El ritmo acelerado de la vida actual, así como la inmediatez característica del mundo digital ha facilitado la separación de nuestro cuerpo físico, emocional, mental y espiritual: el llamado cuerpo multidimensional.
Comprendiendo que el cuerpo físico es nuestro hogar, aquello que nos contiene y moviliza, esta desconexión significa dejar de habitar con autenticidad los procesos que transitamos. Se dice que las grandes heridas del hombre están en su corazón porque socialmente no se les ha permitido expresar sus emociones, mientras que las grandes heridas de la mujer están en su útero, porque se les ha coartado expresar libremente su sexualidad.
Por medio de este artículo, te invito a conectar con tu sexualidad más allá del cuerpo físico, sino a través de tu mente unida a tu corazón y, de tu corazón a la energía femenina y masculina, fuentes de creación.
Somos hijos de la unión de la energía femenina y masculina
Todo lo que hacemos, todo lo que somos, es un acto sexual. La vida, TU vida, independiente a cómo haya sido la experiencia, se originó gracias a la unión de dos energías poderosas que lo hicieron posible. El ciclo menstrual de una mujer es un proceso sexual, parir es un acto sexual; lo que ocurre es que tenemos poca información del real significado de la sexualidad, pues ha sido manipulada según la cultura de un país, patrones, sistemas de creencias y/o raíz familiar.
En la intimidad de nuestros hogares, la sexualidad sigue siendo un tema del que no se habla libremente, aún sigue siendo un tabú lleno de mitos o juicios. Recuerdo que era adolescente, probablemente de 14 años, cuando comencé a explorar con mi sexualidad le pedí apoyo a mi mamá, ella me respondió entre enojada y asustada con un “no lo vuelvas a hacer”. Su temor a que yo quedara embarazada es esa edad era abismante y la posibilidad de enseñarme o llevarme a algún ginecolog@ era inexistente porque simplemente no tenía las herramientas emocionales para abordarlo.
Comparto esta experiencia sin intención de juzgarla, sino para ejemplificar esta realidad que hoy, años más tarde, sigue estando presente. La falta de información y nula guía emocional que hay en niños, adolescentes y jóvenes, conlleva a que finalmente se aprenda a través de experiencias personales o de terceros, ya sea en la calle, con amigos, internet, ¡cualquier lugar menos en el hogar como lugar seguro!.No existen ritos para aprender lo esencial de cada etapa de nuestras vidas, como la menarquia en las mujeres (primera menstruación) o espermaquia en los hombres (primera eyaculación).
Por otro lado, cuando afirmo que “todo lo que hacemos y todo lo que somos es un acto sexual”, también me refiero a que todo aquello que queremos crear (un emprendimiento, un proyecto, un sueño, un deseo, una relación, etcétera) requiere activar la unión de dos energías: la femenina y masculina.
Cuando hablamos de energía femenina y masculina no tiene que ver con el género, tanto hombres como mujeres tenemos disponibles internamente ambas energías en cualidad y distorsión, dependiendo de la experiencia, conceptos y creencias de cada persona.
La energía como concepto base es la capacidad que tiene la materia de transformarse y producir movimiento. Si vamos más profundo, existen 7 fuerzas que operan en el universo, que crean y transforman la realidad; Mentalismo, Correspondencia, Vibración, Causa y efecto, Polaridad, Ritmo y Ley de Generación, esta última es a la que me voy a referir en este artículo.
La Ley de Generación nos dice que para ser capaces de crear algo, lo que sea que quieras, requerimos del complemento y confluencia de la energía femenina y masculina. Ambas energías son manifestaciones de una única energía, es decir, no funcionan por separado y siempre, aunque no nos demos cuenta, estamos aplicándolas en nuestro día a día, hasta en los más mínimos detalles, estamos recibiendo y dando información. La energía femenina se asocia al reconocimiento y estado del Ser, nos invita a recibir, mientras que la energía masculina se asocia al reconocimiento y desarrollo del Hacer, es la energía de la acción.
La sexualidad consciente, en presencia del SER y del HACER
Ahora que sabemos que la energía femenina nos conecta con el desarrollo del ser, es preciso conocer que, a su vez, es la conexión con el placer, el disfrute, el gozo, la creatividad, la flexibilidad, el amor, la contención, y la nutrición. En tanto, la energía masculina asociada al desarrollo y estado del hacer, da vida y acción al cómo me conecto (con el placer, el disfrute, el gozo, la flexibilidad, el amor, la contención, la nutrición). En cualidad, la energía masculina está ligada a la presencia, la meditación, el foco, la concentración, la atención plena. La energía masculina es la semilla que va a ser sembrada en la tierra fértil del femenino.
Al vivir desconectados de estos saberes innatos, es fácil distorsionar nuestra realidad o desconocer lo que nos gusta. En el ámbito del placer sexual, este desconocimiento, nos puede llevar a experiencias incómodas, dolorosas o traumáticas. Dado esto, te invito a regalarte un momento y hacerte las siguientes preguntas y reflexiones:
¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando escuchas la palabra sexualidad, o sexo?, ¿cómo fue tu primera experiencia sexual, no con una pareja, si no que contigo mismo/a?, ¿cómo fueron esas primeras veces que sentiste deseo sexual?, ¿cómo fue tu primera masturbación?, ¿cómo fue tu primera experiencia sexual en pareja?.
En tu infancia y/o adolescencia: ¿qué escuchaste en tu entorno sobre lo que es sexualidad?, ¿tuviste guía?, ¿alguien te explicó?.
Actualmente: ¿cómo vives tu sexualidad?, ¿en qué estás pensando cuando tienes sexo? , ¿qué estás sintiendo?, ¿cómo sientes tu cuerpo?, ¿utilizas tu respiración?, ¿te conectas contigo más allá del cuerpo?, ¿te conectas con la otra persona?.
La sexualidad es un acto sagrado, es la conexión absoluta con la vida y la muerte, con el dar y el recibir, con la creación en todas sus formas. ¡Tú eres un ser sagrado! y como tal, mereces recibir todos los placeres en todas sus formas que la vida tiene para ti, pero para ello, el camino del autoconocimiento es fundamental.
La energía sexual nos sirve para crear y, para poder activar este poder, es hora de derribar mitos y creencias, para llegar a conocer el real significado y experimentarlo libremente, según tus propias experiencias. ¿Te animas?
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