Siempre he sido de escribir y llevar diarios de vida, desde la clásica agenda Pascualina hasta cuadernos de viaje, hojas sueltas o libretas especiales. Desde muy pequeña he sentido al escribir (casi) a diario, un efecto sanador, de autoconocimiento y liberación de espacio mental. Hace un par de años me topé con el concepto del diario de gratitud, y me gustó la idea de incluir el acto de agradecer en mis anotaciones diarias, especialmente cuando la sensación de “está todo mal” abunda en mis pensamientos.
¿De qué se trata? Simple, de anotar a diario aquellas cosas por las que estamos agradecidos.
Habrán días inspiradores donde nos explayaremos, otros donde seremos más breves y al punto, e incluso algunos donde cueste un poco más, pero veremos que siempre podremos encontrar alguna razón para sentir agradecimiento. Desde agradecer por nuestra salud y la de los nuestros, por trabajar en algo que amamos, porque tuvimos una buena conversación, logramos superar un obstáculo, manejamos bien una situación o alcanzamos una meta deseada, porque comimos algo rico… Todo vale.
¿Cuáles son los beneficios?
– Puede reducir los niveles de estrés y promover sensación de calma.
– Permite darle una nueva perspectiva a nuestra vida y conectar con aquello que realmente valoramos.
– Al escribir y observar cuáles son esas cosas por las que estamos agradecidxs podremos tener mayor claridad sobre aquello que realmente queremos en nuestra vida.
– Tiene un impacto significativo en nuestra sensación de bienestar (O’Connell, O’Shea, & Gallagher, 2017; entre otros).
Además, nos permite conectar con nuestro poder personal y con aquellos aspectos de nuestra vida que sí podemos controlar positivamente. Cuando el mundo se mueve sin certeza alrededor nuestro, recordar aquello que nos hace sentir bien y agradecidxs también nos devuelve nuestra sensación de estabilidad, refrescar nuestra actitud y mirar el próximo día con un poco más de optimismo, porque sabemos que contamos con diversas herramientas, sensaciones o circunstancias que nos apoyan.
Personalmente creo que no hay de qué preocuparse si uno no lo hace tooodos los días, pero la constancia crea el hábito, y ese hábito es el que nos traerá los beneficios. Por lo tanto, vale la pena ponerlo dentro de nuestra agenda por medio de una alarma diaria, dejándolo sobre nuestro velador o incluyéndolo dentro de nuestra rutina diaria (por ejemplo, después de desayunar o lavarme los dientes en la noche). Por otra parte, no tiene que ser necesariamente un cuaderno (aunque a mí me encantan). Si crees que será más fácil para ti llevar un documento Word en tu computador, ¡adelante! O quizás se te da mejor hacer notas de voz y escucharlas cada tanto. La idea de estas herramienta es personalizarlas para que nos ayuden en nuestra propia individualidad, así que somos libres de adaptarlas como mejor funcionen con cada uno.
¿Qué te parece este momento para darle una oportunidad a esta herramienta? ¿Qué otras herramientas te han ayudado en momentos difíciles y de incertidumbre?