Según Audrey Millet, doctora en historia e investigadora de la Universidad de Oslo, estamos ante una inminente tragedia relacionada a la industria de la moda: el impacto sobre la salud de los productos químicos en la ropa.

Lo preocupante es que, en este tema, las marcas no deben esperar a que los consumidores se concienticen sobre el problema, pues los efectos suelen presentarse de forma más lenta. “Y no es sólo una cuestión de precio: afecta a todos los niveles de la moda”, afirmó Millet en una entrevista para Fashion Network, publicada en febrero de este año.

Pero ¿de qué químicos estamos hablando?

En 2021, Canadian Broadcasting Corporation realizó una investigación sobre Shein que delató niveles elevados de plomo, ftalatos y sustancias de perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS), sustancias relacionadas con problemas de salud, en ropa para niños, adultos y embarazadas.

Los científicos descubrieron que una chaqueta para niños pequeños, comprada al minorista chino Shein, contenía casi 20 veces la cantidad de plomo que Health Canada dice que es segura para los niños. Un bolso rojo, también comprado a Shein, tenía más de cinco veces el umbral.

Aún en niveles relativamente bajos, la exposición a sustancias tóxicas con el tiempo puede elevar los riesgos de una persona de padecer enfermedades graves, como asma y daño renal. Eso, refiriéndonos a quienes visten las prendas. Para quienes las fabrican, la situación es peor: “la exposición a sustancias como el plomo y los ftalatos puede dañar directamente a las personas que fabrican ropa más que a los consumidores”, explica Scott Echols, director sénior de la Fundación ZDHC.

La firma de análisis de moda sostenible Common Objective estima que 27 millones de personas que trabajan en cadenas de suministro de moda en todo el mundo podrían sufrir enfermedades relacionadas con el trabajo, incluidas afecciones cutáneas y respiratorias.

“A las mujeres les resulta cada vez más difícil tener hijos. Hay otros factores como la comida, pero nadie se preocupa por su ropa, ya que no se la comen. También hay que analizar cómo se obtienen los colores y con qué productos. Está la cuestión de las nanopartículas, que en sí mismas son extremadamente problemáticas y deben ser analizadas. Porque las nanopartículas podrían ser las peores sustancias en términos de efectos”.

Audrey Millet.

Para la investigadora, asociar este problema con Shein, cuando es más generalizado, resulta engañoso intelectualmente. “Hablé al respecto con los directores de sostenibilidad de los grandes grupos de lujo, quienes saben que el próximo gran escándalo sanitario tendrá que ver con la toxicidad de la ropa”, precisó a Fashion Network.

Regulaciones

Uno de los sellos en etiquetados, que existe para distinguir las marcas que ya han apostado por una ropa sin tóxicos es el sello GOTS (Global Organic Textil Standard). El sello GOTS es garantía de calidad respecto a la respuesta al lavado y el sudor, así como la solidez del material. Todos los materiales son sometidos a estrictos controles para evitar cualquier residuo no deseado en los tejidos que luego serán tu ropa.

También existe Öko-Tex. El sello Oeko-Tex® Standard 100 es uno de los certificados que más se están extendiendo últimamente y garantiza que no se incluyen sustancias nocivas en su producción. No es un sello “ecológico”, la prenda no tiene por qué haber sido elaborada con una fibra orgánica, simplemente está exenta de químicos dañinos para la salud y el medio ambiente.

En Chile, la industria textil será incluida en la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), lo que establecerá obligaciones a las compañías que importan ropa y otros productos textiles a hacerse cargo de los residuos que generan cuando terminen su vida útil a través de la valorización de estos elementos, pero nada establecen en cuanto a la toxicidad de sus prendas.

“Es necesario constreñir, de ser posible, con acciones coordinadas. De la misma manera que no vendemos surimi radiactivo, podemos no vender ropa que pueda matar a las personas poco a poco y dejarlas infértiles”, sentencia Millet. 

¿Cuáles son los principales tóxicos utilizados en la confección de ropa?

• Cromo, utilizado en productos de cuero. Este químico tóxico puede debilitar el sistema inmunológico y provocar daño hepático y renal.

• Ftalatos, que se utilizan para suavizar la tinta en las serigrafías. Se han relacionado con muertes prematuras en adultos estadounidenses, especialmente debido a enfermedades cardíacas. También pueden alterar las hormonas del cuerpo, actuando como disruptores endocrinos. 

• Retardantes de llama bromados, que a veces se encuentran en los pijamas de los niños para protegerlos de los incendios domésticos. Estos químicos, prohibidos en Europa, pueden cambiar las funciones de la tiroides y modificar la forma en que el cuerpo procesa las grasas y los carbohidratos. Los investigadores están estudiando si existe un vínculo entre la exposición a retardantes de llama y el TDAH.

• Los PFAS, también conocidos como «sustancias químicas para siempre», son un grupo de sustancias químicas cultivadas en laboratorio que no se descomponen en el medio ambiente y están vinculadas a una serie de condiciones de salud como daño hepático, asma y enfermedad renal crónica. La sustancia es resistente al agua y se puede encontrar en equipos impermeables o resistentes a las manchas.

• Plomo, un pigmento de bajo costo o que a veces se usa como metal barato para cremalleras. La exposición infantil significativa al plomo puede conducir a problemas de desarrollo a largo plazo.

Algunos consejos prácticos:

• Lava la ropa nueva antes de usarla.
• En caso de reacción alérgica, deja de utilizar la prenda que te la haya causado y consulta a un médico. 
• Cuidado con aquellas prendas que dicen ser «anti-olor», «anti-arrugas» o «fácil de planchar», ya que pueden contener aditivos peligrosos.
• No utilices ropa demasiado apretada. 
• Opta por prendas de color claro. 
• Evita la ropa plastificada y con sobre impresiones, así como los botones metálicos y los cordones en la ropa de bebé.

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