Yoga: Utthita hasta padangusthasana

por | Jun 20, 2019

En busca de equilibrio, estabilidad y serenidad.

Colaboración por Catalina Garroz

Esta es la postura extendida de la mano en el dedo gordo del pie. El equilibrio y la estabilidad son algunas de sus premisas fundamentales a la hora de experimentar íntegramente la postura. Para ello, es primordial entender el sentido de los movimientos, pues determinará la dirección de la fuerza, así como la relación directa entre la respiración y la estabilidad física, para propiciar paz mental (y viceversa).

Todo parte desde adentro. Voluntad y alma se disocian si no incorporamos la idea de que la voluntad es la voz del alma. Ahora, con voluntad y disposición positiva puedes poner en práctica estas directrices que te conducirán a un estado de yoga.

Comienza de pie en tadasana samasthiti o postura anatómica, con las palmas hacia el tronco. Con la mirada hacia el frente y la vista en un punto fijo, respira profundamente aquietando la mente. Inspira, colocando la mano izquierda en la cintura y asienta firmemente la pierna izquierda. Levanta la pierna derecha y agarra bien el dedo gordo del pie derecho con los dedos índice, medio y pulgar de la mano derecha. Levanta la pierna hasta donde puedas. Manteniendo firmemente y sujeto el dedo del pie, quédate de pie con el izquierdo firmemente arraigado en el suelo. Estira las piernas y como dirigiendo energía desde los talones subiendo por la columna vertebral hacia la coronilla, abre el pecho y alarga la espalda. Aguanta tres respiraciones profundas que se empiezan a extender hasta llegar a seis. Repite la postura con la otra pierna.

Hay algunas variantes que pueden facilitar la postura. Si eres principiante, empieza así:
1. Dedica unos instantes a conectar con tu respiración y a entrar en ese espacio interior de calma y serenidad.
2. Inspira, coloca la mano izquierda en la cintura y levanta la pierna derecha. Agarra tu rodilla y mantenla pegada a tu cuerpo, realiza cinco respiraciones.
3. Repite la postura con la otra pierna.

En utthita hasta padangusthasana, los tendones de las corvas y los músculos de la parte posterior de los muslos se estiran intensamente. Inicialmente, se puede utilizar el apoyo de una pared o silla y levantar tan solo hasta tener la pierna que se eleva, horizontalmente.

Beneficios

Genera un estiramiento profundo, resistencia y enseña gran conexión neuromuscular. Mejorando la apertura de la cadera y trabajando sobre la fuerza de la musculatura de la pierna de base y sobre la zona abdominal.  Aporta equilibrio, estabilidad y serenidad. Fortalece las piernas.

Contraindicaciones

– No es recomendable practicar esta postura si tienes lesiones o problemas de columna crónicos o lesiones de tobillos.
– Evitar si existe presión alta o dolores de cabeza.

Poniendo a prueba nuestras capacidades conectamos con nuestro lado sensitivo. Dirigiendo la atención a él, nos conocemos y reconocemos nuestros propios límites, que no son sino una más de las potencialidades de nuestro cuerpo. Con amor comienza la vuelta a casa, ese estado de máxima conexión del ser. Namasté.

Vestuario: Anahata Yoga Chile

Fotos: Alejandra Labra

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