibilidad de hacer algo para móviles. Tenían claro que no querían hacer un blog. También sabían que el 90% de las personas entendía y tenían interés en cuidar el mundo, pero no se movilizaban. Se preguntaron entonces “¿cómo romper la inercia?” Así nació la idea de premiar y que las personas registren en su celular su actividad ‘verde’.
Los logros que llevan hasta ahora están en todos los medios. ¿Podrían referirse a las dificultades que han experimentado en el proceso de creación de AGU?
“Comenzamos por presentar la idea -sin desarrollar- a las municipalidades. Teníamos fotos de la app, pero realmente era aire. Le ofrecíamos beneficios a los vecinos ya sea por reciclar o andar en bicicleta. Todo esto gratis para la muni, porque después iríamos a buscar el respaldo de empresas, pero costó mucho. Cerrar con Lo Barnechea a través de operador de un punto de reciclaje llamado Ecoser, tomó un año. Pensamos en tirar la esponja. Empezamos a invertir en la app, contratamos a una persona para desarrollarla, destinábamos parte de nuestro sueldo de los trabajos respectivos de cada uno, y no había retorno. Eventualmente Lo Barnechea dijo que sí, pero aún no habían marcas asociadas que premiaran a los vecinos. Era puro bluff… Pero luego hubo movimiento de los usuarios en la aplicación, y así conseguimos el primer inversionista”.
En ese momento los primos Luongo se dedicaron full time a AGU y se fueron motivando comercios pequeños. “Ellos son nuestro pilar. Entendemos que el cuidado del medioambiente parte por el consumo.” Hoy hay 150 comercios pequeños aproximadamente, que promueven un consumo responsable o un estilo de vida saludable, entre ellos Rumbo Verde y Kai Kai.
Y lo complejo no quedó ahí: “Fue difícil expandirse a más munis. Que el ministerio del medioambiente nos tomara en cuenta costó mucho. Fue un período complicado. Nos cuestionamos harto si seguir porque teníamos el cuento armado y nadie nos pagaba. Habíamos renunciado a nuestras pegas, teníamos 6-8 meses de plata en el banco. Sin vender. Sin pagarnos sueldo. Sin poder echar a la gente porque no podíamos pagar finiquito. Postulamos a Corfo y no se nos adjudicó. Por suerte apareció un cliente importante. Se fueron sumando comercios pequeños. El Patrocinio del Medio Ambiente significó invitación a ferias y nos daba más credibilidad.”
“Luego vino otro cliente más, pero necesitamos más lucas, y justo quedamos seleccionados en Start Up Chile y en una incubadora, y lamentablemente por cosas de la vida no se pudo obtener financiamiento. Nos endeudamos personalmente, nos preguntamos ¿qué hacer? Nuevamente apareció un cliente importante (Vital) y nos ayudaron un montó para salir adelante. Ahí todo agarró vuelvo. Premios afuera y más empresas se fueron sumando. Firmamos un convenio con el Gobierno de Buenos Aires y ahí ya está andando la app, ahora estamos prontos a partir Colombia y ya tenemos socios en Perú.”
¿Por qué buscaron la certificación B? ¿Qué les ha significado?
“La buscamos porque en verdad nosotros nacemos como empresa B. Usamos la fuerza del mercado para dar solución a problemas sociales y ambientales. Vimos de qué se trataba la certificación y dijimos que teníamos que ser parte de esto. Es un movimiento que da visibilidad a nuestros principios. Estábamos convencidos del retorno en términos de contactos y validación en Chile y en otros países. Participamos de eventos dentro de la red, nos apoyan en términos de relaciones públicas, etc.”
¿Cómo viven la sustentabilidad en la oficina de AGU?
Transmite mucha energía las fotos de grupo.
“Tenemos un programa que se consolida a nivel empresa. Medimos impacto si venimos en bici, hay incentivo por reciclaje (días libres, tardes libre, entradas al cine). También tenemos una política de proveedores sustentables, por ejemplo hacemos stands 100% recicables, un híbrido de PVC y cartón, que luego se convierte en bolsas reutilizables”.
¿Por qué eligieron al Koala como icono?
“Queríamos llegar a un personaje empático con las personas. Investigamos distintas especies que estaban amenazadas. Nos decidimos por él por su dinámica lúdica.”
¿Por qué no premian por la no producción de desecho?
“Por una parte, está difícil el tema de desarrollo en la app misma. También principalmente por un tema de conciencia. Nuestro focos es llegar a la mayor cantidad de personas, sugerirles pequeñas conductas. Proponerles algo radical, es muy complejo.”
Fueron invitados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como uno de los 15 proyectos que mejoran la vida de las personas, donde participaron como expositores en Demand Solution Venture Night. ¿Cómo fue esa experiencia en Washington?
“Postulamos y quedamos. La Javi fue en representación de AGU. Se presentó nuestro proyecto a distintas autoridades de gobiernos, inversionistas, fondos, para poder llevar AGU a otra escala. Había emprendimientos de países diversos y nacieron posibilidades de crear futuras negociaciones y ahora estamos en firmes conversaciones con el BID para hacer cosas y seguir creciendo.”