En la edición pasada les contamos cómo entender las etiquetas de los productos de belleza y cuidado personal, y algunos ingredientes tóxicos presentes en ellos. El problema no es sólo que estemos aplicando sustancias nocivas para nuestra salud, sino que lo estamos haciendo en grandísimas cantidades, y no tenemos consciencia de por qué lo hacemos. ¿Por qué usamos lo que usamos? ¿Nos habíamos detenido a pensar en eso? ¿El márketing jugó un rol importante? Nuevamente, nuestra gurú Adina Grigore nos hace reflexionar gracias a su libro The Skin Cleanse, y señala lo siguiente:
«La industria quiere que tu rutina de belleza sea algo así: Luego de despertar, una ducha con champú, bálsamo, gel de baño (body wash), crema para afeitar; luego pasta de dientes para cepillar, aplicar hilo dental, enjuague dental; lavar la cara y seguir con loción astringente, serum, crema humectante, primer, bloqueador solar, y loción bronceadora. Después desodorante. Perfume. Maquillaje, y mucho. Durante el día, spray para la cara, jabón y crema para manos. En la noche, quitar maquillaje, usar exfoliante. Lociones para zona T, otra para el cuello, otra para hombros, otra para piernas y pies…»
¿Realmente queremos aplicar cerca de 200 ingredientes a la piel, antes si quiera de tomar desayuno? ¿Y qué pasa con estos elementos cuando se van por el desagüe y terminan en el mar’ Puede ser que estemos adictos a todo lo anterior y creemos que no podemos vivir sin todo lo que hay en nuestro nécessaire. Sin embargo, sabemos que lo que requiere nuestra piel incluye una buena alimentación (como vimos al revisar la importancia de un food journal), a lo cual cabría agregar de uno a tres días de abstención total de productos de belleza y cuidado personal, para que el órgano más extenso de nuestro cuerpo respire un poco. ¿Quién se atreve a salir de la casa sin ninguna ‘manito de gato’? Luego, ¿por qué no probar lo siguiente?
«La industria NO quiere que tu rutina de belleza sea algo así: Luego de despertar, una ducha con champú, y vinagre de sidra de manzana como bálsamo sólo los fines de semana. Cepillar dientes, lavar la cara, y aplicar un humectante natural como aceite de oliva o de coco. Usar desodorante y un poco de rímel en las pestañas. Para remover el maquillaje, más aceite de oliva. Usar un limpiador facial una vez por semana, y exfoliar una vez al mes. Una máscara facial una vez cada luna llena.» Después de esto, pueden pasar dos cosas: o nuestra piel empeora, o nuestra piel comienza a sanar. ¿Qué crees que sucederá? Dale una oportunidad a una rutina más gentil con nuestra salud y la del medio ambiente. Quizás te interesas por desarrollar tus propios productos naturales, o no. Cualquier sea el caso, estamos seguras de los beneficios que traerá para ti.
Imagen destacada via www.lifenreflection.com